“Era un ángel, fue un padre y un hermano, gracias a él estamos vivos”

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Las madres y los pacientes del doctor Jesús Reyes, a quien encontraron muerto en su casa, se mostraron desconsolados y, ahora, dicen que están desamparados

Mabel Sarmiento Garmendia /@mabelsarmiento

“El doctor Reyes era como mi padre, diría que mi verdadero padre. Me quería mucho y yo a él. Nos salvó y hacía todo lo posible para que estuviéramos bien. Me arrepiento de no haberle dado dos o tres abrazos el último día que lo vi. Él era mi todo, un verdadero amigo. Me siento muy mal”.

Así se expresó Crisvan Reyes (13), uno de los pacientes del doctor Jesús Reyes (43) a quien encontraron muerto en su residencia ubicada en el municipio El Hatillo el pasado miércoles 20 de mayo. “La última vez que lo vi fue el lunes y el 26 de mayo teníamos otra cita. Es un dolor muy grande, desde  hace cuatro años él era mi amigo”.

Crisvan junto con otros pacientes del doctor Reyes y el personal de salud del J. M de Los Ríos, encabezaron el jueves 21 una marcha en repudio del asesinato.

Madres e hijos consternados y mostrando su dolor con pancartas, cerraron la calle y cantaron el Himno Nacional. Lloraron y buscaron consuelo en los doctores, quienes con sus batas blancas en medio de la avenida Vollmer de San Bernardino, pedieron a los transeúntes solidaridad.

“¿Quién va a salvar a tus hijos?” se leía en una de las pancartas que las madres mostraron durante la protesta de este jueves en las afueras del puesto asistencial.

“Él fue quien consiguió un cupo para las terapias de nuestros niños en el hospital Domingo Luciani del Llanito. Me avisó y pagué un taxi hasta allá. Eso fue el martes 19. Mi hijo fue el último que vio a las 9 pm. Se tomó una foto con él y se fue como siempre contento”, relató consternada la mamá de José Escalona, un chico en sillas de rueda quien bajo el fuerte sol también participó en la acción de calle convocada por los médicos.

Fue una belleza de persona, contó Teresa Leal, un ángel, muy humanitario, me ayudaba con los medicamentos y con las cosas que necesitábamos. Somos de Guárico y él estaba pendiente hasta de lo más mínimo.

Teresa en medio de los gritos de repudio y el clamor de justicia generalizado no pudo ocultar su dolor e impotencia. “Estamos aquí en la calle y la gente se molesta porque está cerrado el paso. Pero no saben qué se siente tener un hijo con cáncer, no saben lo que es pasar por todo esto. Ese doctor era un excelente médico y nuestros hijos están a salvo por él, nos sentimos desamparados”.

Según el testimonio de las madres, la Unidad de Mezcla donde se preparan las quimioterapias, está paralizada por una filtración. De hecho, el martes las mamás de los pacientes de Hematología salieron a la calle en protesta, pues desde hacía tres semanas sus hijos no recibían el tratamiento de las quimio.

El doctor Reyes hizo gestiones para llevar a más de 100 pacientes al Llanito para que recibieran allí su tratamiento. “Y hasta que no salía el último él no se iba a su casa. Él tomó el caso de mi muchacho, se convirtió en un hermano para mí. Mi hijo fue amputado del brazo derecho por un tumor cancerígeno en el hueso. Hace cuatro años llegamos aquí y de inmediato hizo todas las diligencias para que recibiera los medicamentos. Es una gran pérdida”, dijo Carmen Alvarado.


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