Falta de vigilancia en hospitales del Táchira aumenta niveles de inseguridad

No conforme con la crisis hospitalaria existente en el país, en los centros asistenciales del estado Táchira se sufre por otra cosa: la inseguridad. La falta de vigilancia expone a pacientes y trabajadores a ataques de delincuentes.

 San Cristóbal. Robos, hurtos y atracos a mano armada son el pan nuestro de cada día de los pacientes, familiares y hasta de los trabajadores, que viven con la zozobra que en el momento menos indicado llegarán a despojados de las pocas pertenencias. Esto es una consecuencia de la falta de vigilantes no sólo en hospitales, sino en módulos, ambulatorios y  hasta en los estacionamientos de estos puestos de salud. La inseguridad se le suma a las penurias de quienes deben atenderse en estos centros públicos.

La poca presencia de personal de seguridad y la escasa vigilancia policial, merma aún más la sensación de seguridad durante la convalecencia en los centros asistenciales.

 Silvestre Mujica, que recientemente estuvo con uno de sus hijos hospitalizado, asegura que nadie puede dormirse en los laureles, pues de lo contrario corren el riesgo de ser víctimas de algún robo.

 Salí a comprar algo para darle de comer a mi hijo, mientras él dormía. No demoré ni 20 minutos y cuando llegué ya no estaban las medicinas del muchacho. Nadie vio nada y ahí cómo se exige si de broma hay quien atienda”, explica indignado.

 

 Ante esta situación, fue a reclamar, pero no hay quien indague y menos revise a quienes entran, pues solo hay una persona para controlar el paso de personas a las áreas de hospitalizacion.

 Lo mismo sucede en el hospital del Seguro Social al que incluso han entrado no un delincuente, sino una banda completa a atracar a todo el mundo.

El hecho ocurrió el año pasado, en uno de los apagones que azotó la entidad para la fecha. No conforme con robar en emergencia, subieron al piso 1 a terminar de atracar a pacientes y familiares.

Los galenos también son despojados sobre todo de sus teléfonos celulares, bien sea a través del robo o de ágiles ladrones que meten sus manos en las batas y sustraen los aparatos de allí. Otros, más osados entran a la zona de los lockers y los abren, sacando lo que haya allí.

Ni los muertos se salvan. Alexis Cardona, contó cómo le despojaron las pertenencias a su padre, que había fallecido unos minutos antes de él llegar al hospital.

Es que hasta nos dejaron sin el radio que tenía para oír música. Las medicinas se las llevaron, las sábanas. El radiecito lo logré recuperar porque escuché la música y al llegar lo tenían en otra habitación y yo por precaución lo marqué”.

En 2019, se registraron casi 500 robos y hurtos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hospitales. A la fecha, más de 50 hechos delictivos ya se cuentan en el país.

Carros desvalijados

No solo son las personas las afectadas. Carros y motos también están en la mira de los delincuentes.

Desde los espejos, pasando por baterías, cauchos, repuestos, equipos de sonido, computadoras y hasta la gasolina no se salvan de los hampones que actúan a sus anchas ante la falta de seguridad en estos lugares.

No importa si el carro es viejo o nuevo si pueden robarle algo, lo harán y en cuestión de minutos.

Ante esta situación, al menos en el Hospital Central, hay un área privada en la que quienes tiene para pagar, pueden dejar sus carros y motos. Sin embargo, en módulos de todo el Táchira se sufre en los espacios abiertos que no cuentan con seguridad.

 Vidas en riesgo

Manuel (nombre ficticio) trabaja en el módulo ubicado en el 23 de Enero. Allí, a plena luz del día un delincuente le puso una pistola en el pecho para obligar a una de sus compañeras a entregar el teléfono. Tras el escándalo, la mujer entregó el aparato y el sujeto se fue.

En ese mismo lugar despojaron de su celular a un vigilante, un señor de edad avanzada.

Los corrieron  

Miguel Blanco, prestó sus servicios en el Hospital Central de San Cristóbal, explica que tras la salida arbitraria de la empresa, asegura que la inseguridad se apoderó de las áreas del referido nosocomio.

Se robaron una moto, a una doctora le robaron la computadora de su camioneta, le sacan gasolina a los vehículo allí estacionados, en fin volvió la delincuencia”.

 

Como si no fuese suficiente

El presidente de Fetratáchira, Melquiades Delgado, exige que las autoridades tomen cartas en el asunto, por cuanto pareciera no ser suficiente la crisis que vive el personal de salud y también pacientes y familiares, para que delincuentes armados lleguen a los hospitales y ambulatorios y les quiten lo que con tanto esfuerzo han podido obtener.


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