El descontento ocasionado por la crisis figura entre las principales razones que explican la poca movilización y, en esta oportunidad, no hubo suficientes “recursos” para levantar los ánimos.

Caracas. La situación fue similar en casi todo el país. Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Táchira, Zulia… en todos los estados donde el equipo de Crónica.Uno estuvo presente, pudo constatarse que la maquinaria roja encontró obstáculos insalvables en su tarea de arrastrar electores a los centros de votación.

Fue lo que ocurrió en esta última región, específicamente en Maracaibo, donde, por orden de sus superiores, los líderes comunitarios afectos al Gobierno, de las UBCh, los Clap, algunas misiones sociales y también colectivos, salieron en la búsqueda de sus votantes. Sin embargo, “fue forzado”, como lo aseguró Antonio Romero, jefe de patrulla de la parroquia Antonio Normas Romero, del oeste de la ciudad. El hombre le explicó a Crónica.Uno cómo fue el proceso.

Nos activamos como en todos los comicios, desde las 4 de la mañana. Sabíamos que iba a ser difícil porque incluso en las organizaciones piloto hay diferencias. Nos pagaron un millón de bolívares a los que movilizamos gente, pero ni con eso. Hubo ausentismo. Más de 50 % de los militantes no participó. Las razones son varias: algunos porque no les llegó el Clap, otros por descontento con sus bases y los más fuertes porque dejaron de creer en el proceso. Yo salí a buscar a mi gente, pero de 560 personas que tenía estipuladas solo logré sacar 122 de su casa. La gente no quería votar, ya no creen en Maduro.

Pablo González trabajó como movilizador en su camionetica en la parroquia San Isidro. Le dieron una bolsa de comida y un millón de bolívares al culminar la jornada, pero aseguró que no fue como en otras elecciones.

Di muchas vueltas en vano. La gente nos gritaba: ‘váyanse de aquí, yo no voy a votar para seguir pasando hambre’. A mí me daba pena, pero, como no había vida en el tráfico, acepté trasladar a la gente.

En efecto, casi no había movimiento en las calles de Maracaibo el pasado domingo. El Directorio Único de Transporte del estado Zulia (Dutrez) informó que solo 30 % de la flota disponible trabajó ese día en todo el estado. Los pocos transportistas que sí cumplieron con su jornada cobraban Bs. 10.000 el traslado corto y Bs. 15.000 el largo.

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Rutas como Bella Vista, 18 de Octubre, El Milagro y Sabaneta trabajaron con normalidad. Mientras que la Limpia, San José, Circunvalación 2 Veritas y San Jacinto lo hicieron con menos de las unidades que tienen a disposición.

El restante 70 % descansó o fue contratado por los comandos de campaña para movilizar a sus votantes, como fue el caso de los autobuses de Ruta Norte y 18 de Octubre.

Avilio Troconis, diputado opositor a la Asamblea Nacional, denunció el uso de buses Yutong para trasladar votantes oficialistas. Indicó que los vehículos estaban a menos de 20 metros de un centro de votación en La Concepción, municipio Jesús Enrique Lossada.

Silvestre Villalobos, presidente del Metro de Maracaibo, aseguró que los buses Yutong y el sistema subterráneo de la ciudad laboraron gratuitamente con la misión de ofrecer transporte para los electores y respaldar su derecho al voto.

Gustavo Ruiz trabajó en su moto el domingo. Le pagaron dos millones y le dieron las tres comidas. Pero su misión no fue la de buscar votantes sino la de “cuidar” los centros.

Yo estuve rotando. En la mañana en el norte y en la tarde en el oeste. Me pagaron bien y solo teníamos que dar vueltas para asustar a la gente.

Para el joven de 21 años, la Operación Remate no se cumplió. En la tarde metimos mucha presión, pero ya la gente no come de eso. Nadie quiso salir. A las 5 yo me fui a la casa, nos dijo el jefe: vayan a dormir que ya Maduro ganó.

