No hay mercado que estimule la oferta y Anaco, que era el productor gasífero por excelencia, ya no lo es. La mayoría de la población (81 %) cocina con gas natural, de bombona; mientras que apenas 14 % goza de gas directo.

Caracas. En el interior del país la falta de gas sacude con más fuerza a la población. Los habitantes de una parroquia en el sur de la capital del estado Yaracuy han improvisado fogones en las casas, debido a la cantidad de meses que pasan sin acceder a una bombona. La tos y el hollín en la ropa ya forman parte de la rutina. La demanda de servicios básicos es un patrón que se repite en las manifestaciones. No hay cifras oficiales sobre el estado del sector gasífero y tampoco se conocen soluciones a un problema que trastoca la vida de los venezolanos. 

En un año (2018-2019) la producción interna de gas cayó 40 %. No hay mercado que estimule la oferta y Anaco, que era el productor de gas por excelencia, ya no lo es. La mayoría de la población (81 %) cocina con gas natural, de bombona; mientras que apenas 14 % tiene gas directo. Una de las razones es la falta de tuberías que lleven gas directo a las zonas más alejadas.

La industria ya no cuenta con buques para cabotaje, y el único lugar de despacho de cisternas de gas directo está en el Complejo Petroquímico José Antonio Anzoátegui, en el estado Anzoátegui, según datos revelados este 13 de noviembre en el foro “Situación y perspectiva de la industria petrolera en Venezuela”, realizado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

En Venezuela el gas directo (metano) es abundante y superavitario, sin embargo, no se explota, debido a problemas de infraestructura que impiden llevarlo hasta las plantas ubicadas en el estado Zulia.

En septiembre el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) informó que las protestas se caracterizaron por reclamos debido al colapso de los servicios de agua potable, electricidad, gas doméstico, recolección de basura, aguas servidas y alumbrado público. Además, el informe señala que 69 % de las protestas (485) fue para exigir derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

La escasez de gas doméstico también ha generado la tala de árboles para obtener leña. En octubre, en el estado Táchira un paquete de unos ocho trozos de madera costaba entre cuatro y cinco dólares, otra de las prácticas que ha aflorado en medio de la falta del servicio que es esencial para cocinar.

Petróleo, sanciones y refinerías

La industria petrolera afronta sanciones desde el 28 de enero de este año, lo que ha derivado en un exceso de inventario que ha llevado a parar la producción en plantas como Petropiar.  

Hasta septiembre Petrozamora era el principal productor de crudo, le seguían Petroboscán y Petropiar. Por otro lado, Petrosanfélix y Petrocedeño se mantenían en cero, debido a la falta de diluyentes.

En 2012 el consumo nacional de gasolina (se incluye de 91 y 95 octanos y diesel) era de unos 320.000 barriles, mientras que en 2019 se ubica por debajo de 200.000, lo que representa una disminución de 37,5 % en siete años. Las refinerías apenas abastecen 20 % del mercado interno. 

A juicio del economista Ramón Key, socio director de Gas Energy Latin America, la severidad de la crisis actual se debe al derrumbe del sector petrolero. “Es una crisis sistémica”, dijo. Además, refirió que en el mundo las energías renovables crecen de manera exponencial, lo que supone un reto mayor para los productores petroleros. A largo plazo prevén que los precios de crudo bajen todavía más y que las renovables empiecen a ser más competitivas.

La producción de Petróleos de Venezuela ha caído a mínimos históricos en 2019 al llegar a los 700.000 barriles diarios, de acuerdo con fuentes secundarias que reportan a la OPEP. Según Key, el efectivo que generan las exportaciones es prácticamente cero y hay cerca de 8360 bpd que no se pagan. Para recuperar la industria, advierte, se necesitan entre 15.000 y 30.000 millones de dólares, y no será posible sin financiamiento privado.


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