La población venezolana padece de “pobreza alimentaria proteica”, pues el consumo estimado es de solo 42 gramos de proteína al día, 33 gramos menos de lo necesario, según estimaciones del Centro de Estudios Agroalimentarios. 

Caracas. La mayor disposición y abastecimiento de alimentos en el país, y la tímida recuperación económica de los últimos años, produjeron un incremento en el consumo y menores niveles de inseguridad alimentaria en los hogares. 

Pero, según un reciente informe del Centro de Estudios Agroalimentarios (CEA), el crecimiento del consumo está “concentrado, fundamentalmente, en los alimentos capaces de generar saciedad (ricos en carbohidratos), dejando por fuera otros tipos de alimentos con mayor contenido nutricional”.

Ejemplo de eso es el consumo de carne de aves, principalmente de pollo. Según el estudio del CEA, el consumo de ese rubro es de alrededor de 2,21 kilogramos (kg) per cápita al mes, apenas 53 % del requerimiento de la dieta prototipo nacional (DPN). 

“Pobreza alimentaria proteica”

El consumo de carne de res también está por debajo de lo requerido. De acuerdo con las estimaciones del CEA, el venezolano consume 33 % menos de lo que se necesita para mantener una dieta balanceada (1,16 kg de 1,73 kg requeridos). 

El bajo consumo de carnes de aves y res, junto con el de cerdo y leguminosas, “implica la existencia de un déficit agudo de consumo de proteínas asociadas a aminoácidos esenciales”. 

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), en su edición de 2022, determinó que en los últimos dos años la proporción de hogares con inseguridad alimentaria se redujo de 88 % a 78 %, “sin embargo, persisten situaciones de riesgo alimentario que todavía son muy altas”.

El estudio del CEA determinó que, en general, la población venezolana padece de “pobreza alimentaria proteica”, pues el consumo estimado es de solo 42 gramos de proteína al día, 33 gramos menos de lo necesario. Ese estado nutricional puede generar patologías inmunitarias y afectar el desarrollo de la primera infancia. 

Un informe de 2021, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), determinó que en los hogares venezolanos menos pobres, y que reciben remesas, apenas se puede adquirir 11 de 15 rubros prioritarios de la dieta alimenticia. Los hogares más pobres, que no reciben ayudas, solo acceden a nueve rubros.

Se consumen más cereales de lo necesario

Según el estudio del Centro de Estudios Agroalimentarios, el consumo per cápita de cereales fue 76 % mayor al requerimiento necesario. Es decir, mensualmente, el venezolano promedio consume 12 kg per cápita de alimentos como harinas, arroz, pasta, entre otros rubros y casi 40 % del total de alimentos en los hogares.

Los altos precios de alimentos con alto contenido proteico y nutricional, como las frutas, las carnes y los lácteos, impiden que buena parte de la población pueda adquirirlos. La consultora privada, Atenas Group, estima que alrededor de 1,9 millones de hogares en el país subsisten con ingresos mensuales de entre 50 y 150 dólares. En esos hogares, al menos 74 % de su presupuesto se va en gastos de alimentos básicos y otros alimentos.

Al segundo cuatrimestre de 2022, Atenas Group estima que la compra media, por hogar, de harina de maíz era de 7,4 kg, la de arroz llegaba a 4,7 kg y la de pastas alimenticias era 2,8 kg. 

Por el contrario, el CEA estima que los venezolanos consumen casi cuatro kilogramos menos de lo que requieren en frutas. 

Esto reviste una gravedad relevante, pues las frutas son en el patrón sociohistórico de satisfacción de las necesidades nutricionales, la fuente de cerca de un tercio de los micronutrientes de los venezolanos (vitaminas y minerales)”, explica la organización.

En Venezuela el salario mínimo, que perciben millones de pensionados y jubilados y es referencia para millones de empleados públicos, apenas supera los cinco dólares mensuales. En el sector privado, el salario promedio se ha recuperado en los últimos años. No obstante, solo cubre un tercio del costo de la canasta alimentaria ($380 en febrero).

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