En la Unidad Oncológica Dr. Modesto Rivero González, no hay radioterapias desde hace más de seis años. Hay un solo médico especialista para atender hasta 1000 personas al mes.
Margarita. Celia Abreu sufre cáncer de piel y parece haberse resignado a esperar la reparación de los equipos de radioterapia de la Unidad Oncológica Dr. Modesto Rivero González, ubicada en Porlamar, que no cuenta con ese servicio desde hace más de seis años.
“No es justo que tengamos que salir a otros estados en busca de las radioterapias. Solamente para comenzar necesito 300 dólares para la tomografía de cabeza y cuello, más 50 dólares por la consulta, eso sin contar alojamiento y comida”, indicó.
Los retrasos con las sesiones de radioterapia le han afectado la movilidad y el habla, pero eso no le reduce las ganas de seguir luchando para que los equipos sean reactivados.
Tanto ella como otros pacientes de la institución se niegan a buscar auxilio alejados de la familia.
“Uno tiene que quedarse solo porque no es posible pagar un acompañante”, dijo.
Meditron no responde
Carmen Luisa Salazar, directora de la unidad oncológica, precisó que la instalación y el mantenimiento preventivo que debía hacerse a los equipos corresponde a la empresa Meditron, por un convenio entre los gobiernos de Argentina y Venezuela.
Después de realizar un diagnóstico para el mantenimiento, hace un año, Meditron no volvió para hacer el trabajo.
Ante la falta de respuesta de la empresa, se gestiona la reactivación de los equipos a través del Ministerio para la Salud y la Autoridad Única de Salud del estado Nueva Esparta.
Esperamos reactivar lo antes posible para que los pacientes no tengan que salir de Margarita a hacerse las sesiones de radioterapia en otros estados porque les resulta muy costoso”, indicó Salazar.
Doble sufrimiento
Neriannys Franco, hija de una paciente que estuvo un mes en Cumaná, estado Sucre, coincide en que es muy doloroso ver a diario el padecimiento de su mamá. Pero le da más dolor aún dejarla sola en los momentos cuando necesitan la compañía de seres queridos.
En su caso es imposible afrontar los gastos de consultas, medicamentos y alojamiento en otra zona del oriente venezolano, aunque la situación es más costosa cuando debe trasladarse a Caracas en busca de ese servicio médico.
“Es mucho gasto, tanto para salir como para permanecer en el sitio donde buscan auxilio. Aunque a veces tiene donde quedarse, hay que pagar por todo lo demás”, insistió Franco.
Lamentó que mueran pacientes por no contar con ese servicio. A eso se añade que los medicamentos son muy caros y no todos pueden irse a recibir tratamiento, porque en otros estados también están colapsadas las áreas de quimioterapia y radioterapia.
Ligia Marín y Miosoti Laborí son pacientes oncológicos que deben viajar constantemente por el daño del equipo de radioterapia. Solicitan que haya otros especialistas para una mejor atención médica, como un cirujano oncólogo para quienes requieren ser intervenidos.
Además clamaron por la asignación de al menos otro oncólogo, puesto que presta sus servicios un solo médico, quien debe atender entre 800 y 1000 pacientes al mes. Esto impide prestar una atención óptima a quienes la requieren.
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