Estudiante Johan Moreno recibió orden de alejamiento por protestar en piscina de la UCV

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El Consejo de Protección de Niño, Niña y Adolescente tomó medidas en beneficio de 300 niños que presenciaron la protesta pacífica del estudiante. Johan Moreno, estudiante y atleta de la UCV, informó que más de 400 estudiantes se inscribieron para clases de natación, pero “no fueron convocados” por el profesor ni la dirección de deportes.

Caracas. Luego de iniciar una protesta pacífica dentro de una de las piscinas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el estudiante y atleta Johan Moreno recibió una orden de alejamiento de las instalaciones del complejo de piscinas del campus, especialmente cuando estén presentes niños, niñas y adolescentes.

Según el expediente, el Consejo de Protección de Niño, Niña y Adolescente otorgó una medida de protección a 300 niñas y niños que estaban en el lugar cuando el estudiante inició la manifestación.

Aquella mañana del sábado, 28 de septiembre, se realizaría una competición infantil llamada “Splash UCV 2024” en la que participaron varios clubes de natación de Caracas, el estado Miranda y La Guaira. El evento lo autorizó la dirección de deportes de la UCV y lo organizó una empresa privada.

La medida establece que Johan Moreno tiene prohibido el acceso a los espacios del complejo de piscinas hasta que sea evaluado por el servicio de psicología del hospital. Además, entre las condiciones para no mantener bajo arresto al estudiante, se le solicitó grabar un vídeo en el que ofreciera disculpas públicas por su comportamiento.

Procedimiento irregular

El abogado Carlos Trapani, coordinador de Cecodap, expresó que por ley, el Consejo de Protección sólo interviene en casos individualmente considerados, por lo cual la víctima debe estar perfectamente definida. Es decir, la instancia no dicta medidas de protección colectivas, sino que se basa en casos individuales. En función de los hechos, el organismo determina cómo la situación afectó los derechos de la infancia y adolescencia.

El experto mencionó que en el texto de la medida de protección no especifica el hecho lesivo. Tampoco se aclara cuál es el daño que ocasiona a partir de la acción del estudiante adulto. “Eso se llama relación causal y es indispensable en cualquier medida administrativa”.

La Ley Orgánica para la Protección de Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) en su artículo 125 define las medidas de protección como aquellas impuestas por la autoridad competente ante la amenaza o violación de los derechos de niños, niñas o adolescentes. Estas medidas buscan preservar o restituir sus derechos y pueden surgir de acciones u omisiones del Estado, la sociedad, particulares, padres, representantes o de la conducta del propio niño, niña o del adolescente.

La protesta

Para Johan, estar dentro de una piscina durante siete horas para exigir la destitución inmediata del director de deportes UCV, Héctor Moreno, no fue más que el reflejo de un descontento de estudiantes y atletas ucevistas organizados que desean hacer uso de las piscinas. Por lo que volvió a exigir a las autoridades la destitución inmediata de Moreno.

El representante estudiantil explicó que Héctor Moreno, director de Deportes de la UCV, alquiló el espacio presuntamente para “recaudar fondos para unos lockers”, acción que calificó como “una farsa”.

Johan Moreno, quien además es tesista de la Escuela de Geografía, presidente del Centro de Actividades Subacuáticas de la UCV, miembro del equipo de polo acuático y monitor del club de waterpolo de la misma casa de estudios, argumentó que el 23 de mayo la Comisión Presidencial de la UCV firmó un acta en la que se aprobó el presupuesto para tales casilleros.

No estaba yo solo, como quieren hacer ver, eran más atletas en la protesta solo que yo era el único en la piscina (…) Estábamos protestando porque no vamos a permitir que los espacios deportivos y culturales queden prácticamente privatizados, dijo a Crónica Uno.

El complejo de piscinas de la UCV estuvo ocho años sin actividad. Apenas a mitad de 2024 se reanudaron las actividades, pese a que la Comisión Presidencial – organismo que ha restaurado varios espacios dentro de la universidad tras la pandemia por Covid-19– inició labores de mantenimiento en 2021. El espacio tiene una piscina de 50 metros de largo y una fosa para clavados de 20 x 20, de ocho metros de profundidad.

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Foto: Comisión Presidencial UCV

Aunque las piscinas estuvieron inhabilitadas por un gran lapso de tiempo, según Johan Moreno, los entrenadores “cobraron sin trabajar”. Durante ese mismo período los clubes no pudieron entrenar en equipo ni representar a la UCV en competiciones.

Sin apoyo a estudiantes

Johan Moreno cuestionó el destino de los fondos del alquiler de las piscinas. Al respecto, denunció que la dirección de deportes no ha dotado al club de waterpolo con material para los entrenamientos.

“Héctor Moreno, en año y medio en la dirección de deporte, ha sido incapaz de comprar un balón para el club de polo acuático”, dijo Johan. También enfatizó en que tres veces hicieron la solicitud formal para la dotación de material y equipamiento para el club de polo acuático.

¿Entonces qué quiere decir esto? Que la dirección de deportes está percibiendo dinero de alquiler de las instalaciones deportivas y no se están atendiendo a los atletas, alegó.

Tras el anuncio de la reactivación de las piscinas este año, más de 400 alumnos se inscribieron para aprender a nadar y practicar natación. Sin embargo, “ninguno fue convocado por el profesor o la dirección de deportes”, según el atleta.

A su juicio, esta situación no solo ha afectado a los estudiantes sino a organizaciones sindicales y al cuerpo de Bomberos de la UCV. A todos estos miembros de la comunidad universitaria les han negado el acceso a las piscinas para entrenamiento.

La primera protesta del club de polo acuático este año fue el 24 de mayo cuando la dirección de deportes les impidió usar las piscinas, a pesar de ya estar habilitadas. Por muchos años el club de waterpolo tuvo asignado el horario de entrenamiento de 12:00 p. m a 3:00 p. m.  Sin embargo, les negaron la disponibilidad de las instalaciones.

Otras de las razones que les dieron para ese momento es la escasez de personal de mantenimiento y las limitaciones presupuestarias. Sin embargo, gracias a la presión de los estudiantes, las autoridades finalmente cedieron.

Violencia y amenazas

Johan Moreno denunció que cuando estaba en la piscina, al menos unas seis personas intentaron sacarlo del agua y se gritaban entre ellos amenazas como “¡ahóguenlo!”. Incluso agredieron verbalmente a otros compañeros por solo registrar lo sucedido.

No obstante, tuvo que salir del agua cuando permitieron que ingresaran al recinto universitario funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) para “amedrentar psicológicamente” a los estudiantes y sacar a Moreno de las instalaciones.

El estudiante mencionó que el decano de la Facultad de Ciencias Ciencias Políticas y Jurídicas también lo amedrentó. De acuerdo con su relato, el profesor le dijo que sus “acciones tendrían consecuencias” tanto para él como para su entrenador de polo acuático. Además, le atribuyeron el daño a unas viejas carrilleras en la piscina.

No irrumpimos como quieren hacer ver las autoridades. Nosotros podemos hacer uso de las instalaciones y espacios deportivos. Nosotros ingresamos normal, no rompimos puertas ni cadenas, ejercimos nuestro derecho a la protesta pacífica (…) yo fui el locutor de todas las voces, empleados, obreros, sindicatos, yo no quiero beneficio solo para mí, porque las instalaciones de la universidad no son mías, son de todos, relató Moreno.

El lunes, 30 de septiembre, la comunidad estudiantil rechazó la actuación de las autoridades y el ingreso de la PNB dentro del campus universitario. Pegaron varios papeles en las oficinas del rectorado como forma de protesta.

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