Economista Steve Hanke “receta” dolarizar el país para poner fin a la hiperinflación

Economista Steve Hanke

El especialista estadounidense asegura que un país sí puede llevar adelante una dolarización formal sin tener relación con la Reserva Federal de Estados Unidos si está sancionado, y pone de ejemplo el caso de Zimbabue, que la aplicó en 2008.

Caracas. Venezuela se mantiene en hiperinflación desde finales de 2017. Dos años después, las tasas mensuales muestran una desaceleración. Sin embargo, el economista estadounidense Steve Hanke es pesimista y no cree que el país esté saliendo del ciclo. Para el experto, la única receta es llevar a cabo una dolarización formal, que le pondría fin a la “enfermedad” en apenas 24 horas. Otra de las sugerencias es una caja de conversión, en la que el bolívar sea equivalente al dólar.

Hanke, que ha seguido de cerca el caso de Zimbabue, que dolarizó en 2008 sin tener relación con la Reserva Federal de Estados Unidos y que además estaba sancionado, asegura que es una “premisa errada” pensar que los gobiernos necesitan tener una autorización de Washington para dolarizar en sus países. En ese sentido, recordó que hay cerca de 30 naciones dolarizadas en el mundo que no poseen relación formal con Estados Unidos.

¿Hay o no hay una dolarización en Venezuela? La respuesta de Hanke es tajante. “En todos los países con hiperinflación la dolarización ocurre de manera espontánea. No hay casos de economías hiperinflacionarias en las que no se haya dado algún tipo de sustitución de la moneda local. Es completamente normal en estos casos y también es típico que se produzcan este tipo de debates. En Venezuela lo que hay es una sustitución del bolívar”, dice en una entrevista vía Skype con la prensa.

La devaluación del bolívar, ligada a la pérdida de poder adquisitivo, en una nación donde, según la Encuesta de Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2017), más de 80 % de la población es pobre por ingresos, ha llevado a la gente a usar el dólar como medida de protección y también como forma de pago.

En marzo de este año un megaapagón sacó de circulación las plataformas electrónicas; desde entonces, el uso del dólar se intensificó. Tiendas, vendedores ambulantes y prestadores de servicio dolarizaron sus tarifas. Las vitrinas del país hoy lucen este signo $ y dejan atrás el Bs.

Foto: Luis Morillo

“Como pasó en 2008 en Zimbabue, en un caso extremo, el bolívar, la moneda local, saldría completamente de circulación. Allá la gente se negó a seguir aceptando el dólar zimbabuense que se había convertido en una molestia para la población”, añade Hanke, quien además afirma que si la hiperinflación continúa, la sustitución del bolívar se mantendrá.

En octubre 53,8 % de las transacciones ya se hacían con una moneda distinta al bolívar, de acuerdo con un estudio de la firma Ecoanalítica. Hanke desconfía de cualquier cifra que venga de Venezuela, también incluye las de la Comisión de Finanzas del Parlamento, y remata con que para este 17 de diciembre ese número ya podría ser mayor. “La experiencia que tenemos es que esos números son demasiado bajos”, indica.

¿Se necesita permiso de la Reserva Federal para dolarizar?

Zimbabue dolarizó en 2008 sin tener una relación formal con la Reserva Federal de Estados Unidos, recuerda el economista. Añade que un país sancionado, como Venezuela, sí puede llevar adelante una dolarización. Por otro lado, a juicio de Hanke, las sanciones “siempre serán un problema” y un obstáculo para el comercio internacional. 

Según el especialista, las medidas económicas de la administración del presidente Donald Trump contra el gobierno de Nicolás Maduro “son malas” y también “una de las causas” de que Maduro siga en el poder.

Hanke aclara que las sanciones, si bien son una traba para cualquier nación, están separadas de la dolarización. Además, señala que no tienen los efectos que se desean y cita como ejemplo a Cuba y Corea del Norte. “Lo que sí generan es una tremenda cantidad de actividades ilegales”, advierte.

Para el 17 de diciembre Hanke calculaba que la inflación interanual de Venezuela era de 7072 %, una cifra que considera no muy alta según los estándares mundiales. No obstante, explica que el problema de Venezuela es que la hiperinflación se ha  mantenido en un período extremadamente largo. El tercero más largo de la historia del mundo. El economista añade que las mediciones que hacen sobre la inflación las levantan con la teoría de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) y la tasa del dólar paralelo, las cuales considera más precisas.


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