El sindicato resaltó que en 2020 se acrecentó el deterioro de la salud de muchos trabajadores e, incluso, pudieron constatar que algunos presentan cuadros avanzados de desnutrición. Otros murieron esperando ayuda económica de Inparques para poder hacerse exámenes.
Caracas. Pérdida de vidas, deterioro de la salud, desnutrición, acoso, amenazas y bajos salarios fueron los puntos que subrayó el sindicato del Instituto Nacional de Parques (Inparques) que marcaron 2020 como un año en el que se vulneraron una vez tras otra los derechos humanos y laborales de sus trabajadores.
En un comunicado redactado por el Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), los trabajadores detallaron que una de las fatales consecuencias que dejó el manejo arbitrario de la directiva de la instituto fue el fallecimiento de compañeros que se quedaron esperando un apoyo económico para poder salvar sus vidas, y citaron el caso de un empleado de Yaracuy que murió esperando para hacerse un examen médico que permitiera saber cuál era la bacteria que se le alojó en el estómago.
Pidieron la ayuda a la dirección de Caracas y dijeron que se la iban a dar, pero nunca llegó el dinero y el compañero se murió sin saber cuál era la bacteria”, contó Marlene Sifontes, secretaria de Sunep-Inparques a Crónica.Uno.
Ante esta situación, resaltaron que se acrecentó el deterioro de la salud de muchos trabajadores e, incluso, el sindicato pudo constatar que algunos presentan cuadros avanzados de desnutrición. “Se puso en riesgo la vida de mujeres trabajadoras embarazadas mediante el acoso, suspensión de sueldos y nula atención médica”, señala el comunicado.
Sifontes denunció el caso de la guardaparques del Parque Nacional Guatopo, Paola Bustamante, a quien le suspendieron el salario desde que tenía seis meses de embarazo y se lo restituyeron cuando dio a luz. Además, no tuvo acceso al escaso HCM que reciben, y por falta de dinero no pudo hacerse un examen luego de que sufrió una infección que le dificultó el parto.
El sindicato fue enfático al señalar que durante el año 2020 muchos trabajadores se negaron a realizar trabajos por no tener equipos e implementos y condiciones dignas en los puestos de trabajo. Sin embargo, nunca recibieron dotación de uniformes, algo que tienen más de cinco años denunciando y los obliga a ir a los parques nacionales con zapatos o botas remendadas con alambre.
Una bombero de la dirección regional de Carabobo sufrió quemaduras y se cayó por un farallón y ella no tuvo ayuda de Inparques. Sus propios compañeros fueron quienes la ayudaron para todo lo que necesitó en el hospital”, comentó Sifontes.
Al igual que el resto de los trabajadores de la administración pública, el personal activo y jubilado de Inparques recibe no más de dos dólares de salario. Este monto solo les alcanza a los activos para ir un día a la semana a los puestos de trabajo, y en algunos parques, como Macarao, la nómina se redujo 50 %.
“Aunada a esta dramática situación, hemos sentido la irreparable pérdida física de pilares fundamentales que dedicaron toda su vida a la consolidación y conservación del Sistema Nacional de Parques”, escriben en el documento, y citan al ingeniero José Rafael García, a Maritza Pulido, al bombero forestal Iván Sánchez y a Pedro Méndez.
El sindicato enfatizó que para 2021 tienen grandes retos, empezando por cuidarse de la COVID-19, proteger y conservar los parques nacionales, monumentos naturales y parques de recreación. Para esto, están elaborando un plan de acción para la mejor defensa de sus derechos laborales.
Sunep-Inparques cerró el comunicado con un llamado a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para que se investigue la violación de sus convenios; al igual que a la Organización de Naciones Unidas (ONU), por la violación continuada de los derechos humanos del personal, que no ha sido atendida por el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Ecosocialismo.
Escuche aquí más sobre la petición del sindicato para la OIT:
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