La ciudad está fragmentada. Mientras en el Sambil algunas tiendas tienen largas colas en una fecha de “viernes negro” los negocios tradicionales lucen como cualquier otro día de la semana. Por la avenida principal de Santa Mónica, por ejemplo, las ferreterías, los restaurantes, las tiendas con adornos de Navidad, ninguna de ellas, muestran colas de gente que se muera por entrar.
Caracas. Entre los jóvenes de Venezuela circula un meme en el que a una estudiante de idiomas le piden explicar la situación económica de su país, la respuesta de ella es: “Yo puedo saber inglés, pero no me sé esa respuesta en ningún idioma”. Pasa igual en un día de ofertas como el black friday en el que algunos se preguntan quiénes realmente pueden comprar en un país sumergido en una prolongada crisis económica, con altos niveles de desigualdad y de pobreza.
A las 11:00 de la mañana la entrada del centro comercial Sambil no se vaciaba. Gente y más gente llegaba a uno de los más concurridos de la ciudad. Pero puertas adentro solo un nivel estaba repleto, el Libertador, debido a la larga cola que la gente hacía para entrar a la zapatería Ciudad Alternativa donde todos los zapatos costaban 20 dólares. El resto de los pisos, en contraste, se veían vacíos e incluso algunas tiendas no tenían a quien atender.
La tienda de ropa Puriel era una de las que estaba sola. Una vendedora dijo “las colas están es en las zapaterías, la gente vino a comprar zapatos”. La mayoría de los locales se unieron a las ofertas por el black friday. En algunas se exhibían promociones de tres pantalones por 40 dólares o descuentos que iban del 10 % al 50 %.
Quienes fueron por zapatos tuvieron que hacer largas colas. Andreína Méndez de 23 años es una de ellas. Estaba en Ciudad Alternativa desde las 9:00 de la mañana y llevaba ya tres horas de espera. La joven comentó que solo fue al Sambil por zapatos y por las ofertas, pues por el valor que durante el año compraba un par, este viernes 26 de noviembre podría llevar tres.
La última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida registra que 95 % de la población venezolana es pobre por ingresos y que además persisten los altos niveles de desigualdad e inactividad laboral. En siete años consecutivos de contracción económica la gente ha sufrido periodos de escasez, pérdida de empleos y de poder adquisitivo.
La dolarización, las remesas y la relajación de los controles de precios desde 2019 le han dado respiro a la empresa privada, pero a pesar de que algunos sectores empiezan a mostrar signos de recuperación, los especialistas advierten que falta mucho para que la economía crezca. Además, los bajos salarios para buena parte de la población que trabaja en la administración pública hacen que la desigualdad sea más marcada entre quienes ganan divisas y quienes no.
La ciudad está fragmentada. Mientras en el Sambil algunas tiendas tienen largas colas en una fecha de viernes negro los negocios tradicionales lucen como cualquier otro día de la semana. Por la avenida principal de Santa Mónica, por ejemplo, las ferreterías, los restaurantes, las tiendas con adornos de Navidad, ninguna de ellas, muestran colas de gente que se muera por entrar.
Pero a pesar de la crisis económica algunos jóvenes se aferran a su esfuerzo para poder comprar.
Hendry Araujo de 22 años dice que su situación es “más estable” porque su trabajo como técnico electricista se lo permite, aunque añade que debe trabajar fines de semana, feriados y horas extras. “Esperamos este día porque hay promociones y se pueden aprovechar. Pero hay que trabajar bastante, buscar la plata en la calle”, dice.
Daniuska Romero de 23 años cuenta que su trabajo le permite aprovechar un día de ofertas. “Estaba esperando este día porque vi que en otros años también se aplicó. Tengo que medir las compras porque a pesar de no estar ahogada, sé que hay personas afectadas por la crisis, yo trabajo y me esfuerzo a diario. Hay personas que sus trabajos le dan, es un contraste muy grande”.
Los centros comerciales, como el resto de la economía global, se vieron afectados por la pandemia. La Cámara Venezolana de Centros Comerciales, Comerciantes y Afines calcula que en el primer semestre de 2021 la desocupación en los centros comerciales a escala nacional se ubicaba en un 20 %, una de las cifras más elevadas para el sector. En el segundo semestre se redujo, al pasar de 12 % a 15 %.
Una joven que hacía una cola para comprar en una tienda de ropa explicó que quienes asisten a los centros comerciales tampoco visitan cualquier local. “No puedes entrar a todas las tiendas, si hay una que el resto del año tenía algo en $100 y lo pone en $60, tampoco lo podemos llevar. Por eso nosotros hacemos la cola en Balú porque si yo entro con $5 salgo con algo”.
Otras como la nieta de Janethe Aristigueta de 58 años hicieron la larga cola en la zapatería Ciudad Alternativa del Sambil desde las 9:00 de la mañana. “Vine a comprar calzado. Para mi capacidad de consumo es necesario esperar estas ofertas para poder llevar un zapato de calidad, porque además la vida útil del calzado es considerable”, dice Jeanethe.
En Multimax de Los Símbolos, una tienda de electrodomésticos, la gente hizo cola desde el 25 de noviembre, pues algunas tiendas aplicaron las ofertas desde antes del viernes. En Multimax la noche del jueves la cola salía a la calle que da a Los Próceres. El local aplicó un horario especial desde las 6:00 p. m.
Los comerciantes aspiran a recuperar las ventas en una fecha como esta, pues vienen afectados por la contracción económica y por la pandemia. Héctor Barrera encargado de la tienda de electrodomésticos Progar dijo que a pesar de que la pandemia por COVID-19 ha ahuyentado a los clientes todavía hay quienes los visitan, sobre todo, en esta fecha. El local mantendría los descuentos durante el viernes y el sábado y evaluaban extenderlos hasta el domingo.
A diferencia de años anteriores, la tienda Daka de Bello Monte tenía pocos clientes este viernes. El local mantuvo ofertas semanas previas por su aniversario. Otra tienda de electrodomésticos ubicada en Las Mercedes, Damasco, tampoco tenía muchos visitantes, a pesar de poner una corneta con música en la entrada para intentar llamarlos. Una mujer a la salida de Daka dijo: “No hay ningunas ofertas, yo los visité hace tres días y son los mismos precios”.
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