Tampoco hay radioterapias, ni quimioterapias. A los enfermos les piden hasta las inyectadoras, que en una farmacia cuestan Bs. 250.000. Ademá de la escasez de insumos y medicamentos, este hospital sufre los embates de la inseguridad. Hace poco se robaron los cables de la unidad de aire acondicionado que surte incluso el área de quirófano.

Caracas. Terapia intensiva, ese pudiera ser el estado de los hospitales de Caracas si el Gobierno estuviera colocando, aunque sea, pañitos de agua tibia. Pero no. El diagnóstico ya no es de pronóstico reservado: los centros están desahuciados al no tener medicamentos, ni insumos.

El oncológico Luis Razetti, ubicado en Cotiza, es la clara radiografía de esta situación. El doctor Julio González, especialista en medicina paliativa, aunque no ahondó en la crisis de este centro de referencia nacional, dijo que, por ejemplo, no están haciendo estudios de gammagrafía ósea para saber si el cáncer ya tocó los huesos.

El medicamento para esa evaluación llega a veces para 20 pacientes, en ocasiones no lo mandan en seis meses y así puede llegar a un año, cuando por ser un medicamento radioactivo su dotación es exclusiva del Estado venezolano.

Exigen mejores salarios.

Desde hace cinco años, explicó González, comenzó el deterioro en el suministro de insumos y medicamentos oncológicos, que consiste en las quimioterapias y radioterapias. Fallas que recrudecieron estos dos últimos periodos, de modo que no se puede garantizar con éxito la recuperación de un paciente.

Sucede entonces que los enfermos, en vez de avanzar luego de la operación, están retrocediendo y empeorando con los tumores y con lo dolores que son insoportables.Un paciente oncológico que no recibe tratamiento, se atrasa dos años, empeora su expectativa de vida, acotó.

En el Razetti atienden cerca de 1000 personas al día en las diversas especialidades: Cirugía, Medicina Oncológica, Radioterapia, Odontología Oncológica, Mama, Terapia del dolor, Vías digestivas, entre otras.

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En estos momentos no hay morfina para atenuar el dolor. Se requiere un analgésico multimodal balanceado y no lo hay. Un enfermo puede requerir tres o cuatro ampollas al día y debe buscarlas en el mercado negro a precios altísimos.

El doctor comentó que la persona con cáncer no se queda en su casa. Va y viene, dijo. También lo hacen sus familiares, gastan pasaje, compran inyectadoras que cuestan 250.000 bolívares en una farmacia particular y la respuesta aquí es que no hay nada, que no se les puede garantizar su estabilidad.

Actualmente, este centro no tiene servicios cerrados. Lo que pasa es que no funcionan al 100 % debido a la falta de insumos. Por ejemplo, en el Laboratorio solo se hacen las pruebas normales y de 13 bioanalistas solo quedan 5; si se hacen las biopsias, las mandan a estudiar en otros institutos. Tardan en llegar tres o cuatro meses, cuando es una cuestión de un par de días. En ese tiempo el cáncer avanza.

Los robos también afectan la funcionalidad del hospital. Recientemente, se robaron el cableado de la unidad de los aires acondicionados, lo que afectó el servicio de laboratorio y quirófano.

En protesta

Este viernes, los trabajadores, en compañía de Pablo Zambrano de Fetrasalud, Ana Rosario Contreras del Colegio de Enfermería del Distrito Capital; Judiht León, presidenta del Colegio de Bionalistas del Distrito Capital y voceros de sindicatos de otros hospitales, hicieron una asamblea donde visibilizaron la crisis interna que además se incrementa por los bajos salarios.

Enfermeras en pie de lucha.

Las enfermeras, que desde el 25 de junio se mantienen en paro, dijeron que les está tocando cubrir a una o a dos un servicio con más de 30 pacientes, principalmente en las noches, que es cuando más se refleja la migración de estas trabajadoras.

Lo mismo reportaron las del hospital Antonio Rísquez, a pocas cuadras del Razetti, donde ya no están haciendo ni operaciones porque no hay quirófanos; solo quedan 17 de 48 enfermeras y no hay Medicina Interna. Esto último debido al colapso del servicio hace cinco años, cuando metieron a familias damnificadas en el puesto asistencial, de acuerdo con las declaraciones de Nelber Ramírez, enfermera del área quirúrgica.

En Odontología de este nosocomio piden a los pacientes que lleven jabón, cloro, marcadores, bolígrafos, vasos desechables, entre otros insumos, para ser atendidos, siempre y cuando haya agua, otro de los problemas que afectan el funcionamiento hospitalario.

Les piden que lleven material de oficina.

Ana Rosario Contreras, en conversación con las enfermeras, ratificó la continuidad del paro y aclaró que el ministro de Salud, Carlos Alvarado, a pesar del plazo que dio el Colegio —vencido este jueves 12 de julio— no los ha llamado para sentarse a revisar la tabla salarial, la cual esperan llegue a equipararse a los mismos tabuladores dados a los militares.

Igualmente, manifestó que las propuestas de ir a Miraflores y de la renuncia masiva se siguen estudiando.

Fotos y video: Mabel Sarmiento Garmendia


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