Hospital de Los Magallanes de Catia sin sangre y sin reactivos

Hospital de Los Magallanes de Catia sin sangre y sin reactivos

Los trabajadores denunciaron que el puesto asistencial, piloto en el oeste capitalino, va de mal en peor. Falta todo tipo de insumo y la infraestructura está colapsando. Se quejan por los salarios de miseria que ganan.

Caracas. A la escasez de insumos y medicamentos, de sangre y de reactivos que agobia la prestación del servicio en el hospital José Gregorio Hernández, conocido como Los Magallanes de Catia, ahora se suma la renuncia frecuente del personal obrero y de enfermeras.

Trabajadores ligados al sindicato dijeron que a diario están llegando cartas de renuncia a la Dirección, porque ya nadie aguanta una quincena de Bs. 120.000.

Las enfermeras se están yendo. Eso no alcanza para el pasaje diario. La gente come, necesita artículos de aseo personal, medicinas, ropa, calzado y con ese salario que no cubre ni el pasaje la gente no puede seguir viniendo al hospital, dijo el vocero sindical.

Además, señaló que están trabajando con las uñas, no hay papelería para los récipes ni para las historias. Tampoco hay material para imprimir los exámenes. No hay nada, no hay medicinas, no hay reactivos. La infraestructura está colapsando, hay áreas que aún no han terminado de rehabilitar. Los baños están tapados y la hediondez se mete a las salas.

Destacó que de sábado para domingo se metieron a una parte de la emergencia y se robaron unos equipos. Da dolor como está caído este centro. Estamos de brazos caídos. El director Juan Carlos Marcando ha tratado de hacer lo posible, pero no puede con la crisis interna. El Ministerio de Salud no está haciendo nada.

El pasado miércoles 21 los trabajadores, en horas de la mañana, salieron a protestar por los salarios que llamaron “de miserias”.

Este puesto asistencial lleva casi una década sometido a intensas remodelaciones. Pero las filtraciones no disminuyen, según los obreros. La sala de partos es uno de los servicios inhabilitados por los trabajos.

Foto: Archivo Crónica.Uno


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