El busto de Simón Bolívar ubicado en el icónico y emblemático Samán de Güere, fue robado el pasado mes de septiembre. Otros bustos y estatuas han desaparecido de plazas y monumentos, sin que las autoridades prevengan los hechos.
Maracay. La historia es la memoria de los pueblos y estos construyen parte de su pasado a través de símbolos. Las estatuas o bustos están cargados de esta fuerza simbólica que le recuerda al ciudadano su relación con el presente y el pasado. Aragua pareciera estar perdiendo ese vínculo entre el ayer y el hoy. Sus plazas y monumentos, algunos declarados monumentos históricos de la Nación, han ido desapareciendo paulatinamente, sin que las autoridades regionales y municipales detengan los robos perpetrados a diario por delincuentes.
[irp posts=”69979″ name=”Desmantelada Maestranza César Girón de Maracay (I)”]El pasado 8 de septiembre, se conoció la “misteriosa” desaparición del busto de Simón Bolívar, ubicado en el icónico y emblemático Samán de Güere, un árbol situado en la avenida Intercomunal del municipio Mariño y que el botánico Alexander von Humboldt describió como un árbol de unos 180 m de circunferencia en su punto más ancho.
Tropas españolas durante la Batalla de San Mateo hicieron un alto en el Samán de Güere y el propio Simón Bolívar descansó bajo su sombra en su paso por el estado Aragua. Este emblemático árbol está rodeado de varios elementos de la Independencia de Venezuela, incluyendo cañones de la era y rifles de la época independentista y el busto del Libertador Simón Bolívar. El monumento también es conocido por haber sido el lugar en donde un grupo de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), entre ellos el difunto expresidente Hugo Chávez Frías, quienes clandestinamente habían conformado el Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200), realizaron el llamado juramento bolivariano.
En el año 1933, el entonces presidente, general Juan Vicente Gómez, decretó al Samán de Güere Monumento Histórico Nacional de Venezuela. Ordenó encerrarlo en un monumento en forma de arco entre cañones, bayonetas y fusiles. En el año 2000, el legendario árbol se cayó, pero fue petrificado por el artista William Mecay y un año después fue exhibido nuevamente. Luego de la restauración, el monumento constaba de dos cañones, fusiles de bayoneta y un busto de Simón Bolívar, que fue robado frente a las narices de un comando de la Policía del estado Aragua.
De acuerdo con las leyendas, en la zona donde hoy está el monumento nacional, vivían los indios Arawak. De ellos se rescata el fragmento de un canto Arawak que parece predecir lo que ocurre con el pasado y la historia de los pueblos:
Cuando ya no estemos con vida en esta tierra, todavía vivirá nuestro Dios, aunque con el tiempo caerá por el olvido de los nuevos hombres, algunas manos de gente buena le levantará, él quedará en el alma de todo de quien le conozca, nuestro Dios árbol“.
En el propio municipio Mariño, sus habitantes también han reportado el robo de la estatua de José Francisco Bermúdez, general en jefe del Ejército de Venezuela en la Guerra de Independencia y prócer venezolano. La estatua estaba ubicada en la plaza que lleva el mismo nombre, en la población de Turmero. Bermúdez, conocido como “Libertador del Libertador”, se incorporó a la Campaña Libertadora de Venezuela al lado de Simón Bolívar, recibiendo la misión de ejecutar maniobras de distracción entre Caracas y los valles de Aragua.
Otra de las estatuas que ha sido desmantelada y robada por el hampa es la de Ezequiel Zamora, que se encuentra en la Av. Casanova Godoy de Maracay y está elaborada en bronce. Su escultor, el artista Asdrúbal Figuera, la construyó en el año 2003. A la estatua le robaron en prinicipio una pata del caballo, la cola y la espada de Zamora. Meses después, la figura desapareció.
Esta estatua fue develada por la Alcaldía de Maracay como parte de un monumento del que actualmente apenas queda un pedestal rodeado de hierba.