En Valencia tampoco

En Carabobo también se dispuso de una gran cantidad de unidades de transporte para llevar a los electores a los centros de votación, pero, igual que en el Zulia, siempre se les veía con poca cantidad de personas.

En el Centro José Regino Peña, a las 6:00 p.m., se bajaron del bus unos seis adultos mayores

Unas 70 unidades de TransCarabobo y 1100 conductores de las fuerzas motorizadas de la región fueron los encargados de movilizar a los electores de los 14 municipios de la entidad, según información aportada por Gilberto Ceballos, jefe de la oficina regional de transporte terrestre de Carabobo, quien reconoció que, durante la mañana, la movilización fue un poco “floja”, pero que en horas de la tarde trasladaron una mayor cantidad de electores. “A las 5:00 se empezó con la Operación Remate y movilizamos gente a los centros electorales hasta las 8:00”.

Recalcó que el grueso de la movilización se concentró en el Megacentro Electoral José Regino Peña, ubicado al sur de Valencia, que agrupa a 10.002 electores.

Ni para un cambio de aceite

En Anzoátegui, pese a que el panorama en los centros electorales fue desolador durante toda la jornada del domingo, la dirigente nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Stella Lugo, felicitó a toda la maquinaria chavista de la entidad por haber contribuido a la victoria de Nicolás Maduro.El trabajo fue arduo… el pueblo salió a votar venciendo la guerra contra los repuestos y la economía.

Sin embargo, los testimonios de algunos conductores que prefirieron mantener el anonimato contradicen semejante entusiasmo. Indicaron que una gran cantidad de transportistas se negó a participar en las elecciones debido al poco ingreso que obtendrían por el trabajo.

Uno de ellos sostuvo que apenas estaban pagando 15 millones de bolívares por llevar electores durante la jornada y eso no cubría los costos mínimos de repuestos ni aceite.

Hijo, un caucho de este autobús está por el orden de los 80 millones si lo consigo en oferta. Con los 15 millones no hago ni un cambio de aceite. Nosotros cómo vamos a trabajar si más de 70 % de la flota está parada por repuestos y lo que estaban pagando era insuficiente.

En San Cristóbal ni se intentó

Un caso distinto fue el que se presentó en todo el estado Táchira, que permaneció en completa inamovilidad durante el proceso comicial del pasado domingo. En otras jornadas era común apreciar autobuses de diferentes líneas de transporte público haciendo movilización rumbo a los centros de votación. En esta oportunidad no ocurrió.

Táchira fue uno de los estados con mayor abstención. Aquí el Gobierno ni siquiera hizo mayor esfuerzo por “arrastrar” a la gente.

Al parecer, el fracaso en la movilización de personas hacia La Fría, el pasado lunes 14 de mayo, hizo que no se contrataran unidades para este domingo. Mucha plata para lo poco que se iba a mover, aseveró una fuente ligada al Gobierno.

Sin embargo, a través de las redes sociales se hizo pública y notoria la movilización de reclusos desde el Centro Penitenciario de Occidente, en Santa Ana del Táchira, hacia el centro de votación Menca de Leoni, en San Cristóbal.

Habitantes de la zona denunciaron que unidades de Santa Ana y hasta de la línea capitalina 21 de mayo fueron usadas para el traslado de presos. Con cacerolazos y pitos fueron recibidos en el barrio Genaro Méndez.

Los colectivos motorizados, que suelen recorrer la ciudad, sobre todo en horas de la tarde-noche, brillaron por su ausencia. Solo se supo que estaban alerta en caso de que se suscitara alguna situación.

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El chavismo también se abstuvo en Maracay

En Aragua, bastión del chavismo y conocida como “la cuna de la revolución”, el llamado a la Operación Remate tampoco tuvo mucho eco.

Nunca existió la Operación Remate, no lo hicieron porque no tenían a quién movilizar. No tuvieron capacidad operativa ni argumentos para convencer a su militancia y garantizar los votos que ellos llaman duros. Muchos de los obtenidos fueron coaccionados.

