El equipo de Crónica.Uno solicitó información a uno de los trabajadores del Metro pero este se negó porque los funcionarios no tienen permitido hacer declaraciones a la prensa sin un permiso. “Acceso cerrado, diríjase al próximo”, se lee en uno de los carteles que evita el paso a las escaleras dañadas.
Caracas. Basura, potes de jugo, cualquier tipo de desperdicio y hasta ramas y hojas de árboles hay en una escalera mecánica que enmarca el paso hacia la estación Gato Negro del Metro de Caracas. Según un mototaxista que trabaja cerca de la estación, la escalera tiene más de dos meses dañada y solo una vez vio a unos obreros “metiéndole mano” al aparato. Las piezas que permiten su funcionamiento están dispersas en varios espacios de la estación: una parte en uno de los pasillos, y otra al inicio de la escalera.
Esa estación tiene cuatro salidas, pero solo una —la más cercana a la entrada del Parque del Oeste— tiene escaleras mecánicas en bajada. Otras dos —una en dirección hacia el Museo Jacobo Borges y otra que da a Los Frailes de Catia— suben.
“Todos los días vemos cómo personas en silla de ruedas, muletas o personas de la tercera edad tienen que dar un vueltón para poder entrar al Metro”, dijo el mototaxista, que prefirió resguardar su identidad.
Muchos usuarios, al percatarse de que la escalera está dañada, se devuelven y salen por otra, que los deja al otro lado de la avenida Sucre, aunque los más hábiles sí suben los 44 escalones hasta llegar a su destino.
“Yo ya perdí la cuenta del tiempo que eso —las escaleras mecánicas— lleva dañado. En la noche cuando llego del trabajo cansada igual las subo, si no tengo que salir por otro lado y cruzar la calle de noche y esto por aquí es muy solo y uno se expone a los ladrones”, dijo Khaterine Alves, que vive en la Ruperto Lugo y todos los días usa esa estación para ir a su trabajo.
En todos los accesos hay vendedores informales. La mayoría vende chicles, cigarros y café. Solo una tiene alquiler de llamadas por celular. La presencia de los comerciantes incrementa la dificultad para entrar y salir del servicio, sobre todo por el umbral que da hacia las escaleras dañadas.
El equipo de Crónica.Uno solicitó información a uno de los trabajadores del Metro de Caracas pero este se negó ya que los funcionarios no pueden ofrecer declaraciones a la prensa sin un permiso.
Foto: Cristian Hernádez
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