Los trabajadores de esas estaciones también lucen nuevos uniformes, color gris o negro, con el logo de “PDV” en amarillo y rojo. Vía –la empresa detrás de la nueva imagen– informa que maneja cuatro estaciones de servicio en Caracas: La Estancia, El Cafetal, Parque Cristal y Río Lago. Además, anunció que próximamente estarán en otras partes del país, como en el estado Bolívar.

Caracas. Varias estaciones de servicio en Caracas empezaron desde hace semanas a renovar su imagen. Algunas muestran pequeños cambios, como retoques de pintura o rejas nuevas, mientras que en otras la transformación es total. Máquinas de llenado sofisticadas, nuevos uniformes y tiendas surtidas, que dibujan una parte de la ciudad  distinta, que parece dejar atrás la recesión económica de los últimos siete años.

Este nuevo escenario transcurre en momentos en que el gobierno lleva a cabo una flexibilización desordenada de la economía, busca ingresos desesperadamente y se ampara en la ley antibloqueo para efectuar algunos cambios.

La estación de servicio La Estancia es una de las que forma parte de esta transformación. Atrás quedó el color rojo característico de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Hoy las vallas que le hacen publicidad son de un amarillo que resalta entre todo los demás. Vía es la empresa detrás de esta nueva imagen. Un eslogan en una valla imponente recibe a los usuarios: “Vía, tu punto de encuentro” o “Innovación en autoservicios”. 

“La máquina cobra sola las propinas”, dice uno de los bomberos, mientras quienes están alrededor observan con curiosidad los nuevos equipos que sirven para llenar el tanque de los vehículos. Todo es automatizado en el surtidor.

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Nuevos surtidores en Estación de servicio La Estancia – Foto: Luis Morillo

Los trabajadores en esas estaciones también lucen nuevos uniformes, color gris o negro, con el logo de “PDV” en amarillo y rojo. Una característica de estas bombas es que trabajan 24 horas y solo venden gasolina “premium” o dolarizada, donde el litro tiene un valor de $0,50. 

Vía, que hizo su aparición en Instagram el 4 de noviembre de 2020, informa en esa red social que maneja cuatro estaciones de servicio en Caracas: La Estancia, El Cafetal, Parque Cristal y Río Lago. Además, anunció que próximamente estarán en otras partes del país como en el estado Bolívar. En un recorrido hecho por el equipo de Crónica.Uno la encargada de la bomba La Estancia declinó hacer comentarios sobre la empresa. 

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En el país existen más de 1500 estaciones de servicio, de las cuales unas 200 son de Pdvsa que han operado compañías con permisos especiales y el resto son propiedad de privados.

Dos de las estaciones que lucen nueva imagen cambiaron de propietarios en junio del año pasado por decisión de Pdvsa. La estación de servicio La Estancia recibió una notificación de Pdvsa para que los encargados desocuparan en 72 horas, al igual que la de Parque Cristal; en ese momento el nuevo propietario de esta última indicó a Crónica.Uno que trabajaba con la estatal y que por esa razón le otorgaban el contrato. Ambas hoy pertenecen al grupo administrado por Vía.

En el recorrido se observó que varias estaciones que venden combustible a precio subsidiado conservan la imagen de Pdvsa, entre ellas la de la Ciudad Universitaria. Otras estaciones se suman al remozamiento de su imagen como, por ejemplo, la primera estación de servicio en la vía que conduce a Tazón, en la Valle-Coche.

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Foto referencial: Tairy Gamboa

Algunos cambios, lo que unos llaman apertura, en la política económica del gobierno de Nicolás Maduro empiezan a ser cada vez más visibles en Caracas. Las autoridades arrancaron el año con un acercamiento hacia el sector privado liderado por Fedecámaras, que se visibilizó con las reuniones de la Comisión para el Diálogo y la Paz de la Asamblea Nacional.