Esta es la apreciación de un joven líder del PSUV en el estado, luego de los comicios del 20 de mayo. Y arguye, además, las razones de esa escasa capacidad de movilización del chavismo en la región: Aquí no hay gobernador, alcaldes, funcionarios, militares, jefes y líderes voceros que realmente pateen calle en otras fechas que no sean cuando se acercan las campañas electorales. Lo que hay son pequeños grupos lucrándose y velando por intereses personales que siguen haciendo daño a la Revolución Bolivariana, señala, no sin antes pedir que se omita su identidad por razones de seguridad.

Un conocido dirigente y concejal del PSUV en Aragua, que por razones obvias también pidió ocultar su identidad, describió así la situación: Estaban desesperados, llamaban y enviaban mensajes de texto, conminando a los camaradas para que salieran a votar. Pero ya no tienen liderazgo ni respaldo de la militancia. Esta vez el chavismo de verdad tuvo dignidad y se resistió.

La gente —explica— apagó sus teléfonos y ni porque les ofrecieron 10 millones de bolívares para que salieran de sus casas a votar, lo hicieron. Inclusive, muchos funcionarios públicos, pese al riesgo de ser despedidos, decidieron quedarse en sus casas.

El PSUV se valió de las empresas básicas y de los programas sociales para arrastrar votantes en Bolívar

La Operación Remate tuvo un poco más trabajo en el estado Bolívar. A las 8:30 p. m. del domingo, más de 100 personas estaban en la cola para votar en la escuela Fe y Alegría Antonio Lauro, ubicada en Francisca Duarte, sector de la periferia de San Félix.

¿Hubo, más temprano, problemas con las máquinas? No. ¿El centro abrió tarde, como para que aún hubiese varios de los 2300 inscritos en ese centro? Tampoco. La coordinadora explicaba, a esa hora, que “la gente empezó a llegar como a las 4:00 de la tarde”.

Pero afuera, en una esquina, estaba la respuesta: el punto rojo. Allí estaban sus coordinadores reunidos, quienes explicaban abiertamente que, en el momento cuando Diosdado Cabello convocó para el remate, se activaron. Divididos en cuadrillas y movilizados en vehículos de la Gobernación de Bolívar y de las empresas básicas, tocaron las puertas de las casas de aquellos votantes que no habían acudido al centro. Les recordaron que había beneficios sociales en juego, como las cajas de los Clap, y los invitaron a acompañarlos al centro electoral.

Fue un esquema que se replicó en varios centros tanto de Puerto Ordaz como de San Félix: el PSUV echó mano de todo cuanto tuvo a su disposición para movilizar la mayor cantidad de votantes a favor de Nicolás Maduro.

Pero tal esquema de uso de los fondos y recursos estatales no comenzó a esa hora. En la madrugada, en varios sectores de la parroquia Unare, los vecinos despertaron con un ruido: no era el toque de diana electoral, costumbre del chavismo, sino empleados públicos anunciando que había cajas del Clap para repartir. Eso sí, antes había que votar.

La movilización de dinero en efectivo, tan escaso como la comida regulada, también fue norma el domingo: el PSUV pagó hasta 10 millones de bolívares en billetes a aquellos que movilizaran a sus votantes. Estaban pagando ese dineral después de que terminabas el transporte, explica Silvia Muñoz, una militante del partido oficial.

Los autobuses de Transbolívar también fueron parte de la logística oficial, además de los de las empresas básicas, como Ferrominera del Orinoco. Sin contar el apoyo del Plan República a la causa de Nicolás Maduro: en Bolívar los puntos rojos también estuvieron a menos de 200 metros de los centros de votación.

Hubo electores que entraron a ellos con franelas y gorras alusivas a la campaña de Maduro, quien, pese a todos esos esfuerzos, logró en esta ocasión 255.913 votos, 96.000 menos que en 2013, cuando obtuvo 351.988.

Con información de Mariela Nava, Leomara Cárdenas, José Camacho, Fabiola Barrera,  Marcos Valverde y Gregoria Díaz

Fotos: Gregoria Díaz, Leomara Cárdenas, Fabiola Barrera


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