En Cumaná la rumba se prende en casas, estacionamientos, licorerías, locales y avenidas 

la rumba se prende

Entre los panas, la casa de un amigo sigue siendo la mejor opción. Los jóvenes prefieren hacer la “gran vaca”, en la que todos aportan una cuota para comprar la bebida y lo que prepararán para comer. Sale más barato y es más seguro. La “rumba paisa” se realiza en uno de los barrios más peligrosos, pero “el día de la fiesta nadie se mete con nadie”, afirma un asiduo a este tipo de actos.

Cumaná. Aun cuando la crisis ha mermado la capacidad adquisitiva del venezolano, los jóvenes aquí “se inventan una” para poder disfrutar del sano esparcimiento entre amigos y “panas”. En casas, estacionamientos, licorerías, locales y avenidas la rumba se prende en Cumaná.

“Rumbear aquí en Cumaná también sale caro. Quizás nos podemos inventar un día de playa o de río, pero igual significa dinero, y ahorita hablamos de dólares porque todo está dolarizado, así que si son muchas la ganas de rumbear, hay que hacer la gran vaca. Por eso, a veces hasta ir a la playa, que la tenemos cerquita, cuesta y mucho”.

Eso cuenta José Luis Cova, un estudiante de Administración de 20 años de edad, que confiesa que con esfuerzo sus papás pagan una universidad privada y le cuestionan a la hora de rumbear, por lo costoso que está todo.

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La casa de un amigo es un buen sitio para reunirse si sale más barato y más seguro.  Foto: Mónica Salazar

Los padres de esta generación revelan que sienten mucho que sus hijos no puedan disfrutar ni compartir con los amigos con la libertad con que ellos lo hicieron.

Muchos de los consultados reconocen que indudablemente eran otros tiempos, pero coinciden en que “esta generación de chamos” hoy día en Venezuela no tiene muchas opciones para la distracción y el disfrute.

En Cumaná la agenda rumbera empieza desde el jueves. Algunos sitios, entre ellos pubs, tascas y discotecas, promocionan ofertas “atractivas” para los chamos que van desde el 2×1, noches de chicas y hasta tragos gratis hasta determinada hora. 

Sin embargo, todas las opciones, por atractivas que parezcan, representan mucho dinero para unos jóvenes que apenas tienen su primer empleo, son emprendedores o simplemente dependen de la mesada que les den sus padres.

Por eso, no tienen reparo en hacer de los estacionamientos o fachadas de licorerías y bodegones su lugar para la cita ideal entre amigos. Allí, además, llegan los  carros con los mejores sonidos, y la rumba se prende.

“Sí, pero hay que estar pendiente del que va llegando, por seguridad”, dice Alberto Cortés, un joven de 21 años que prefirió trabajar porque en la universidad se está perdiendo mucho tiempo: “Ya sabe, no hay profesores, los estudiantes se están yendo y todo está como paralizado”.

La Perimetral: la gran parada

Tradicionalmente, la avenida Perimetral de Cumaná, justo donde se encuentran las estatuas del Indio y el Misionero, obra alegórica a la fundación de Cumaná  y mejor conocida como el Monumento, es el punto común de encuentro al aire libre para compartir entre amigos y la familia cumanesa.

Hoy día, aun cuando ha bajado la concurrencia al lugar a causa de la inseguridad, los jóvenes volvieron a adueñarse del Monumento, y viernes y sábados permanecen hasta muy entrada la noche compartiendo, bailando y cantando. En temporadas vacacionales el gobierno regional despliega operativos de seguridad en la zona, al tiempo que en ocasiones presenta espectáculos con artistas nacionales en vivo.

Entre paisas, un amigo, quinceañeras y VIP

La “rumba paisa” es una de las citas más esperadas. Ya tiene su público cautivo. Cuando anuncian fecha, es un lleno total. Se realiza en una popular comunidad de Cumaná, en uno de los barrios con más alto índice delictivo, “pero el día de la fiesta nadie se mete con nadie; hay un alto entre las bandas del lugar”, cuenta un vecino que por razones obvias no se identificó.

El escenario es una calle ciega que se abarrota de gente hasta el amanecer, dice nuestro informante. Llegan sus seguidores de todas partes y sorprende que los asistentes son de hasta los más altos niveles, confirma el vecino del lugar: “No son solo los del barrio, también llegan los niños bonitos en sus mejores carros”.

Entre tanto, la casa de un amigo sigue siendo la mejor opción para muchos, y más cuando la situación aprieta a todos. Aquí es cuando los jóvenes prefieren hacer la “gran vaca”, en la que todos aportan una cuota para comprar la bebida y lo que prepararán para comer. Los hombres se encargan de la bebida y las chicas de la comida, y la rumba se prende en grande.

En el grupo de amigos ya es habitual escoger entre ellos la casa en donde se reunirán. Es más seguro, les sale más barato y dan tranquilidad a sus padres y pueden amanecer “hasta que el cuerpo aguante”.

Y el baile de las princesas no queda atrás. Para los más chicos, los 15 años de las amigas es la mejor oportunidad para rumbear “sin poner medio y vacilarse una fiesta mejor que la otra”, así  dicen los más jóvenes sin reparos.

Sorprende cómo en Cumaná, capital de uno de los estados más deprimidos del país, se celebran los 15 años de muchas chicas en unas megafiestas que distan mucho de la precariedad que vive la mayoría.

Aquí los invitados “se la gozan hasta que se acabe lo que se da”, como dicen muchos, porque normalmente es imposible hacer una fiesta de esas magnitudes en las que incluyen artistas nacionales. Los DJ más cotizados de la región, con equipos de luces importados impresionantes, son los encargados de que la rumba se prenda.

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En algunas rumbas los DJ más cotizados animan el ambiente. Foto: Mónica Salazar
Espectáculos dolarizados

Mientras, para el adulto contemporáneo los eventos especiales son la alternativa. Es una modalidad que ha ido en aumento con productores que se han empeñado en ofrecer variedad de espectáculos para un público ávido de nuevos espacios para el encuentro y el esparcimiento.

Pero lo que llama poderosamente la atención son los costos de los espectáculos y la rapidez con la que en ocasiones se agotan las entradas a unos precios dolarizados que para el común son imposibles sufragar.

Se ofertan entradas que van desde 5 hasta 20 dólares; y otras, en presentación de combos de 8 o 10 personas, desde 160 y hasta 220 dólares, y aun a esos precios se agotan. 


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