Elías Santana: Relación entre vecinos es clave para defender la organización comunitaria del Estado comunal

De unas firmas surgió y se consolidó el movimiento vecinal venezolano que hoy cumple 40 años. El activista social promotor de la organización comunitaria recuerda las cinco etapas que han vivido y advierte además de la “operación tenaza” que se podría aplicar contra los gobiernos locales, luego de las elecciones municipales.

Caracas. El 3 de octubre de 1981 ocurrió en Caracas un hito ciudadano que marcó la partida hacia la municipalidad. La Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas (Facur), que reunía al incipiente movimiento de vecinos, rechazó con el impulso legal de 20.000 firmas la Ordenanza de las Área Especiales (AE) que había aprobado la Cámara Municipal del Distrito Sucre.

Esta ley local modificaba el uso de 100 hectáreas del Área Metropolitana de Caracas destinadas a parques, áreas verdes y otros lugares de encuentro comunitario, por otro uso residencial y comercial. Por esos años el Distrito abarcaba áreas de El Hatillo, Baruta, Chacao y Sucre que aún no eran municipios.

Aunque les fue denegada la petición, las asociaciones comunitarias agrupadas en la Escuela de Vecinos de Venezuela aprobaron en un gran encuentro en Parque Central celebrar el Día del Vecino. Desde entonces se ha celebrado cada 3 de octubre desde hace 40 años.

Entre los participantes y fundadores de esa Escuela, levantada en El Cafetal el 17 de abril de ese año contra la indiferencia comunitaria, se encontraba Elías Santana, quien hoy no es un caraqueño cualquiera.

El curtido activista social y precursor del movimiento de vecinos y de condominios en Venezuela señala los riesgos que corren, cuatro décadas después, los logros comunitarios lejanos aún del partidismo, ante el impulso de la Ley del Estado Comunal y de Ciudades Comunales aprobadas por la Asamblea Nacional. Advierte además de la “operación tenaza” que se podría aplicar contra los gobiernos locales luego de las elecciones municipales.

“Lo que no se aprieta desde la AN se apretará desde adentro, en esos municipios donde ganen. Pero la clave de la organización comunitaria siempre está en las relaciones que se establecen entre los vecinos que la conformamos”.

De hoy y de ayer

¿Cuál es la diferencia de los vecinos de hoy con el de 1981? ¿Son mejores que hace 40 años?

—Somos diferentes. A los vecinos del año 2021 les ha tocado vivir en una Venezuela impensable, totalmente distinta a la de 1981, en la cual no había ocurrido ni siquiera el Viernes Negro. Estábamos en una economía boyante; eran los tiempos de las antenas parabólicas, de los motorhome, del ‘ta barato, dame dos’ en Florida;  de las inversiones de los venezolanos en el extranjero, y esa situación económica obviamente marca la vida de las comunidades. Hoy en cualquier condominio los temas son la hiperinflación, la dolarización, la inflación en dólares y ahora la reconversión monetaria y el impacto en nuestra economía. Solamente con los resultados de la Encovi nos damos cuenta de que las expectativas y calidad de vida, de consumo, de acceso a bienes y servicios, del entretenimiento, formación profesional  y de la capacidad de emprender, vemos que en 40 años ha variado sustancialmente.

¿Cuáles son las diferencias en materia legislativa?

—Si bien no han variado instrumentos legales como el de la Ley de Propiedad Horizontal que regula los condominios, sí hay una nueva Ley Orgánica del Régimen del Poder Público Municipal de la que se ha pretendido desechar la figura de las asociaciones de vecinos. Se impuso la creación de los consejos comunales y ahora estamos en pleno proceso de presentación de leyes para intentar consolidar el proyecto del Estado comunal y otra cantidad de nuevas normativas que influyen en las comunidades. Entonces, las condiciones del país y de la legislación son diferentes. También ha cambiado el acceso a la información y a la comunicación. Hoy los vecinos tienen la posibilidad de herramientas maravillosas como el Telegram, el WhatsApp y de las propias redes sociales. Ahora hay más herramientas para la organización comunitaria.

Hacia el Día del Vecino

¿En qué marco legal se apoyó Facur para actuar contra la Ordenanza?

