En la caminata de San Sebastián encontraron el amor y la felicidad los corredores Requena-Rojas

Foto Gregoria Díaz

La tradicional caminata de 43 kilómetros de Maracay a Ocumare de la Costa es una bendición para un matrimonio que empezó su romance caminando y este 2023 festejan 10 años de casados en el mismo lugar donde se conocieron.

Maracay. El amor a primera vista sí existe. A Francisco Requena Estrada le bastó mirar y oír una sola vez a Maribel Rojas para enamorarse. San Sebastián los flechó. Y aunque ella fue más cautelosa, la propuesta de ennoviarse con aquel desconocido, no le fue indiferente. Ambos participaban de la caminata de San Sebastián.

La jornada deportiva y religiosa fue creada en 1987 por el italiano Francisco Centrone. La caminata de San Sebastián recorre 43 kilómetros desde Maracay, atraviesa el mágico parque Henri Pittier y llega a Ocumare de la Costa para honrar el día de su patrono, que se celebra cada 20 de enero.

“Esa chica es maravillosa y al menos quiero ser su amigo”, pensó Francisco, quien sin titubeos, decidió caminar junto a ella para convencerla de que le gustaba y mucho. Después del puente de La Trilla, la tomó de la mano y le pidió que fuera su novia.

Me quedé perpleja –recuerda Maribel–, apenas nos estábamos conociendo.

Pero en los kilómetros que faltaban para llegar a Ocumare, decidieron de manera espontánea, contar sus vidas. Francisco tenía un hijo y Maribel, tres. Ambos venían de una separación que se había extendido por cuatro años.

“Ella me dijo que aceptaría, pero con tiempo”, rememora Francisco, con su sonrisa perenne. Maribel confiesa que se sentía como una quinceañera, ruborizada y temerosa.

Lo que siguió no fue casualidad. En Ocumare ya no había habitaciones disponibles y Francisco decide acompañarla hasta la parada de autobuses. A Maribel la esperaban ese mismo día sus hijos y su madre. Antes de abordar, una vieja amiga de ella aparece en el camino. Era la dueña de una posada.

Maribel se despojó de estereotipos y prejuicios y Francisco se dedicó la noche entera a cantarle en el oído “cierra los ojos y con suavidad, deja descansar tu cabeza hacia atrás. Deja que el sueño, sea dueño de ti”, de Frank Quintero. Ambos olvidaron los dolores del cuerpo y del alma.

“Yo era una mujer muy cargada”, confiesa.

Caminata San Sebastián
Así terminan cada competencia. Foto cortesía familia Requena Rojas

Al día siguiente, y ya sí desde la ventana del autobús, Maribel le gritó su número telefónico y él lo memorizó. Luego se citaron en una panadería. llegaron puntuales. Solo que cada uno acudió a una panadería distinta. Se llaman y enmiendan la confusión de direcciones.  A los tres meses ya vivían juntos y siguieron caminando los mismos 43 kilómetros de peregrinación y de amor.

Hasta que en 2012, durante la misma caminata, Francisco se hincó de rodillas y le pidió matrimonio. Esta vez, ella aceptó sin titubeos.

Los besucones que corren

“Jamás había tenido un amor así. Desde ese instante me tomó de la mano y hasta ahora no me ha soltado”, dice ella hoy, de 55 años, artesana y deportista.

Es la mujer –responde Francisco, de 56 años, ingeniero civil devenido en comerciante– que yo quería como mi pareja, mi compañera, mi amiga.  Que creciéramos juntos y hacer la vida divertida.

Ella, con un corto vestido blanco, unas licras, su velo y su buqué; él con chemise y mono negro, ambos con zapatos deportivos, dieron el sí ante el prefecto de Ocumare de la Costa, el 26 de enero de 2013. Allí, en el mismo lugar donde se conocieron y como testigos, a miles de caminantes que ese año también peregrinaron en honor a San Sebastián.

Caminata San Sebastián
Se conocieron y se casaron en una caminata de San Sebastián. Foto cortesía familia Requena Rojas

La celebración y la primera noche de bodas fue en la misma posada.

“La caminata de San Sebastián es una bendición. En ella encontramos el amor y además nos permite disfrutar de la magia de nuestro maravilloso parque nacional Henri Pittier”, coinciden.

Desde entonces, la pasión por las carreras y los eventos deportivos también los uniría más. Ya es tradición que 100 metros antes de la meta, concluyan la competencia con un beso que, un fotógrafo inmortalizó en una revista y que tiempo después dio origen a una marca: los @besuconesrunners.

Con los años, Francisco se convirtió en la figura paterna que no tuvieron los hijos de Maribel. Salvo el hijo de Francisco, todos emigraron y recorren su propio camino.

Mucho antes de marcharse, la hija mayor de Maribel los convertía en abuelos. Días previos al parto, la pareja disfrutaba de la Navidad en un viaje por España. La joven temía que su madre no estuviera presente durante el nacimiento del bebé.

Pero Maribel y Francisco llegaron a tiempo. Él había prometido ser el padrino.

El chico, desde los seis años, quedó bajo la tutela de Francisco y de Maribel. Este 2023, la pareja tiene dos motivos especiales para celebrar: cumplen 10 años de casados y el nieto celebra sus 13 años.

“Jeremy fue nuestro regalo”, dicen al unísono.

Ese obsequio nació un 20 de enero, día de San Sebastián.

La pareja se hizo cargo de un nieto que nació un 20 de enero, día de San Sebastián. Foto cortesía familia Requena Rojas

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