De la otrora ciudad de calles limpias y ordenadas ya no queda nada. Las vías están inundadas de basura y carecen de iluminación, los semáforos no funcionan y la vida comercial se pierde después de las 4:00 p. m. por la oscurana. Sus habitantes añoran a la ciudad distinta.

Maturín. Durante muchos años Maturín fue considerada “la ciudad distinta” por la limpieza de sus calles, la cercanía de su gente y el orden que reinaba. Este 7 de diciembre, sin embargo, la ciudad “celebrará” 259 años de fundada entre la desidia y la anarquía.

En 1983 se oficializó el eslogan de la ciudad distinta gracias a su estimación como ciudad modelo y se le reconoció de esa manera tanto en el ámbito nacional como internacional. 36 años después la realidad golpea a todo el que habita en Maturín y no hay manera de que las nuevas generaciones puedan reconciliar el recuerdo de lo que fue con lo que ven ahora.

entre la desidia y la anarquía
Los espacios públicos lucen abandonados. Foto: Natacha Sánchez.

Maturín por muchos años fue considerada una ciudad limpia, bajo el eslogan de la ciudad distinta. La avenida Bolívar se convirtió en el pulmón vegetal y poco a poco la ciudad fue acogedora para los propios y turistas. Cuando llegó el proceso revolucionario bolivariano ese eslogan desapareció del ambiente de los maturineses, comentó Edgar Rondón, cronista de la ciudad.

Sumida en el caos

Gran parte de los maturineses recuerda a la ciudad distinta con nostalgia y esperanzados en volver a reencontrase con aquella capital limpia y ordenada. En su mayoría atribuyen parte del caos a las autoridades. Destacan que no se les ha dado el debido mantenimiento y cuidado a los espacios que en su momento fueron icónicos.

“Para nadie es un secreto, todo ha empeorado. Necesitamos trabajar, porque por todos lados hemos visto cosas que han dejado de funcionar: los semáforos y la iluminación son prueba de ello”, destacó Iván Moreno.

La decadencia y deterioro en las principales avenidas es notorio. La oscurana es protagonista en las noches, cuando la ciudad se vuelve “fantasma” como la han calificado en varias oportunidades sus habitantes. La inseguridad ha propiciado que el centro de Maturín pierda vida comercial pasadas las 4 de la tarde, mientras que el aseo urbano solo circula por algunas zonas. El basurero es el “adorno” en calles y avenidas, que son bastante concurridas.

Anteriormente, aquí había orden, el aseo pasaba en todas las comunidades, no nada más por donde pasa la reina. Los servicios cada día empeoran. Sectores sin agua, los cables de electricidad en el suelo y los de Cantv ni se diga”, dijo Carlos Moya.

Uno de los temas pendientes, pero olvidados, ha sido el transporte público, que es unas de las cruces que deben cargar quienes habitan en Maturín. Pese a que oficialmente se estableció el precio del pasaje de acuerdo con las rutas y los montos a pagar son exhibidos en los vehículos, los usuarios denuncian que casi nadie respeta esa norma y no hay supervisión por parte de las autoridades y órganos contralores.

entre la desidia y la anarquía
La avenida Bolívar era el pulmón vegetal de la ciudad. Foto: Natacha Sánchez

El pasaje establecido por las autoridades es de Bs. 1000, sin embargo, los choferes han dejado de cobrar el monto acordado para fijar el precio que creen conveniente según sus necesidades.

“No todos los conductores son malos, pero sí hay muchos que son abusadores porque cobran muy por encima de la tarifa establecida. Cobran desde 1500 hasta 5000 dependiendo la ruta y la hora. En las busetas y carritos es un poco más costoso”, manifestó Indira Narváez

Deterioro en avenidas

Para peatones y conductores se ha hecho recurrente denunciar el mal estado en el que se encuentran las principales arterias viales de la ciudad, desde falta de alumbrado público, huecos en la carretera, hasta semáforos inoperativos.

