Falta de voluntad política entraba solución a crisis de electricidad y agua en Margarita

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La Comunidad Andina de Fomento espera por la aprobación del gobierno de Maduro para la instalación de plantas de generación eléctrica en la isla. Asimismo, la empresa coreana-inglesa-venezolana Wod Ocean presentó un proyecto para sustituir tramos de la tubería submarina entre Sucre y Nueva Esparta, pero a pesar del lobby en Miraflores, no ha salido una respuesta para iniciar los trabajos.

Porlamar. La falta de voluntad política es la tranca principal para desarrollar los proyectos de empresas transnacionales y agencias multinacionales, para solucionar la crisis existente en la isla de Margarita, en lo que respecta a suministro de electricidad y agua.

En julio de 2019, el entonces gobernador de Nueva Esparta, Alfredo Díaz, anunció que la Corporación Andina de Fomento (CAF) estudiaba financiar dos plantas de generación eléctrica para paliar crisis del servicio en la isla de Margarita.

Confirmó haberse reunido con Luis Carranza Ugarte, presidente del organismo multilateral, y analizar la posible entrega de recursos para superar la problemática de electricidad en la región insular.

En esa oportunidad, reveló que existía el ofrecimiento de recursos para la instalación de dos plantas: una de 70 y otra de 126 megavatios, con lo cual se alcanzaría cierta independencia del cable submarino proveniente del estado Sucre.

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La CAF había ofrecido dos plantas termoeléctricas para la isla de Margarita. Foto: Referencial.

El 30 de junio de 2010, como parte de la estrategia de la CAF para apoyar los planes de desarrollo en Venezuela, se anunció un préstamo por 165 millones de dólares al Sistema Eléctrico Nacional, destinado específicamente a favor del Proyecto Termozulia II en el estado Zulia y uno similar para Mérida, pero no asignaron recursos para Margarita.

La Comunidad Andina de Fomento aún espera por la aprobación del gobierno de Nicolás Maduro para la instalación de plantas de generación eléctrica en la isla.

La realidad empeora

El pasado sábado 27 de agosto, una tormenta eléctrica dejó fuera de servicio las líneas de alta tensión que alimentan al cable submarino en el estado Sucre.

Eustacio Aguilera, presidente de la Comisión de Electricidad del Centro de Ingenieros de Nueva Esparta, explica que al salir de funcionamiento el cable submarino se afectó todo el sistema de generación en Margarita durante tres o cuatro horas, aproximadamente, lo que dejó en evidencia una vez más la fragilidad del suministro en esta zona del país.

Análisis de ese gremio profesional arrojan que la demanda de electricidad en Margarita es de entre 280 y 285 megavatios, sumados los 60 megavatios que aporta la planta Luisa Cáceres de Arismendi y los 140 de la planta Juan Bautista Arismendi. La diferencia de 85 megavatios llega por el cable submarino, lo cual deja claro que no existen posibilidades de que el sistema eléctrico soporte cualquier aumento de la demanda, en caso de que la actividad turística y comercial experimenten una recuperación superior a la actual.

Como es evidente, Margarita no cuenta con autonomía en generación termoeléctrica para cubrir su consumo total y, en consecuencia, cada vez que sale el cable submarino la isla entra en fase de racionamiento.

La información obtenida desde el Centro de Ingenieros indica que la potencia que viene por el cable es de origen hidroeléctrico pues se produce en la Central de Guri. Eso se traduce en que se trata de energía renovable, limpia y no contaminante, pero no por eso el suministro deja de ser muy vulnerable y poco confiable.

Esa es la razón por la cual dentro de Margarita se debería generar por lo menos 300 megavatios en estos momentos. Solo así se podría satisfacer la demanda total y quedaría un margen de entre 15 y 20 MW como reserva.

Desde el gremio de ingenieros se insiste en que es urgente realizar una inversión que permita generar al menos 100 megavatios en Margarita, mientras sugieren que ese requerimiento debería suplirse con sistemas fotovoltaicos o energía solar y eólicos, y recuerdan que el Proyecto de Energía eólica en Península de Macanao duerme el sueño eterno, porque pese a las fuertes inversiones realizadas, nunca se concretó.

Isla sin agua

En el marco de las explicaciones a la carencia de agua para el consumo humano en la realidad geográfica de Nueva Esparta, es importante considerar que el suministro se inicia en los estados Sucre y Anzoátegui, y, a través de un sistema submarino desde los embalses Clavellinos y Turimiquire, entra a la isla de Margarita.

El sistema tiene una bifurcación a la isla de Coche, mientras que Cubagua carece de abastecimiento directo.

Desde la inauguración de esa obra de ingeniería puesta en servicio en 1960 durante el mandato del presidente Rómulo Betancourt, que recorre más de 50 kilómetros entre tierra y mar, la siguiente inversión considerable la hicieron en 2004 y concluyó en 2008, con la construcción del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, una tubería de 90 kilómetros paralela al viejo sistema de Clavellinos.

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El proyecto de Wod Ocean comienza con la recuperación de los ramales submarinos y del suministro de agua potable para Margarita y Coche. Foto: Cortesía.

