La economista Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, asegura que en las últimas dos semanas han disminuido las intervenciones del BCV en el mercado de divisas y de allí el aumento abrupto del dólar paralelo (22 % este mes). Este año, más de la mitad de los ingresos petroleros se habrían usado para contener, sin éxito, el tipo de cambio.

Caracas. El dólar sigue su ascenso, sin nadie que lo pare, y con un Banco Central de Venezuela (BCV) que parece ceder a la presión del mercado paralelo, el más accesible en este momento para que personas y empresas compren divisas.

En las últimas dos semanas, conforme aumenta la oferta de bolívares por los acostumbrados pagos de bonificaciones en el sector público y en el privado, se ha hecho más notoria la escasez de dólares en el mercado oficial.

La venta de divisas en bancos y casas de cambio ha operado de forma más limitada y en redes sociales abundan reportes de personas que no logran comprar dólares para resguardar sus ingresos. Solo desde el 1° de noviembre, el bolívar perdió 18 % de su valor frente al dólar, reduciendo aún más la capacidad de compra de la población.

Para la economista Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, el aumento del dólar (22 % en el mercado paralelo vs. 9,8 % en el oficial) es consecuencia de la disminución en los montos de las intervenciones cambiarias, método con el que el BCV le vende dólares a los bancos a determinada tasa para intentar contener el tipo de cambio.

La intervención cambiaria del Banco Central ha declinado en las últimas dos semanas. Ayer apenas destinó $20 millones, cuando la semana pasada había destinado 60 millones de dólares y la antepasada $160 millones. Pensamos que, para lo que resta de semana, quizás se puedan destinar otros $20 millones, explicó Herrera.

La economista, durante un foro organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), infiere que, con la disminución de las intervenciones, el BCV demuestra que está más dispuesto a dejar que se deprecie el bolívar que a estar destinando más divisas en estas condiciones.

A inicios de este mes, Síntesis Financiera y economistas como Hermes Pérez proyectaban que el dólar podía cerrar 2022 con un precio de entre 10 y 12 bolívares, pero la estimación se quedó corta.

Tamara Herrera argumenta que la disminución en las intervenciones del BCV puede deberse a mayores dificultades con los ingresos petroleros y para obtener dólares en efectivo para venderle a los bancos (única forma de hacerlo como consecuencia de las sanciones sobre el ente emisor). El dólar paralelo cerrará 2022 con un precio de Bs. 13,6, según la firma.

Ingresos se quedarán cortos el próximo año

La firma de Herrera estima que las exportaciones petroleras venezolanas cerrarán 2022 con un valor aproximado de 12400 millones de dólares, de los cuales solo la mitad (poco más de $6000 millones) ingresan efectivamente al país porque el restante se va en canje por insumos iraníes para mantener la industria.

A grandes rasgos, las intervenciones del BCV le han salido caras al Gobierno en términos económicos y prácticos, pues el dólar sigue en aumento pese a los intentos por contenerlo. Para finales de 2022 las ventas de divisas en efectivo del BCV cerrarán en más de $3600 millones, según Síntesis Financiera. 

Es decir, seis de cada 10 dólares que ingresan por renta petrolera se habrían utilizado para contener, sin éxito, el precio del dólar. La estrategia del BCV también ha servido para calmar los efectos del gasto público: por cada 100 bolívares que el Gobierno emite (para gastos corrientes, pago de nóminas o bonificaciones, entre otras actividades del sector público), 40 son “absorbidos” por las intervenciones y un ejemplo claro de ello fue la contención momentánea del dólar luego del pago de bono vacacional al sector educación en agosto.

Tamara Herrera, sin embargo, advierte que hay pocas posibilidades de ver esa cantidad de divisas disponibles para intervenciones en 2023, dado el estancamiento de la producción petrolera y las dificultades para vender el crudo a precio de mercado. Las sanciones a la industria, asegura, hacen que cada barril producido se venda de 40 a 50 dólares por debajo de su precio real.

De allí que, en un escenario en el que se mantenga el estado actual de la industria (poca producción, limitaciones para exportar y nula participación de actores como Chevron) las exportaciones petroleras cerrarían entre 6000 y 7800 millones de dólares, por debajo de los niveles de este año (y solo la mitad en forma de ingresos).

En ese contexto, de acuerdo con el reporte de Síntesis Financiera, el tipo de cambio podría cerrar 2023 con un precio de Bs. 78,6 por dólar y la inflación subiría a 337 % (casi el doble que la proyectada para este año), con un impacto directo en el consumo y crecimiento de sectores no petroleros.


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