“En la búsqueda de la vacuna contra la COVID-19 hay mucho de solución y algo de fantasía”

vacuna En 14 días del mes de octubre fallecieron 16 médicos cirujanos médicos cirujanos

La comunidad científica del mundo apuesta por noviembre como un mes en el que surgirá mucha información sobre la vacuna de la COVID-19, y cuando los gobiernos deberán alistarse para tomar decisiones de adquisición, producción, logística y seguridad.

Caracas. Muchas dudas han surgido durante la carrera del mundo para conseguir la vacuna contra la COVID-19. Desde cuándo va a estar lista, qué países serán los primeros en tenerla, quiénes van a ser los primeros en vacunarse, cómo se va a distribuir y cuál será el plan de respuesta para efectos adversos. En el encuentro virtual organizado por SOS Telemedicina de la UCV, este viernes 9 de octubre, tres médicos especialistas respondieron si esta vacuna se trata de una realidad o una fantasía. 

A juicio del doctor Roberto Bebbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, en la búsqueda de la vacuna segura y eficaz para este virus hay mucho de solución y algo de fantasía. Al menos 288 vacunas contra la COVID-19 están en fase exploratoria o preclínica, 33 entraron a las fases uno y dos de ensayos clínicos y seis están en la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como las más adelantadas, que deben superar la tercera fase.

Bebbag argumentó que existen procesos que ya se están dando en el mundo, como acuerdos para facilitar el acceso a la vacuna una vez esté lista, y citó el Covax*. Pero hay otros por los que es necesario empezar a trabajar, como los grupos de decisión, es decir, quién va a determinar las poblaciones que deberán recibir la vacuna antes que el resto. 

*Covax es el mecanismo de la OMS/OPS que está integrado por 172 países para adquirir un primer lote de vacunas contra el coronavirus cuando se tenga la certeza de cuál es segura y efectiva. La decisión de entrar a este proyecto fue tomada por países de la Unión Europea y casi todos los de América.

En este sentido, citó que históricamente el Comité de Inmunización de Estados Unidos ha marcado pautas para que sean utilizadas en el mundo en relación con otras vacunas, pero esta vez seguramente cada país tendrá grupos de decisiones internos. Ante esto se cuestionó si serán asesores técnicos, infectólogos, epidemiólogos los que asesorarán a los gobiernos en Latinoamérica, y se sugirió que sean especialistas independientes de las miradas políticas. 

La fantasía a que hace referencia el médico cabe más sobre algunos temas que no se han tocado y resultan importantes. Bebbag citó que todos hablan sobre logística con más de 8000 aviones que transportarán grupos de vacunas en -70°, pero se preguntó si ya se tiene pensado cómo se van a acondicionar los nitrógenos en los aviones, si cuando lleguen a Latinoamérica van a tener una cadena de frío segura.

Toda esta logística debe ser analizada desde ya por los Estados, exhortó Bebbag.

La comunidad científica del mundo apuesta por noviembre como un mes en el que surgirá mucha información, y cuando los gobiernos deberán alistarse para tomar decisiones de adquisición, producción, logística y seguridad. 

Uno de los puntos que más preocupa a los expertos es el acceso que tendrán los países a las vacunas. No va a ser como Santa Claus, que va a llegar el 25 de diciembre con las vacunas. Hay que entender que países como Estados Unidos ha asegurado más de 3000 millones de dosis y ha adelantado millones de dólares a farmacéuticas que tienen la vacuna más adelantada, sostuvo el doctor José Brea durante el encuentro virtual, y remarcó la importancia de aquellos países que han apostado una fuerte inversión para garantizar que sean entre los primeros en tener la vacuna.

Igualmente, muchos comentarios surgieron dentro de la comunidad científica por el avance tan rápido de la vacuna rusa, también conocida como Sputnik V, y de la que ahora llegó un primer lote a Venezuela. El médico José Esparza resaltó que, al igual que en China, los candidatos de vacuna fueron registrados antes de tener los resultados de su fase tres, por lo que su uso es experimental y no pueden ser consideradas como vacunas seguras o con efectividad. 

Hubo un mal manejo mediático de los rusos que decían que ya tenían la vacuna, y no habían presentado ningún tipo de estudio de las fases dos y tres, sostuvo Brea en concordancia con las declaraciones de Esparza, y pidió transparencia e información de las casas farmacéuticas.

Hasta la fecha, las farmacéuticas AstraZeneca con la Universidad de Oxford, Sinovac con el Instituto de Butantan, Sinopharm con Wuhan IBP, Moderna con Beijing IBP y Pfizer con BioNTech y Fosun Pharma llevan a cabo su última fase de pruebas de vacunas contra la COVID-19. Esta última prueba deberá aplicarse en una población de entre 30.000 y 40.000 voluntarios para demostrar su efectividad y seguridad.

Aunque el pasado 2 de octubre llegó al país la Sputnik V para aplicar 2000 vacunas en el territorio nacional durante su fase tres, la OMS no la tiene dentro de su lista por la falta de información científica, pues no la ofreció al organismo durante las primeras dos fases de ensayos clínicos. 

Por lo general, una vacuna suele tomar de 10 a 15 años para llevarla al mercado. Por ejemplo, la vacuna para la parotiditis, la más rápida de la historia, requirió cuatro años en la década de 1960. Sin embargo, la carrera por la vacuna de la COVID-19 va mucho más rápido, acompañada de tecnología que anteriormente no se había aplicado. 


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