Economistas prevén que impuesto a transacciones financieras desincentive uso del dólar

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Para el economista Luis Arturo Bárcenas esta reforma de la ley deja claro que el gobierno persigue mejorar sus cuentas fiscales. “El gobierno lo que quiere decir es: no usen dólares porque es más barato usar bolívares, vaya al sistema financiero nacional y use sus dólares y así yo recaudo impuestos”.

Caracas. Para los economistas la reforma a la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), aprobada el 3 de febrero por la Asamblea Nacional, que pechará los pagos en divisas y criptomonedas deja claro que persigue dos horizontes: mejorar las cuentas fiscales del gobierno y desincentivar el uso del dólar.

La caída de los ingresos en más de 90 % desde 2013, debido al desplome de la producción petrolera ha hecho que el gobierno busque mejorar sus cuentas a costa de mayores tributos. Ahora los ciudadanos lo vivirán a través del pago de impuestos por transacciones financieras, pero algunos como las industrias llevan rato lidiando con la voracidad fiscal. 

La última encuesta de la Confederación Venezolana de Industriales, divulgada a finales de 2021, revelaba que el segundo mayor problema para producir eran los excesivos tributos fiscales o parafiscales. En relación con las mediciones anteriores esta dificultad viene escalando puestos. 

Hoy el debate de economistas y el temor de la población es si pagar con divisas será un problema, puesto que  67 % de las transacciones en el país se hacen con una moneda distinta al bolívar. El uso del dólar se masificó tras la flexibilización de la ley y también por la hiperinflación que se mantuvo en el país entre finales de 2017 y 2021. 

La reforma de la ley establece varias alícuotas:

De 0 % a 2 % para casi todas las transacciones con bolívares.

De 2 % a 8 % para las transacciones dentro del sistema bancario en divisas o criptomonedas que no sean emitidas por el BCV.

De 2 % al 20 % en el caso de las transacciones en divisas o criptomonedas no emitidas por el BCV sin mediación de instituciones financieras (pago en efectivo).

Para el economista Luis Arturo Bárcenas esta reforma de la ley que ya existía deja claro que el gobierno persigue dos cosas: desincentivar el uso del dólar como medio de pago en Venezuela y tratar de mejorar sus cuentas fiscales.

“Puede generarse ese desincentivo en la medida en que el gobierno pueda mapear o hacer una vigilancia constante de las transacciones en divisas. El hecho de que aplique una alícuota a estas transacciones, nos dice que el gobierno quiere decir: no usen dólares porque es más barato usar bolívares, vaya al sistema financiero nacional y use sus dólares y así yo recaudo impuestos”, apuntó Bárcenas en una transmisión en vivo este viernes 4 de febrero de Ecoanalítica.

La medida también podría afectar a las empresas. El economista explica que la ley hace una consideración en el área laboral. Por ejemplo, si el pago de salarios se hace a través de una cuenta corriente en divisas, el patrono no puede trasladar ese impuesto a sus empleados, así que debe pagarlo.

“Esta medida puede beneficiar al gobierno, pero puede desincentivar el uso de mecanismos formales como las cuentas en divisas si estamos hablando de alícuotas de 8 % a 20 %”, apunta. La reforma asimismo deja claro que las operaciones a través del Banco Central de Venezuela (BCV) no estarán sujetas a este impuesto.

Bárcenas explica que si una persona va al banco a adquirir divisas mediante las mesas de cambio del Banco Central no tendrá que pagar impuesto. “Toda operación que pase a través del BCV estará exenta de impuestos”, dice.

Para los especialistas el uso del dólar dio oxígeno a la economía y evitó que el consumo privado se desplomara de forma más dramática y además que los precios crecieran de manera menos agresiva, por ello para algunos esta decisión va en contra de las medidas que deberían tomarse para favorecer el crecimiento de la economía y el consumo de la población.

El economista Luis Oliveros considera que con esta reforma las autoridades no solo buscan recursos, sino aumentar la demanda de bolívares. “Si algo estaba funcionando bien (dolarización), ¿para qué apurarte, cambiarlo y ponerle trabas? Un impuesto de 3 % a comercializar con divisas no es una buena noticia”, escribió en la red social Twitter.

El director de Datanálisis, José Antonio Gil Yepes, considera que “la fiebre fiscalista” del gobierno y alcaldías es un intento por rescatar la operatividad del Estado, pero al costo de arruinar a los ciudadanos y las empresas. Sostiene que “todo impuesto es recesivo y, si es usado ineficiente y corruptamente, se hace también inflacionario”. 

Gil Yepes indicó en Twitter que recabar una enorme cantidad de impuestos parece dirigido a resucitar una economía movida por el gasto público, pero que en el caso venezolano esto es imposible; primero, porque ese tipo de economía necesita de altos ingresos rentistas, que ya no los genera la nación, y, segundo, porque pretenden recabarlos de una economía que es 20 % del tamaño de lo que fue. 

“El incremento exorbitante de impuestos es una política fiscalista para rescatar el nivel de gasto del gobierno. No se trata de una política de desarrollo para rescatar el nivel de vida de los ciudadanos ni la economía”, dijo el director de Datanálisis.

El economista Luis Arturo Bárcenas considera que el gobierno de Maduro no está en la línea de dolarizar por completo la economía, pero tampoco de “desdolarizarla”. A su juicio las autoridades aspiran a que se mantenga una convivencia multimonedas, pero a su conveniencia.

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