En el sector Las Tunitas del barrio Isaías Medina Angarita de Catia, dirigentes comunitarios, que recibieron un ciclo de talleres en derechos humanos con la ONG Espacio Público, pintaron un mural como actividad de cierre del proceso formativo.
Caracas. Con la frase “el conocimiento es la llave para la libertad”, vecinos del barrio Isaías Medina Angarita, de Catia, pintaron un mural en el sector Las Tunitas como actividad de cierre del ciclo de talleres en derechos humanos que recibieron de la organización no gubernamental Espacio Público.
Los talleres formativos comenzaron el 29 de agosto y se dictaron una vez a la semana. Estos fueron: 3D en derechos humanos, Acceso a la Información Pública (AIP), Café por los derechos humanos (CDH), Libertad de Asociación (LDA), Acciones Ciudadanas para la Verificación de Información (ACVDI), Cineforo y Comunicación para la Esperanza (CPLE) y culminaron con el mural.
La actividad se realizó el pasado 10 de diciembre, coincidió con el Día de los Derechos Humanos, efeméride que se celebra desde 1948, año en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Aunque el mal tiempo amenazaba con sabotear la actividad programada, los vecinos apostaron porque se tratase de una nube pasajera y se pusieron manos a la obra. De esta forma lograron terminar la obra que ahora adorna la calle Las Tunitas.
En principio, se tenía previsto pintar el mural en una pared más alta ubicada en la misma calle Venezuela. No obstante, las condiciones no garantizaban la permanencia de la pintura. Por ello, los vecinos decidieron que se trabajara en una más pequeña en buen estado.
Arte y comunidad
Ronaykel Aristeiguieta, Erasmo Portillo, Noemi Tovar, Andrés González, Karen González, Olga Herrera. Deiyans Torres y Jorge Hernández, participantes del proceso formativo con la ONG Espacio Público, se dividieron las tareas para el desarrollo del mural.
Unos, se encargaron de preparar la sopa y otros de pintar el mural con las indicaciones de la muralista Alessandra Baloa. El diseño fue idea de Baloa, quien es estudiante de Artes Plásticas, mención pintura en la Universidad Nacional Experimental de las Artes.
La jornada transcurrió con amenaza de lluvia. Se sumaron niños para pintar según las indicaciones de la muralista Alessandra Baloa, quien animaba a seguir para lograr la meta. Doris Reyes, vecina de la comunidad, más conocida en el sector como La Morocha, facilitó las sillas, agua, refresco, chucherías durante el proceso de elaboración del mural. De un camión que cambia frutas por artículos no perecederos, dieron cambures a la muralista y a dos de los participantes. 
Algunos vecinos que regresaban de hacer sus compras se pararon, vieron y comentaron que les gustaba cómo estaba quedando el mural. Expresaron aprobación por la recuperación de ese espacio y el mensaje explicado por Ronaykel: “El conocimiento permite a las personas ser más libres, ya que con mayor capacidad de entendimiento y comprensión afrontan mucho mejor las distintas circunstancias de la vida, haciendo posible el cuestionamiento de estas y logrando un mayor razonamiento”.
Experiencia de aprendizaje
Para Olga Herrera la actividad de cierre del programa de formación sobre derechos humanos “fue una experiencia de aprendizaje, integración y corresponsabilidad, un pequeño mural cargado de grandes valores, sueños, diversidad y alegría. Así, demostraron que, a pesar de las dificultades, cuando se quiere siempre es posible muchas gracias a todo el equipo”.
Ronaykel Aristeiguieta coincidió en su respuesta. “La verdad me llevo mucho aprendizaje del mural el día de hoy, empezando porque no pensé que se me diera pintar. El expresar arte y crear sentido de pertenencia en la comunidad es muy valioso, y siempre se puede aprender algo nuevo”.
Deiyans Torres, aunque no vive actualmente en la comunidad, asistió a la actividad. “Pero viví cerca y siempre es bonito que personas como ustedes (Espacio Público) se tomen un momento de su tiempo para hacer todo esto que hacen”.
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