Gloria Perdomo: Situación en el país puede empeorar si no se activan las respuestas que corresponden

La docente y coordinadora del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) destacó que la crisis ha aumentado los hechos de violencia dentro de los hogares, así como en planteles, y el Estado no ha tomado medidas para frenar esta situación.

Caracas. Saqueos a camiones o locales de comida, agresiones en unidades de transporte, familias hurgando en la basura con la intención de conseguir algo que les calme el hambre. Niños rogando por un pedazo de pan. Hambre. Violencia. Muertes por desnutrición y escasez de medicinas.

El panorama en Venezuela es desolador por donde se mire. Y pareciera no pintar distinto ante la indiferencia del Gobierno de no aceptar ayuda humanitaria. La docente y coordinadora el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Gloria Perdomo, aseguró que los mecanismos que han adoptado los venezolanos para sobrevivir —como la mendicidad o la delincuencia— solo aumentan el hambre y la miseria.

El Estado tiene que hacer una llamado de calma a la colectividad para que emplee otros mecanismos que no sean robar ni la mendicidad. Hay que aceptar la convocatoria a la ayuda humanitaria porque no podemos con los recursos propios, debe activarse una emergencia humanitaria. Si se quisiera detener la muerte de los niños por medicinas, alimentos, se podría solucionar, contó.

Sin embargo, mientras se espera que el Gobierno tome las medidas necesarias, Perdomo opina que la situación podría seguir pico abajo y esto aumentaría la violencia a nivel general ante la frustración de los ciudadanos por no poder cubrir las necesidades básicas.

La situación puede empeorar si no se activan las respuestas que corresponden, habrá más robos porque la gente no consigue para llevar la comida a casa, más niños pidiendo. Si el desabastecimiento no se detiene y la crisis empeora no se podrá detener, la gente reaccionará por el lado más primitivo.

Sucede, por ejemplo, dentro de los hogares donde el OVV ha registrado casos de violencia cuando los niños toman comida de la nevera, que los padres tenían destinada al más pequeño de la casa.

Los padres están desesperados porque salen a comprar y solo pueden llevar un solo producto que alcanza para dos o tres días. Hay rabia y frustración. A un niño le quemaron las manos porque se tomó el tetero del hermanito. La madre se sintió frustrada por no tener cómo responder y todo es producto del empobrecimiento. Esta reacción violenta es extrema, agregó Perdomo.

Prostitución por comida

Las investigaciones del Observatorio han arrojado que otra de las opciones desesperadas de los padres por no conseguir alimentos para su familia es la prostitución de sus hijos.

En tiempos de crisis aparece lo peor del ser humano, hay sacrificios y cosas bonitas, pero también vemos lo más horrendo. Esto necesita atención y rehabilitación del Estado, comentó Perdomo.

También detectaron que algunas bandas delictivas ofrecen comida a los niños, con la intención de captarlos para que más adelante formen parte del grupo. Los antisociales observan que en las viviendas hay penurias por la comida y se acercan a ellos como “amigos” o “el bueno del barrio”.

Los niños creen que los malandros son buena gente, pero cuando ellos necesitan algo le piden el favor al niño de que les ‘canten la zona’, por ejemplo, y a veces el mismo niño es el que pide entrar a la banda.

Perdomo destacó que hay menores de edad que creen que con los estudios no tendrán futuro, ya que se desmotivan porque observan que sus profesores también pasan trabajo y no les alcanza el dinero.

Y la crisis no escapa de las aulas en vista de que la coordinadora del OVV destacó que también se registran hurtos entre los alumnos de la lonchera o dinero.

La situación se ha extendido y los niños no sienten seguridad en el colegio, pasan al pizarrón con el morral encima. Roban a la maestra también dentro del salón de clases. Es una muestra de que las normas morales se han quebrantado.

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Sin base para afrontar crisis social

La docente Perdomo explicó que el Estado debe dar acompañamiento en los hogares donde se presentan hechos de violencia por la crisis. Igual sucede en las escuelas ya que muchos maestros no saben cómo actuar ante dichas situaciones.

Una medida importante sería darle apoyo económico a la madre, asegurarle el acceso a los alimentos y quitarle ese nivel de presión que tiene encima. Las bolsas Clap no son una solución, se debe habilitar un mecanismo para familias con niños desnutridos y que están en pobreza.

Indicó que con urgencia se necesitan políticas públicas para afrontar la crisis actual. Las empresas privadas o del Gobierno no tienen capacidad para hacer seguimiento a los casos, con visitas domiciliarias y mucho menos personal.

Hay que verificar si el niño agredido va a consultas o la madre. Los servicios han mermado, ahora dan citas en cuatro o cinco meses.

La asistencia social debe estar presente por parroquias, a juicio de la experta, y particularmente en hogares de extrema pobreza donde hay niños desnutridos y nadie hace seguimiento a estos casos.

No se puede depender de las organizaciones que hacen caridad. Urge por tratamiento y seguimiento para que no se reproduzcan más los hechos violentos. Los comedores populares son otra opción, sentenció.

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Foto y video: Luis Miguel Cáceres


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