Del mismo Figuera es la escultura Después del salón de clases, un columpio en donde colgaba la figura de una niña robusta, ubicada en el llamado Museo Vial de Maracay y que lleva años desaparecida.
La placa de bronce que identificaba el busto de Francisco de Miranda, ubicado en la plaza que lleva su nombre, en la avenida Constitución, justo al lado del modulo de la Policia de Girardot, también fue robada. Esta pequeña plaza se ha convertido en refugio de indigentes y delincuentes que deambulan por el centro de Maracay.
Durante la gestión del alcalde Humberto Prieto, se construyeron algunos espacios públicos para homenajear no solo a las figuras heróicas de la Independencia, que de alguna manera guardan relación con la ciudad y el estado. También se le quiso rendir homenaje a figuras públicas de reconocida trayectoria. Es así como el cantor del Pueblo, Alí Primera, y la reina del folklor, Reyna Lucero, fueron inmortalizados en dos paseos, cuyos bustos y figuras elaboradas en bronce, fueron objeto de vandalismo.
La primera es una plaza ubicada en la avenida Casanova Godoy a la altura del barrio Los Olivos Nuevos en Maracay. Allí fue eregido el rostro del cantautor falconiano, elaborado en bronce, sobrepuesto sobre una guitarra. Los bancos y los faroles que componían el espacio fueron desmatelados y las letras en bronce que construyeron reconocidas frases de Alí Primera, fueron robadas. En el 2013, el gobierno regional de Tareck El Asissami aprobó la rehabilitación de la obra pictórica Guitarra, del escultor David David, pero 3 años después, pareciera repetir los acordes de “Canción en Dolor Mayor: “Si no sirve mi canción, pa’ que se encienda tu alma, quema entonces mi guitarra, pero que crezca la llama”.
Es la hierba la que ha crecido alrededor del llamado Paseo “Reina Lucero”. Allí, el exalcade Humberto Prieto construyó un espacio abierto para la recreación, en homenaje a la reina del folklore. Una estatua de la cantante, en medio de caminerías, hoy está convertida en una guarida de antisociales quienes se robaron los techos del modulo policial, además de los tubos y las letras de bronce de las estatuas.
Durante la gestión del alcalde Williams Querales se construyó la Plaza del Periodista, en la avenida Casanova Godoy, frente a la UCV-Maracay. Allí fue levantado un busto del reportero, periodista, investigador científico, autodidacta, profesor honorario de varias universidades y autor de grandes obras como El Anhelo constante o La Ciencia Amena, Arístides Bastidas. Fue un homenaje de los periodistas de Aragua para una referencia obligada del periodismo venezolano.
Ese busto fue removido por las propias autoridades municipales hace varios años, con la intención de ejecutar trabajos de limpieza, poda, nivelación de losetas, reubicación de rampas para personas con discapacidad, alumbrado público y remodelación del busto. Sin embargo, las autoridades del Colegio Nacional de Periodistas en Aragua no han obtenido respuesta oficial sobre el paradero de la obra.
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Recientemente, Crónica.Uno reseñó el robo de las placas de bronce que identificaban la escultura La Girondina en la Maestranza César Girón, además de la estatua de Manolete creada por el escultor Emilio Laiz Campos. Fuentes policiales confirmaron a este portal, que la estatua en bronce del torero español fue robada por “piedreros” con el apoyo de funcionarios de Poliaragua. Fue vendida, como la mayoría de los bustos y símbolos elaborados en bronce, a “chatarreros” o empresas recuperadoras de metal, quienes pagan hasta 200.000 bolívares por el kilo de bronce.
Todas estas estatuas, bustos y obras de arte que han sido arrebatadas por los delincuentes, reflejan la forma en que los ciudadanos se cuentan entre sí las historias de sus héroes e ídolos. Forman parte de los recuerdos que evocan hechos pasados y que definen la memoria cultural e histórica de la región. Pero el respeto y preservación de estos también se ha perdido en medio de la fuerte crisis social y económica que azota al país.
Fotos: Gregoria Díaz
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