Sin embargo, se inició sin completar las obras en tierra firme, ni instalar el tramo submarino que sería financiado a través de un convenio de cooperación con Irán, pero al mismo tiempo fue desechado el plan complementario de recuperación del sistema de tuberías de distribución interna.

Como consecuencia, la continuidad del suministro de agua en la isla de Margarita, que debería ser una característica fundamental para un servicio vital, ha sido desde siempre interrumpida.

Beatriz Ávila, que dirigió Hidrocaribe en el estado Nueva Esparta entre los años 2000 y 2009, aclara que el problema no es que los trabajos estén inconclusos, sino el creciente deterioro del servicio que queda demostrado con el aumento de los ciclos de desabastecimiento, que ya superan los dos meses de espera.

Pero, además, el suministro de agua potable no tiene las condiciones técnicas favorables en lo que respecta a presión, calidad y cantidad. Ávila considera que reducir los días que los neoespartanos pasan sin agua requiere de un proyecto integral técnico, económico y social, pues debe incluir a la gente para desarrollar una cultura de consumo.

Proyecto reciente para mejorar los acueductos

Recientemente, el consorcio coreano-inglés-venezolano Wod Ocean presentó ante diferentes organismos de la región, entre ellos, Fedecámaras Nueva Esparta, un plan estratégico de abastecimiento de agua potable para las islas de Margarita y Coche.

El consorcio aspira que el organismo empresarial presente la propuesta ante la Asamblea Nacional, ya que el gobierno central conoce del plan, pero a pesar del lobby en Miraflores, no ha salido una respuesta para iniciar los trabajos.

El proyecto consta de tres fases. La primera de ellas va de uno a cinco años y tiene que ver con la recuperación de los caudales operativos hacia las islas de Margarita y Coche. Estos son 2500 litros por segundo desde tierra firme hacia Margarita y de 70 litros por segundo hacia Coche, lo que permitiría reducir los ciclos sin servicio a por lo menos dos veces por semana.

La explicación técnica que dio a conocer la empresa multinacional detalla que eso se logra al realizar las inversiones necesarias en las fuentes, aducciones de agua cruda, plantas potabilizadoras, aducciones de agua potable y alimentadores principales y secundarios.

Los estudios adelantados por los expertos de esa firma demuestran que, actualmente, el caudal de entrada de agua a Margarita no supera los 1200 litros por segundo y 30 litros por segundo para Coche, mientras los ciclos sin suministro superan los 35 días.

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La entrada de agua a Margarita no supera los 1200 litros por segundo. Foto: Cortesía.

La fase dos va de año y medio a tres años, y persigue el aumento en la cantidad de agua enviada al estado Nueva Esparta, lo que conlleva la ejecución de un proyecto macro para determinar la cantidad de agua potable que requiere el estado para los próximos 50 años.

En esta fase, no solamente se requiere la ampliación de las plantas potabilizadoras, sino también la de los diámetros de las aducciones de agua potable para poder satisfacer las necesidades diarias del neoespartano y así disfrutar de un servicio continuo y permanente.

La fase tres contempla la creación y puesta en funcionamiento de una organización que tenga la responsabilidad de la prestación del servicio de agua potable y saneamiento ambiental en el estado Nueva Esparta.

A decir de los expertos de la firma Wod Ocean, eso constituye el factor más importante para la concreción de la solución al problema del suministro del agua potable en la región insular. Se hace necesario la creación de una empresa de carácter público que asuma esa responsabilidad y que esté integrada tanto por la gobernación como por las alcaldías.

De acuerdo con lo que prevé el proyecto, al cual tuvo acceso Crónica. Uno, dicha empresa debe constituirse en el marco de la descentralización del servicio y debe ser el gobernador del estado el que tenga el liderazgo en tales procesos.

Los especialistas de la entidad en la materia consideran que en la fortaleza de la descentralización radicaría las trabas para definir la ejecución de ese proyecto con financiamiento externo, dado que políticamente ahora es difícil que al mandatario regional se le conceda la potestad de dirigir esa empresa de servicio. De concretarse este plan, habría una solución efectiva al problema del suministro de agua en una región decretada recientemente como Zona Económica Especial.

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El suministro de agua para Nueva Esparta se inicia en los estados Anzoátegui y Sucre. Foto: Cortesía.
Financiamiento disponible

En el caso de que se concretara la negociación con Venezuela, el grupo de empresas que integran el consorcio Wod Ocean calculan aportar, además de la experiencia y los conocimientos en trabajos hidrológicos, un desembolso global inicial de 600 millones de dólares, los cuales serían asignados en montos de 100 millones por etapas concluidas.

En cuanto al retorno de la inversión, los empresarios multinacionales precisan que el proyecto deberá ser garantizado con la emisión de bonos de la deuda pública de la república. Esperan la financiación del proyecto a una tasa de 3,5 % anual con una duración máxima de 15 años.

Los neoespartanos consideran que no es por falta de propuestas que siguen padeciendo de una crisis en estos dos servicios básicos y exponen los planes que están sobre la mesa para su consideración.


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