—Facur en representación de los vecinos hizo uso del Reglamento No. 1 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, aprobada en 1979 y basado en la Ley Orgánica de Régimen Municipal, aprobada en 1978. Estaba presidida por el profesor Ángel Zambrano, presidente de la Asociación de Vecinos de El Cafetal y promotor de la organización ciudadana en nuestro país. Él designó a Ligia Gerbasi como coordinadora de la recolecta de firmas. Y se nombró una comisión que integraba Getulio Tirado, Ángel Enrique Zambrano, Diana Pinedo y yo, acompañados de Atilio Romero en el concepto publicitario de toda la campaña. También actuaron vecinos muy activos como Andrés Cova y Rosario Santander, del Movimiento de Integración de Comunidad.

¿Cómo se dio la jornada?

—Ese 3 de octubre se convocó la instalación de 60 puntos por parte de asociaciones de vecinos y grupos comunitarios, desde Caricuao hasta Plaza Las Américas y toda la Hoya del Sureste. Esas 20.000 firmas es pírrica 40 años después, pero en aquel momento significó la aparición de un nuevo movimiento social que existía en los sindicatos, los gremios profesionales, y las federaciones de estudiantes, todo con mucha relación con los partidos político partidistas. Pero aquí aparecía una nueva fuerza social que era capaz de recoger las firmas en 60 puntos diferentes de la ciudad en un solo día.

¿Y se contó con el apoyo del resto de la sociedad civil?

—Esto fue la noticia de primera planta de todos los diarios. Pero el resultado fue la Cámara Municipal que presidía Jesús Reggetti, luego de presentarse las 20.000 firmas, decidió en un abrir y cerrar de ojos ratificar la decisión del cambio de uso. La acción ciudadana no cumplió su objetivo de revertir la Ordenanza, pero el movimiento de asociaciones de vecinos dio un paso radical y dijo ‘estamos aquí’.

En busca de la municipalidad

¿Cómo surge el Movimiento Vecinal?

—Aunque la primera asociación de vecinos se funda en 1958 en el sector Horizonte, lo que hoy es el municipio Sucre en el estado Miranda, las asociaciones de vecinos atravesaron cinco etapas. La primera se desarrolla desde 1958 hasta 1971 y fue un proceso muy lento de creación de asociaciones. En el Área Metropolitana de Caracas se crearon 14 que se llamaban asociaciones de propietarios. Correspondían a urbanizaciones de casas como Horizonte, La Florida, Prados del Este, El Cafetal, o Caurimare, de una incipiente clase media que estaba mudándose a esas zonas y se organizaban en comunidad, lo que se reflejaba también en zonas del barrio y campesinas.

¿Qué poder ante los gobiernos?  

—Surgió el ejemplo de Horizonte, la cual le escribía directamente a Rómulo Betancourt, presidente de la República, y este le mandaba a poner el sistema de iluminación. Quizás una sola, la asociación de El Cafetal que se llamaba Asociación de Propietarios, Residentes y Amigos de la Urbanización El Cafetal, tuvo visión. La voz se pasaba poco a poco. Se hacían comunicaciones sobre temas de servicios públicos.

¿Cuáles logros obtuvo en el resto de las etapas?  

—La segunda etapa de 1971 a 1978-79 es el momento en que las asociaciones comienzan a fundarse más allá de las urbanizaciones de casas, pues las clases medias irrumpen en edificios. Así, surgen nuevas asociaciones de vecinos y se crea la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos del Sureste (Consureste) que llena un vacío para afrontar la cantidad de decisiones y desastres sobre uso de tierras, urbanizaciones y servicios públicos. Fue la etapa de nacimiento de Facur en 1971 con un documento visionario que habla de la necesidad de una ley orgánica de régimen municipal para Venezuela. Esta era una deuda de la Constitución de 1961, pero que se logró en 1978, gracias a la existencia de Facur. El documento también exponía la personalización del voto a nivel municipal y la separación de este del voto nacional, para lograr una relación distinta con el representante local.

Este fue un momento de crecimiento, de creación de fuentes de información en los periódicos con buenos periodistas. Los medios comenzaron a prestar atención al fenómeno y la revista Resumen escoge como personalidad del año 1977 a las asociaciones de vecinos por sus luchas en defensa de la ciudad.

¿Cuándo se consolida el movimiento vecinal?

—La tercera etapa de 1979 a 1989, abarca la divulgación de la Ley Orgánica y  su reglamento, y eso hace que en un grupo de jóvenes de El Cafetal, en 1981, fundáramos la Escuela de Vecinos y se acuerda el Día del Vecino. Esta es quizá la década cuando las asociaciones de vecinos comenzaron a estar muy presentes en la opinión pública, y es la década de mayor expansión. Crecen las asociaciones hacia sectores de menores ingresos y en otras ciudades, surgen cuadernos y movimientos vecinales.

