Esperanza de ejercer en el exterior alienta a los jóvenes que buscan su título para emigrar

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Desde 2013, según informe de las Naciones Unidas, han salido del país 6,11 millones de venezolanos en busca de mejor calidad y más oportunidades de crecimiento. Jóvenes consultados para este trabajo aseguran que esperarán su título universitario para poder salir de Venezuela sin perder la esperanza de encontrar un trabajo relacionado a su carrera universitaria.

Maturín. Desde 2016 se escucha con insistencia el término “fuga de cerebros”, que se traduce en la migración de jóvenes profesionales graduados o recién graduados, quienes toman la decisión de salir de sus países por temas ligados a crisis económica, política o guerras. Venezuela no escapa a esta situación debido a la crisis que persiste en el país y su incertidumbre.  

Aunque el Gobierno nacional no brinda datos precisos sobre la diáspora venezolana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ubicó el número de migrantes venezolanos en 6,11 millones durante 2022.

Los jóvenes han sido uno de los grupos sociales más afectados ante la posibilidad de emigrar. El debate entre abandonar sus estudios o continuar ha estado presente al momento de tomar la decisión.

La Encuesta Nacional sobre la Juventud (Enjuve), elaborada por la UCAB reveló que un millón de jóvenes entre 15 y 29 años, se han ido de Venezuela desde 2013. Para 2017, eran muchos los que preferían abandonar sus estudios con la intención de irse del país en busca de calidad de vida, trabajo y la oportunidad de ayudar a sus familiares que quedaron en Venezuela.

Para 2023 la realidad ha cambiado, el equipo de Cronica.Uno pudo conversar con varios estudiantes de distintas universidades en Monagas y todos coincidieron con el hecho de terminar sus carreras para poder emigrar con un título.

Loida Russo, profesora de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel), refirió que entre sus estudiantes ya no se escucha con tanta frecuencia la inquietud de emigrar. Sin embargo, sostiene que la mayoría de sus estudiantes continúan la carrera sin intenciones de ejercer.

Lo que si es cierto y he podido ver en mis estudiantes es que esperan recibir su título para cerrar ciclos porque no están seguros de ejercerlo por las razones obvias que ya conocemos. Ellos quieren tener el título solo para no dejar inconcluso ese objetivo”, expresó Russo.

Trampolín académico

Para Alejandro Tovar, el deporte y los estudios han sido pieza fundamental en su formación. Tovar cursa el último semestre de contaduría en la Universidad de Oriente (UDO), núcleo Monagas, y considera que en el país no hay futuro para la juventud. Sostiene que en Venezuela los profesionales no son valorados.

“Veo el título como un trampolín para salir adelante fuera de Venezuela. Nosotros sabemos que el hecho de tener un título no garantiza que vas a ejercer en otro país, pero considero que es un agregado importante porque siempre tenemos la esperanza que si nos vamos en algún momento se nos dé la oportunidad de trabajar en lo que estudiamos”, comentó Tovar.

A juicio de Tovar, el conocimiento es más valorado en otros países que en Venezuela y pone como ejemplo el tema de salarios y oportunidades, además explica que en Venezuela hay muchos factores que juegan a la desmotivación.

El conocimiento es más valorado en otros países que en Venezuela y eso lo podemos ver con los salarios y las oportunidades de crecimiento. Yo tengo planeado irme en cuanto reciba mi título por el cual he trabajado mucho. Aquí en el país hay mucha desmotivación porque se han perdido las ganas de impulsar la educación”, precisó.

“He querido abandonar la carrera pero prefiero irme con un título”

Para Graciela Martínez, la desmotivación ha estado presente sobre todo en los últimos años de carrera. Es estudiante de Comunicación Social en la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Maturín. En varias oportunidades ha pensado abandonar sus estudios pues considera que el país no hay suficientes oportunidades para crecer profesionalmente.

“Mi mamá es Colombiana y varias veces he tenido en planes irme sin terminar la carrera, pero luego pienso con calma y me doy cuenta que es necesario que yo tenga mi título. Aunque sé que afuera es muy difícil, uno no pierde la esperanza de poder trabajar en lo que le gusta”, contó. 

Martínez dice que la vida en Venezuela no es fácil por el poco poder adquisitivo además sostiene que se ha dado cuenta como los profesionales son mal pagados aun cuando los conocimientos que tienen son valiosos para crecimiento del país.

“Aquí cada vez se hace más difícil vivir. He visto todo el sacrificio que han hecho mis papás y de alguna manera me hace sentir mal que por más que trabajan el dinero no alcanza, también por eso quisiera irme para poder ayudarlos y sé que los profesionales en el exterior si tienen posibilidad de crecimiento económico y personal”, puntualizó.


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