La caída en los ingresos petroleros, la principal fuente de divisas del país, ha hecho que Maduro busque recursos en otras fuentes o inversionistas. Por ejemplo, la semana pasada invitó a estadounidenses a invertir en Venezuela y desde hace meses grupos iraníes negocian con el gobierno en varios sectores, entre ellos, alimentos y combustibles.

En marzo de 2020 la escasez de gasolina empeoró. Este combustible se mantuvo subsidiado por décadas, desde antes del gobierno de Chávez o Maduro. Los bajos precios de la gasolina se convirtieron en una consigna política sustentada en que Venezuela era un país petrolero, pero hoy los años de subsidios, falta de inversión, corrupción y malos manejos técnicos y financieros han hecho que la estatal tenga fallas en su infraestructura y que sus refinerías no operen al máximo.

El déficit de gasolina puso sobre la mesa que los privados participaran del mercado y desde el propio gobierno se les alentó a traer combustible, sin embargo, la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional electa en 2015 sostuvo que para que los privados pudieran importar gasolina se debía derogar la Ley de Reordenamiento del Mercado Interno de Combustible del 2008. En ese momento empresarios en Nueva Esparta abogaron por una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para traer gasolina, pero no se conocieron más avances sobre la negociación.

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Estación de servicio La Estancia – Foto: Luis Morillo

La crisis llevó al gobierno a traer gasolina de Irán en junio del año pasado, y con ello reformas que se esperaban desde agosto de 2018, cuando Maduro dijo que llevaría la gasolina a “precios internacionales”. Finalmente, en mayo de 2020 las autoridades anunciaron que el litro subsidiado quedaba en Bs. 5000 y el de venta libre en $0,50. Luego de siete meses de que entrara en vigencia el nuevo esquema de venta en Caracas, ya no hay largas colas para echar combustible y en algunos estados del país los usuarios empiezan a notar una leve mejoría en el servicio. Pdvsa también ha ido aumentando su producción de hidrocarburos e Irán sigue haciendo envíos.

El 18 de febrero Fedecámaras entregó propuestas al gobierno por medio de la Comisión de Diálogo que lidera Jorge Rodríguez. Entre las recomendaciones están: un plan de abastecimiento de combustibles que establezca la venta ordenada de gasolina y diésel, la adopción de nuevos modelos de negocios que permitan la participación del sector privado, tanto en suministro como en distribución.

La propuesta de Fedecámaras no está en el aire, ni luce descabellada, pues desde octubre de 2020 el gobierno Maduro cuenta con la ley antibloqueo, que fue aprobada por la extinta Asamblea Nacional Constituyente, la cual le otorga amplias facultades para cambiar contratos sin tener que acudir a ninguna otra instancia pública.

Según el texto, que las autoridades promocionan ampliamente, el Ejecutivo tiene poder para cambiar o firmar nuevos acuerdos y contratos con empresas privadas u otros gobiernos.

También tiene luz verde para modificar la propiedad de las empresas mixtas creadas por Pdvsa con mayoría accionaria y en sociedad con empresas nacionales y extranjeras. Y adicional puede eliminar las restricciones en la comercialización de algunos bienes, lo que analistas en su momento señalaron que podría incluir la gasolina.

Ya la caída de los ingresos petroleros por la menor producción de crudo y los efectos de las sanciones estadounidenses llevaron a la administración de Maduro a flexibilizar los controles a la economía, lo que ha permitido un aumento de las transacciones en divisas, pese a que el país sigue en recesión e hiperinflación

Es así como la remozada imagen en algunas partes de Caracas, y de algunas estaciones de servicio, no es lo único que cambia.  La economía venezolana que se contrajo 27,1 % en 2020 empieza a mostrar signos de recuperación, de acuerdo con las recientes proyecciones de distintas firmas. Un estudio de FocusEconomics, publicado en febrero de este año, prevé que en 2020 la economía sufra una contracción mucho menor de 2,9 % y que empiece a crecer en 2022. 

Fotos: Luis Morillo


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