Entradas, escaleras y pasillos del Metro de Caracas inundados de filtraciones y de orine rancio

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El sistema de transporte subterráneo más grande del país se encuentra en una precaria situación a sus 35 años de vida. Los usuarios son quienes más padecen del deterioro.

Caracas. Más de 2 millones de personas se movilizan a diario en el sistema Metro de Caracas. El transporte, sin embargo, es un calvario: trenes que llegan con retraso a los andenes, escaleras mecánicas dañadas y falta de aire acondicionado. Ninguno de estos factores es novedad para los usuarios y, con todo, existe otro aspecto relacionado con la limpieza de las instalaciones que vuelve el trayecto en el subterráneo una pesadilla. Pisos, paredes, escaleras, pasamanos, lámparas y jardineras son un culto a la mugre.

La sensación pagojosa se percibe desde el primer escalón que da acceso a las estaciones. La paralización en 44,9 % de las escaleras mecánicas marca Shindler u Otis —de 321 solo funcionan 144— las vuelve propensas a la acumulación de polvillo y de los desperdicios que arrojan los usuarios. Envoltorios de chupetas y caramelos —que se venden dentro de los vagones— permanecen atascados entre los peldaños.

En un recorrido realizado por Crónica.Uno se constató que, entre las estaciones que más hay basura —incluso cajas de cartón— están Capitolio, La Hoyada, El Silencio, Bellas Artes, Capuchinos, Plaza Sucre y Gato Negro.

Las personas con algún tipo de discapacidad son las que más sufren al momento de ingresar a las instalaciones.

En Capuchinos, por ejemplo, los malos olores se juntan y producen una corriente insoportable que impacta en la calidad del aire. “Aquí siempre huele mal, no hay ni un día en que limpien. Es un olor muy desagradable”, comentó una señora que se dirigía a abordar el tren hacia El Silencio.

El ascensor preferencial para personas con alguna discapacidad, mujeres embarazadas y adultos mayores no presta servicio desde hace meses.

Foto: Luis Morillo

En Plaza Venezuela la salida de la Gran Avenida Sur y Norte, donde se ubica la Previsora, está llena de papelillos, cáscaras de cambures y bolsas de chucherías. Las losas de las paredes exhiben una capa gruesa de suciedad. Del techo se desprenden algunas láminas y las lámparas cuelgan. Todo el pasillo que da acceso a los torniquetes huele a orine rancio. Hedor que llega hasta el área del andén.

Mientras que afuera de la estación La Hoyada la falta de mantenimiento es evidente con los charcos, colillas y líquidos derramados. Los pozos permanecen por semanas. “Hace mucho que no se ve una cuadrilla de limpieza”, dijo un buhonero que vende libros justo en la escalera que conduce hacia la esquina El Chorro.

Las autoridades deben tomar con seriedad el asunto y rescatar el sistema en su totalidad. No es posible tanto maltrato para el usuario de un servicio que debería ser impecable, puntual y agradable, dijo una muchacha cuando salía de La Hoyada.

Estación Capuchinos. Foto: Luis Morillo

El motivo de la decadencia

El Metro de Caracas tenía contratos con Induservi, una empresa de operaciones de mantenimiento y limpieza que se ocupaba del aseo de las estaciones. Pero desde hace 15 años, el sistema realiza alianzas con otras organizaciones que, según uno de los trabajadores, son “fantasmas”.

Cada vez fueron menos las contrataciones con estas empresas fantasmas, hasta llegar al punto que no se contrató a nadie más, aseveró Wilson Gutiérrez, trabajador del Metro.

La falta de presupuesto también es una de las causas por las que no se contrató a otras empresas de limpieza. Gutiérrez dijo que a veces se ve a algunos señores mayores barriendo los pisos, pero ellos no son trabajadores del Metro.

En los rieles de las estaciones proliferan los animales rastreros, en su mayoría ratas. Por esta razón existe un departamento que se encarga de exterminarlos. Sin embargo, quedan pocos especialistas dedicados a esta actividad debido a que muchos emigraron o los han despedido de manera injustificada por oponerse a los ideales oficialistas.

Nosotros los trabajadores hemos denunciado en varias ocasiones que en los cuartos de desahogo [donde descansa o almuerza el personal] hay ratas y pulgas, pero persiste el problema, aseguró Gutiérrez.

El transporte subterráneo se ha deteriorado de manera progresiva. Según los empleados, el desgaste de la pintura amarilla, las papeleras despegadas, los animales rastreros y la basura que ronda por los pasillos demuestran la falta de una buena gerencia que administre el aseo. Se necesita de una correcta organización y planificación para que funcione el sistema.

La última limpieza fue a finales del año 2018, cuando se ejecutó un plan de mantenimiento integral de trenes y escaleras mecánicas. El presidente de este organismo, César Vega, aseguró la habilitación de 13 escaleras mecánicas y la instalación de 35 unidades nuevas en distintas estaciones del Metro. A su vez, se planteó la climatización de las estaciones Gato Negro, Propatria, Pérez Bonalde y Plaza Sucre. Igualmente, se repararían los torniquetes con fallas —de 778 torniquetes solo están operativos 336—. Los usuarios todavía no ven esos cambios.

En horas de la mañana de este 25 de abril, el Metro de Caracas informó a través de su cuenta Twitter que por motivo de trabajos de mantenimiento y cambio de rieles en Antímano se habilitó la Vía Única Temporal (VUT) —también conocida como ruta de contingencia— entre La Paz, Zoológico y Las Adjuntas. Esto significa que solo quedaron algunas estaciones activas.

Cabe destacar que en esta cuenta oficial no difunden información sobre la limpieza; mientras que los trabajadores se niegan a hablar sobre las razones del deterioro.

Foto: Luis Morillo

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