Ya en 1984-85, durante las elecciones municipales separadas, ocurre la primera experiencia de observación  electoral vecinal, y Facur está presente en la Copre.  Luego,  1986-87 estuvo enmarcado por una reflexión contra el bloqueo que existía en el sistema político venezolano sobre la posibilidad de elegir. Por iniciativa de la dirigente vecinal Carmen Alicia Beaujon  se crea el movimiento organizado Queremos Elegir que recogió 140.000 firmas en 1987,  en todo el país. Se entregaron esas firmas pidiendo elección directa de los gobernadores, la creación de figuras de alcaldes, creación de figuras de las parroquias, y la elección nominal de parroquias y de concejales. Y eso comenzó en 1989.

Sobrevivencia de los vecinos al desconocimiento

¿Y cuándo comenzó el declive del movimiento vecinal?

—Si bien la última etapa de 1989 fue el gran logro de la renovación del sistema político venezolano hasta el 2000, en este último año ocurrió el declive definitivo. Facur y la Escuela de Vecinos llegan a entendimientos con el gobierno de Hugo Chávez y prácticamente se desintegró Facur y se desvaneció la presencia crítica de la Escuela de Vecinos de Venezuela. Sin embargo, el movimiento vecinal tuvo tanto calaje que llegó a hacer un Congreso Internacional en alianza con algunas empresas. También en 1990 se incuba MiCondominio.com.

¿Qué ha pasado en estos últimos 20 años?

—Comienza la fase de disminución de asociaciones de vecinos, de disolución, ya no había un movimiento de vecinos vigoroso y comienza la etapa de la figura del Consejo Comunal. Desde mediados de 2000 ya comienza la pretensión de disminuir la figura cuando se aprobó la Ley Orgánica del Poder Público Municipal  y se instauró la Ley de Consejos Comunales que luego hicieron orgánica. Pero vemos que en 2021 continúan existiendo diferentes asociaciones de vecinos en Venezuela. Está por escribirse en estos 40 años un proceso de reflexión sobre el futuro de las asociaciones de vecinos.

¿Sobrevivirá el movimiento vecinal al Estado comunal?

—Fíjese que la primera asociación de vecinos nació en 1958 y la ley no los reconoció sino hasta el 1978, pero, claro, esta creación que venía de abajo hacia arriba, el movimiento ciudadano hacia el Estado. En cambio ahora, la figura de los consejos comunales es totalmente contraria. Fue una imposición a la sociedad y se invirtieron muchísimos recursos económicos. Esto hace que el líder comunitario que busca su bienestar y el de su entorno más cercano se acerque a la figura del consejo comunal. Cuando la AN se volvió monocolor se aprobaron cinco leyes que le dan piso al modelo del Estado comunal, pero esas leyes no han tenido suerte en las comunidades y siguen existiendo las asociaciones. Con la actual AN observamos que viene con mucha fuerza la propuesta del Estado Comunal y también un gran contrasentido, una confrontación estelar en este último trimestre del año.

La lucha vecinal por el municipio democrático

¿Cómo percibe el movimiento lo que está ocurriendo?

—En el movimiento ciudadano se comprende con mucha claridad cómo los candidatos del PSUV se postulan si en la ley que promueve su propia AN se minimiza y se pone al servicio de las comunas a los concejos municipales y las alcaldías. Entonces viene siendo como una operación tenaza. Lo que no se aprieta desde la AN se apretará desde adentro, en esos municipios donde ganen.

¿Qué harán desde el movimiento vecinal?

—Desde la Escuela de Ciudadanos pretendemos abrir una reflexión sobre el tema del fortalecimiento del municipio democrático. Sé que desde organizaciones de la sociedad civil debemos explicar lo que es el Estado comunal, porque es una amenaza, pero ¿a quién amenaza? Tenemos que hacer que la ciudadanía conozca mucho más la Ley Orgánica del Régimen Municipal que tiene los elementos fundamentales y especialmente todo lo referido a la participación ciudadana y la figura de alcaldes y concejales que es realmente la norma positiva. Nuestro esfuerzo es cómo divulgar las ventajas que tenemos en los municipios democráticos y cómo se vendrían a menos con el Estado comunal. Ese es nuestro compromiso fundamental.

Santana dejó las direcciones info@escueladeciudadanos.org. y esantana@escueladeciudadanos.org para los vecinos que requieran de orientación legal e incorporarse a la lucha por sus municipios.


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