Además de los trabajadores de las redes de escuelas Fe y Alegría que manifestaron este martes frente a la sede del Ministerio de Educación, también se registró una protesta similar frente a la sede del Ministerio de Educación Universitaria por parte de trabajadores de educación superior, la demanda fue la misma: respeto a las convenciones salariales.

Caracas. Arrancó en la mañana con una misa en la Iglesia Las Mercedes, luego le siguió un tuitazo y finalmente una protesta frente a la sede del Ministerio de Educación. Así fue como los empleados, maestros y obreros de la red de escuelas de Fe y Alegría  protestaron para exigir que se respete sus acuerdos laborales y, hasta cierto punto, lograron un acuerdo parcial con las autoridades del ministerio que dirige Aristóbulo Istúriz.

Los trabajadores se reunieron para exigir que se respete el acuerdo con el Ministerio de Educación que les garantiza la subvención por parte del Estado, algo que desde julio de este año dejó de pasar, lo que motivó que sus salarios fuesen fraccionados a Bs.S. 200 a la semana y Bs.S. 800 al mes. Esta situación en la que maestros, personal administrativo y obrero recibe aproximadamente 30% de su salario motivó la acción de calle.

Foto: Luis Morillo

Todos los inconvenientes llegaron luego de la reconversión monetaria anunciada en agosto por el presidente Nicolás Maduro, pero la reducción de salario no ha sido el único problema que afecta a los docentes, estos también denunciaron que su primas de jerarquización como las primas de transporte, bonos de alimentación y compensación de gastos del hogar fueron todos eliminados, así lo denunció Fran Capote, coordinador de uno de los centros educativos de Fe y Alegría.

“Es muy importante, porque un docente por lo menos saca de la prima para trasladarse a su centro educativo, si no la tiene ¿Cómo hace para llegar?, ¿Qué hacemos cuando los profesores no pueden llegar? Es una situación que se escapa de las manos de las escuelas”, explicó Capote.

“A veces siento que mi trabajo no sirve para poder construir el país”

Aisel Ricauter es docente en el colegio Eugenio Andrés Mendoza del Barrio Niño Jesús, más allá de Brisas de Propatria, ella explicó que más allá de tener un simple reclamo salarial ante el ministerio, se trata de una situación desmoralizadora que siente que afecta su propia labor como docente.

“Todos los días me cuesta llegar al colegio, tengo que quedarme en el kilómetro 4 (del Junquito) y caminar hasta la escuela, todo esto sin las primas de transporte”, afirmó la profesora.

Ricauter dice que la falta de un salario justo ha afectado también su vida, y que la ha obligado a olvidarse de “algunas necesidades que simplemente se volvieron lujos”, algo que la obliga a balancear sus gastos para poder tener dinero para el pasaje y poder ir a educar a los niños.

Foto: Luis Morillo

“Salir a comer un helado es un lujo, hay que olvidarse de eso como también comprar cosas que necesitas como ropa, utensilios, eso hay que olvidarlo porque sino no te queda para el pasaje. La comida también es un problema, yo necesito tener una dieta y el dinero no me alcanza para eso”, contó para luego añadir que en la zona en la que trabajan solo hay “camioneticas piratas” y que esto la ha llevado a gastar hasta Bs.S. 100 en un día. “El pasaje son 5 bolívares, pero el pirata te cobra entre 20 y 30”, dijo sobre la ruta diaria de dos horas que está obligada a tomar.

Aisel aseguró sentirse sobre todas las cosas “decepcionada”, porque a su juicio la situación de los maestros ya está siendo percibida por los propios estudiantes quienes le han llegado a preguntar “¿para qué seguir estudiando si nadie valora eso?”.

“Como ciudadana me siento decepcionada de todo lo que pasa, siento rabia, tristeza. A veces siento que mi trabajo no sirve para poder construir el país. Cuando estamos formando los propios niños critican la crisis, se quejan. Ayer conté un cuento de la historia de la hallaca y un niño simplemente me respondió que en su casa ya no se hacen”, narró la profesora.

Acuerdo a medias con el ministerio

Mientras la protesta se realizaba frente al ministerio una comisión liderada por el profesor Rafael Peña ingresó para hablar con funcionarios de la institución y, tras unas 3 horas de reunión finalmente salió para anunciar un acuerdo parcial con las autoridades.

En primer lugar se logró que el ministerio reconozca y pague para este jueves 15 de noviembre las dos últimas semanas que le deben a los más de 6000 mil maestros y más de 3000 trabajadores, esto mientras se estudia la posibilidad de revisar los salarios de todos.

Foto: Luis Morillo

Como punto de honor se acordó que los representantes de Fe y Alegría serán incorporados a mesas de trabajo que arrancarán desde el viernes 23 de noviembre para analizar toda la situación salarial.

Muchos de los presentes recibieron de buena forma el anuncio. Sin embargo, otros expresaron que el problema de fondo no ha sido resuelto y que posiblemente se vuelva a la misma situación. “En unos meses tendremos que salir a manifestar de nuevo”, dijo una profesora de la tercera edad mientras se retiraba del lugar.

No fue la única protesta este jueves 

La  Intersectorial de Trabajadores de Venezuela -compuesta por trabajadores de la administración pública- trancó la  avenida Universidad de Caracas para rechazar la reconsideración salarial propuesta al gremio de profesores universitarios y las violaciones a los contratos colectivos.

Eduardo Sánchez, presidente de la Federación de Profesores Universitarios, manifestó que el gremio pretende recobrar los 4,75 salarios mínimos acordados en el contrato colectivo, el ajuste del tabulador salarial y las primas correspondientes “que los eliminaron de un solo plumazo”, afirma Sánchez.

Los trabajadores convocaron a una protesta que se realizará en el Hospital Clínico universitario este miércoles a las nueve de la mañana. Según Eduardo Sánchez, el jueves habrá un paro docente en las universidades públicas del país.

Foto: Luis Morillo

A las puertas del Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología representantes del sector salud, educación, deporte, transporte, electricidad y telecomunicaciones, y jubilados de Ipostel rechazaron lo que denominan colaboracionismo de grupos sindicales oficialistas “que firman acuerdos en perjuicio de los trabajadores”.

José Patines, secretario general del sindicato de trabajadores de la cancillería , señala que no se ha podido discutir un monto para el salario mínimo que no sea susceptible a la hiperinflación.

“Nos dieron un tablazo el estómago y en el bolsillo”, “Quieren pisar nuestra dignidad” y “La calle no es de los policial”, fueron algunas de las consignas que sostuvieron durante la protesta.


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