En las FANB el Petro genera más dudas que confianza

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Fuentes castrenses señalan que hay dudas sobre el sistema así como del respaldo que tiene la criptomoneda.

Caracas. Al distribuir en los cuarteles material sobre la criptomoneda, el Petro, el Gobierno no previó que el tema generaría dudas en el sector militar sobre cuál es el objetivo de esta moneda digital, que tiene como respaldo las reservas de petróleo y minerales del país, y cuya comercialización estará signada por la confidencialidad de quienes lo compren.

Tanto analistas como el Departamento del Tesoro de EE UU coinciden en señalar que la decisión de Miraflores de crear una criptomoneda es tratar de evadir las sanciones de Estados Unidos y la Comunidad Europea, pero en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) el sistema genera dudas.

La desconfianza de los militares surgió al evaluar las declaraciones de expertos, como el historiador económico Garrick Hileman (Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge, Reino Unido) y del profesor Jesús Palau (Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade en España) sobre el Petro, así como las advertencias del Departamento de Tesoro de EE UU del pasado 16 de enero.

Hileman declaró a la BBC el 4 diciembre de 2017 que la nueva moneda requiere de “honestidad y transparencia” en su manejo y en la custodia que, entiende, deber ser independiente para que garantice que las materias primas lleguen a sus acreedores en caso de impago.

“¿Dónde se guardarán estos activos (el petróleo, el gas, el oro y los diamantes)? ¿Quién los custodiará? ¿Estarán en Nueva York? ¿En Londres?”, interrogó Hilemam. Sin embargo, la preocupación mayor del historiador es sobre los compradores, lo que provoca ruido en los militares, ya que serían anónimos. “¿Cómo verían los venezolanos que su Estado respalde una divisa que se utilice para cometer crímenes?”, volvió a preguntar Hileman.

En el informe difundido en la Universidad Militar, guarniciones, comandancia y cuarteles, el Gobierno justificó la emisión del Petro, creada el 3 de diciembre de 2017, en los siguientes términos:

  • Respaldo estatal de reservas de recursos naturales como petróleo, gas, oro y diamantes. El artículo 4° del Decreto N° 3.196 publicado en Gaceta Oficial, señala que un petro equivale a un contrato compra-venta por un (1) barril de petróleo de la cesta de crudo venezolano o cualquier commodities que decida la Nación”.
  • Posibilidad de transacciones internacionales.
  • Registro de transacciones digitales a través del Observatorio Blockchain de Venezuela.
  • Mantiene algoritmos matemáticos encriptados que no permiten intercepción de agentes externos al suyo.
  • Transacciones electrónicas sin intermediarios.
  • Transacciones inmediatas sin comisiones.
  • Posibilidad de ser canjeado a través de casas de cambio virtuales.
  • El petro sería controlado por el Observatorio Blockchain de Venezuela, adscrito al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, con asesoría de OnixCoin, una empresa venezolana que fundó su propia criptomoneda y las operaciones estarán controladas por la Superintendencia de la Criptomoneda y Actividades Conexas.

En predios militares se preguntan: ¿Cómo el gobierno opta por comprometer las reservas de recursos de la nación sin una consulta al país, al Parlamento y solo pretende informar a la FANB decisiones acordadas?

El 27 de diciembre de 2017, el Gobierno oficializó 5 millardos de barriles de petróleo del Bloque Ayacucho I de la Faja del Orinoco y certificó oro y diamantes del Arco Minero del Orinoco, un territorio de unos 111.843 kilómetros cuadrados, en respaldo del Petro.

El 5 de enero de 2018, Nicolás Maduro anunció la emisión de 100 millones de petros mientras que Carlos Vargas, superintendente, dijo que harán ventas progresivas. No obstante, cuatro días después, el Parlamento declaró nula la primera y próxima emisión de operaciones, con el argumento de que “el Petro no es una criptomoneda. Representa un contrato de compra/venta a futuro cuyo activo subyacente es un barril de petróleo”, dijo el diputado Alfonso Marquina.

Foto referencial: Miguel González


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