Comenzando el mes de junio tres quirófanos que quedaban operativos, de siete que se inauguraron en 2013, fueron cerrados por severas filtraciones de los aires acondicionados
Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento
Caracas. De acuerdo con el informe presentado por la Contraloría, que recoge las irregularidades detectadas hasta octubre de 2014, en el hospital J. M de Los Ríos existía una lista de espera para cirugía de 4 mil 428 pacientes. Hoy, la cifra supera los 5 mil casos por la paralización de los quirófanos.
El hospital inaugurado en 1936, y en donde se atienden 34 especialidades médicas algunas de ellas nada más vistas en este centro, debía tener 10 quirófanos pero solo fueron habilitados siete, que en año y medio presentaron fallas.
En mayo de este año funcionaban tres de los siete que fueron inaugurados en 2013 y, para junio de este año, todos están cerrados por severas filtraciones, presuntamente provenientes de los aires acondicionados.
“Solo atendíamos las emergencias y los casos menos complicados los referíamos a otros hospitales. Pero la demanda es alta y tampoco en el resto de los centros tienen capacidad para esta población”, dijo uno de los doctores que pidió encarecidamente resguardar su identidad.
Historia sin fin
En mayo, luego de la protesta realizada por las madres de los pacientes oncológicos, el ministro de Salud Henry Ventura, inspeccionó el hospital y se comprometió a realizar mesas de trabajo para resolver los problemas. Días después declaró que los servicios estaban completamente operativos.
Cabe destacar que este puesto asistencial de referencia nacional tipo IV está sometido desde hace más de cinco años a profundas remodelaciones, que parecen interminables y que además fueron incluidas como “irregularidades” en el informe presentado por la Contraloría en 2104 sobre el J.M de Los Ríos.
En ese documento también se reflejó que para agosto de 2014 de las 300 camas de hospitalización estaban activas 172, es decir 57,33%. Para mayo de 2015 al déficit se sumaban otras 10.
El 10 de junio circuló un memorando, firmado por la directora Carmen Rosa Graterol, en el cual se informaba que no se podían ingresar pacientes quirúrgicos hasta nuevo aviso.
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