Les vendieron cauchos desde un millón de bolívares y baterías a 7 millones de bolívares. La oferta que presentó el Gobierno no cubre la demanda: 4000 cauchos solo en la Gran Caracas, cuando una línea de 260 unidades requiere 1500. Esto quiere decir que la crisis en el sector seguirá y se afianzará luego del 20-M.
Caracas. Los transportistas de los cinco bloques de Caracas, desde septiembre de 2017 alertan sobre una paralización progresiva del servicio. A la fecha, se calcula que 90 % de las unidades están paradas por falta de repuestos e insumos.
Sin embargo, sus reclamos han sido atendidos con mediadas paliativas: una venta de cauchos en noviembre pasado, y otra jornada de expendio de insumos y repuestos que empezó este viernes 18, a pocas horas de realizarse los comicios presidenciales.
En septiembre de 2017, el Comando Intergremial del Transporte informó que había 42.450 camionetas accidentadas, de una flota de 65.400.
Es decir, estaban rodando, para ese entonces, solo 22.800 en los cinco municipios. A la fecha, los transportistas calculan que, de ese último corte, rueda 10 % de las unidades.
Para muestra, basta ver las principales avenidas de Caracas: Sucre, Urdaneta, Bolívar, Nueva Granada, Presidente Medina, Francisco de Miranda, Libertador, Nueva Granada, que lucen vacías, con unas dos o tres busetas en un solo sentido y, las paradas, a reventar de pasajeros.
Por eso llamó la atención que durante el cierre de campaña del candidato presidencial Nicolás Maduro, se vieran Encavas y unidades de las llamadas “rojas-rojitas” —las Yutong— transportando empleados públicos y seguidores del partido de gobierno, bajo la oferta de un pago sustancioso en bolívares, que seguramente no alcanza para comprar un caucho usado.
Cerrada la campaña, los transportistas —a quienes incluso no se les ha autorizado el aumento del pasaje— fueron invitados a una “megajornada” en El Poliedro de Caracas.
El ministro de Transporte, Carlos Osorio, con bombos y platillos anunció la distribución de 18.240 litros de lubricantes, de 4500 cauchos y 2000 baterías, para beneficiar a 260 líneas de transporte público, un total de 4000 transportistas de la Gran Caracas.
La jornada es nacional. De lubricantes esperan vender 674.935, de cauchos 50.638 y 16.400 baterías.
Cabe recordar que, el pasado 9 de mayo, en un acto público realizado en la plaza El Venezolano, la alcaldesa de Caracas, Érika Farías, sin titubeos dijo que a partir del 20 de mayo iba a transferir al pueblo organizado las competencias en materia de transporte. “Vamos a ver si ellos pueden con nosotros”, dijo.
A pocas horas de las elecciones, el Ejecutivo cambia las señas y suelta los insumos a precios “de gallina flaca”.
Los transportistas que han estado como el juego “ahí viene el lobo”, anunciando paros y contraparos, no se resistieron.
Muchos durmieron en los alrededores de El Poliedro esperando que abrieran la feria. Llevaron sol, pero ni los cauchos ni el aceite cubren la demanda.
“Tampoco eso hará que el lunes 21 se renueve la flota del transporte público”, dijo Marcelo Morett, de la línea Unción Conductores Plaza España-Coche.
Ofrecieron 4000 cauchos, cuando en Caracas hay líneas que tienen 260 unidades [en teoría] que consumen 1500 cauchos. Eso es una burla. Yo me vine, además el tiempo que estábamos pasando ahí, con el sol inclemente, no es justo”, dijo Morett.
Un caucho pequeño en esta jornada cuesta un millón de bolívares, uno para autobús está en 10 millones y una batería vale 7 millones de bolívares.
El evento, precomicios, se extendió a los taxistas. Solo debían presentar la cédula y los datos de la línea. Se espera que este sábado continúe la venta para los rezagados.
No mejora nada el enfermo
Durante los anuncios de este evento por las redes sociales, quienes manejan la cuenta @TransporteGobVe siempre colocaron la etiqueta #TodosAVotarElDomingo.
Lo cierto del caso es que la crisis del servicio no se detendrá con esta jornada. Un conductor necesita cuatro cauchos cada seis meses. Esta vez, el que pudo comprar solo pudo adquirió dos.
En Caracas, la población viene de vivir dos meses (marzo y abril) con recrudecimiento del deterioro del servicio y la respuesta a esta situación por parte de los transportistas ha sido retirar las unidades que están aún operativas y, por parte del Gobierno, enviar las llamadas “perreras”, principalmente a las zonas populares.
En las urbanizaciones, el servicio está desapareciendo, lo que implica que la gente haga largas caminatas diarias de dos o tres kilómetros para poder llegar a sus destinos o, como última opción, deja de asistir a sus puestos de trabajo o estudios.
Fotos: Archivo Crónica.Uno
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