A pesar de que el gobierno regional, encabezado por Yelitza Santaella, ha impulsado un plan denominado Relámpago, que tiene por objetivo restaurar el alumbrado público y semáforos de la ciudad, hay varias avenidas que hasta ahora no han sido atendidas.

Yo paso todas las noches por la Cruz Pereza [una de las principales vías de circulación de la ciudad] y si no es por las luces del carro, no vería nada. De hecho, se ha vuelto muy peligrosa, porque la oscuridad ha desatado a los malandros. En oportunidades intento desviarme y tomar otra ruta porque es muy peligroso pasar por ahí de noche debido a la oscuridad, comentó Manuel Villaroel.

Aunado a esto, los semáforos en su mayoría se encuentran inoperativos, algunos han sido arreglados por la gobernación del estado. Sin embargo, su funcionamiento es intermitente, como sucede, por ejemplo, con el que está ubicado en la avenida Bella Vista, en la entrada de Las Cayenas.

“El cruce de aquí [Las Cayenas] es uno de los más peligrosos. Ya nos hemos acostumbrado a no tener semáforo, que cuando este funciona igual nadie lo respeta. La gobernación lo arregló la semana pasada, si no me equivoco, pero funciona como por horarios, porque a veces en la noche está inoperativo”, destacó Carlos Suarez.

Símbolos municipales en el olvido

En 2007 fueron presentados los símbolos municipales de Maturín, después de 90 años sin identificación, y para Mario Lodoño, promotor cultural del municipio, no se le ha dado el debido respeto a esta simbología.

“Después de 90 años ahora hay identificación y las autoridades no le paran. Astas de bandera sin ninguna bandera, el escudo y la bandera pintados en una pared y el himno fue borrado hace un año más o menos. No sé cuál es el descuido de las autoridades municipales”.

Según Londoño, los símbolos fueron presentados bajo la resolución 68 del Concejo Municipal, la cual establece en su artículo 2 que los símbolos municipales deben ser honrados y venerados por maturineses y visitantes, pero, a su juicio, ni siquiera la misma población los conoce porque las autoridades no le han dado la debida importancia.

Los íconos de la ciudad no se respetan. Foto: Natacha Sánchez.
Recuerdan con nostalgia a la ciudad distinta

Este 7 de diciembre, quienes han crecido en Maturín inevitablemente han notado el cambio en la ciudad y traen a colación remembranzas de la Maturín de hace 20 años.

“Me da lástima ver a Maturín así, en el abandono. La plaza Miranda sin busto, la redoma Juana la Avanzadora sin la popular fuente, el paseo de Los Ilustres sin estatuas y las avenidas inundadas cuando medio cae una lluvia”, comentó Petra Aguilera

Los habitantes destacan que las soluciones que han dado las autoridades a las múltiples carencias de la ciudad no son más que pañitos de agua tibia

Maturín está completamente distinta a la de antes. Las autoridades han tratado de hacer algo, pero son cosas momentáneas, luego olvidan el mantenimiento debido. Me da nostalgia ver como tantas cosas se han perdido”, expresó Mirthalia Rojas

Otro de los puntos de comparación entre la Maturín de antes y la ahora es la calidez de su gente.

“La ciudad está muy diferente a la de mi infancia, incluso el comportamiento de la gente ha cambiado. Cuando uno iba al centro la gente no era agresiva, ahorita sí; eso puede atribuirse a como está el país porque la gente anda estresada”, enfatizó Ángel Rivas

El deterioro y descuido han sido uno de los efectos más nombrados por los habitantes de Maturín, no solamente en calles y avenidas, sino en recintos públicos. “Veo el deterioro en partes como el terminal, hospital, ambulatorios. No hay aseo urbano ni alumbrado público”, comentó Kennedy Figuera.

A 259 años de su fundación, los maturineses destacan que no hay mucho que celebrar y recuerdan a la ciudad pequeña, acogedora, limpia, ordenada y esperan algún día reencontrarse con la ciudad distinta.


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