Elecciones generales en Venezuela: ¿la última carta del oficialismo? (I)

el psuv competirá

Los escenarios y planes de la tolda roja se inclinan por este proceso si se complica el panorama social y es imposible controlar las manifestaciones en las calles.

Caracas. A diferencia de la oposición, en el oficialismo trabajan con planes de corto y largo plazo, los cuales suelen revisar y adaptar según los resultados o inconvenientes que se presentan. La enseñanza provino del mundo militar que se impone al civil —aducen fuentes del Gran Polo Patriótico (GPP)—, que revelan parte de la estrategia a seguir en los próximos meses por parte de Miraflores.

Desde principios de 2016, en el chavismo visualizaron lo que les vendría frente al arribo de la oposición a la Asamblea Nacional (AN) y giraron instrucciones al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para limitar las actuaciones legislativas. ¿Resultado?: un total de 27 sentencias, que desconocen el Poder Legislativo y que, de facto, eliminó el artículo 187 de la Constitución, que señala las atribuciones y potestades parlamentarias.

En el transcurso del año, la pugna con el Parlamento se mantiene mientras el Gobierno busca ganar tiempo con la propuesta de una mesa de diálogo, idea que surgió de la otrora dirigencia de la Liga Socialista, que ha accedido al control del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las figuras del exdiputado Eduardo Piñate y Jorge Rodríguez.

Sin embargo, la solicitud del referendo revocatorio ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) es lo que más ha generado debates y planes que no han podido cumplirse por la presión internacional, la presencia de los mediadores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la intervención de tres actores: China, Rusia y Cuba, aliados que parecen inclinarse por una salida electoral que permita mantener la estabilidad o gobernabilidad, porque la violencia perjudicaría la inversión de los dos principales.

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En el debate ha surgido una opción que, por ahora, cuenta con el aval de Estados Unidos; El Vaticano; Brasil; los expresidentes de España, Panamá y República Dominicana y hasta un sector de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD): la posibilidad de unas elecciones generales, es decir, la escogencia de un Presidente y de una nueva Asamblea Nacional, según revelaron fuentes oficialistas.

La propuesta prosperaría si la MUD renuncia al revocatorio y obliga a todos los diputados a dimitir a cambio de someterse a una medición. A lo que Nicolás Maduro debería seguir el ejemplo y dejar el cargo.

¿En eso andan los mediadores de Unasur? La reacción de María Corina Machado —de no estar dispuesta a ayudar si se negocia el revocatorio— apunta en esa dirección, explicaron fuentes.

Chavismo cree ganar

La tolda roja lucha por conservar Miraflores y busca conquistar el Palacio Federal. Un diputado del PSUV señaló que están seguros de ganar cualquier contienda electoral, a pesar de que las encuestas indican que la mayoría del país se inclina por la salida de Maduro del poder.

70 % de la población rechaza al actual Presidente, de acuerdo con Datanálisis. “32 % es un capital importante que tenemos pese a la guerra económica, la crisis y la caída de los precios petroleros. Si la oposición cree que gana está equivocada”, indicó una pieza de Maduro en el Parlamento. Pedro Carreño, jefe de fracción del PSUV, representa la corriente de Diosdado Cabello.

Aseveró: “No es retórica que el revocatorio no va en 2016 y si las cosas siguen así tampoco el año próximo. Es deber de un gobierno mantenerse, no dejarse tumbar así que no vamos a facilitarle las cosas a la oposición. El revocatorio es algo inoficioso; no tendría impacto político. La oposición necesita obtener más de 7 millones para sacar al Presidente y no los tiene, ni tendrá”.

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Una “elección general” es entonces una carta bajo la manga del oficialismo si continúa la crisis y la posibilidad de que el mandatario sea sacado por la fuerza a causa de las protestas de la gente en la calle. ¿Por qué? En Miraflores alegan que si someten a una consulta el actual Parlamento no perderían nada, debido a que la oposición tiene 110 diputados frente a una minoría del Bloque de la Patria.

“Si vamos a una elección perdemos curules, pero ¿de qué sirve mantener la cuota actual que no puede hacer nada?”, apuntó otro diputado del PSUV.

El objetivo del ex jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su reciente visita al país, era plantearle a la Unidad fijar las elecciones de gobernadores para mediados de 2017 y las presidenciales para fines del mismo año, con lo cual se descartaría el revocatorio. La rabieta de Machado va en esa dirección, reiteran.

Aunque manejan la tesis de una “elección general”, en el chavismo saben que perderían el poder, representado en Miraflores, así como las 20 gobernaciones. De manera que tratan de dejar un “anclaje” en los estados que les permita recuperarse y regresar al poder como pasó en Nicaragua, con el Frente Sandinista. Al perder la presidencia, el FSLN mantuvo figuras en la Fuerza Armada y en la policía, que le facilitaron el retorno.

La suerte de “anclaje” criollo estaría en el TSJ —si el Parlamento no logra remover a los actuales magistrados—; en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), bajo la figura de la empresa Camimpeg, las 17 empresas militares; y por supuesto, en el CNE. Este último bajo la mirada del Legislativo puesto que en diciembre se vence el período de dos rectores y, por lo tanto, deben ser seleccionados sus sustitutos, pero el PSUV juega a que la elección recaiga en el TSJ.

¿Diosdado en campaña?

El ala de Cabello no comparte interés por la negociación y amenazó con denunciar a los eventuales “puentes” con la oposición. El primer vicepresidente optó por “hacer campaña” en los estados, en lugares que le son familiares: los cuarteles.

Cabello recorre el país, habla con los soldados, oficiales y altos mandos militares y luego hace su programa de VTV al lado de sus excompañeros de armas para enviar un mensaje a los “entreguistas”.  En el primer trimestre de 2016, sostuvo cónclaves con uniformados en Caracas, en los espacios de Fuerte Tiuna; después, en Apure, Portuguesa, Sucre y recientemente en Monagas, Aragua y Trujillo.

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El 16 de junio, dijo en Aragua que estaba dispuesto a medirse en lo electoral y también a sacar el arma: “Pongan la música que nosotros agarramos el paso. Si ustedes dicen que la cosa es electoral, vamos con lo electoral (…) Si la cosa es en la calle, vamos a la calle, pero si se les ocurre levantar un fusil, nos veremos en la calle con fusil en brazo”.

Luego del 1S, el primer vicepresidente del PSUV retomó la idea del diálogo. La MUD, por su lado, no cae en el juego porque saben que el oficialismo trata de ganar tiempo y ver si van a unas elecciones en mejores condiciones.

¡¡¡Continuará!!!

Foto referencial: Cristian Hernández


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