La hiperinflación liquida las coberturas de los seguros

sedemat cerró el centro médico la sagrada familia

Las sumas aseguradas más altas que ofrecen las compañías ascienden a 400 millones de bolívares, monto que se queda corto para atender una emergencia.

Caracas. Amalia Gutiérrez fue hospitalizada de emergencia en abril y, tras el diagnóstico, el médico le notificó que tenía una hernia y debía ser operada de urgencia, lo que llevó a sus familiares a realizar los trámites para la intervención. La administración del centro de salud, ubicado en el estado Aragua, le consultó si tenía póliza, su respuesta fue afirmativa. De manera inmediata, le informaron que la cirugía costaba 96 millones de bolívares, pero la cobertura del seguro solo era de cuatro millones de bolívares.

Para cubrir la cirugía de Gutiérrez, sus hijos tuvieron que hacer maromas; entre ellas, vender las divisas que tenían, un proceso que tuvieron que hacer con rapidez porque el presupuesto era solo por tres días. Y para los gastos posteriores a la operación recurrieron al dinero que tenían disponible en sus cuentas, porque la póliza ya no daba respaldo.

Hoy en día, un seguro apenas puede garantizar la entrada a la emergencia. No es suficiente para atender los gastos de una intervención, pues la hiperinflación —que se registra en el país desde finales del pasado año— ha liquidado las coberturas.

La prolongada crisis económica, producto del modelo de controles del Gobierno, ha generado severas fallas de abastecimiento y ha disparado los precios que, en 12 meses, tuvieron una variación de 24.571 %, según las estimaciones de la Asamblea Nacional (AN).

Asdrúbal  Oliveros, economista y director de Ecoanalítica, asevera que “el sector seguros es el más sensible a la hiperinflación”.

Muchos no pueden cancelar la prima de los seguros, y quienes aún tienen la capacidad para afrontar el gasto saben que las coberturas son restringidas. Las compañías ofrecen una suma máxima de 400 millones de bolívares, que no soporta los gastos diarios de una clínica pequeña.

María del Carmen Bouffard, presidenta ejecutiva de la Cámara de Aseguradores de Venezuela (CAV), apunta que la hiperinflación afecta la capacidad adquisitiva de los asegurados, cuyo ingreso se está yendo, en gran medida, a la alimentación. Después de que se cubren los otros gastos, lo que queda es lo que va a los seguros. Destaca que las aseguradoras tienen una pérdida de cartera en el ramo de salud por las migraciones y el deterioro del poder de compra del salario.

Los altos precios han pulverizado el ingreso de los ciudadanos, lo que ha llevado a destinar el grueso de la remuneración a alimentación, luego a salud y educación. En otros estratos de la población el presupuesto es más limitado, y 90 % se orienta a la comida.

La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de 2017 reveló que 68 % de la población no tiene seguros de atención médica y, en tres años, el número de personas que se quedaron sin protección creció. El profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB), Mariano González, añade que aquellos que ya no tienen empleos no cuentan con seguros, y quienes tienen puestos de trabajo poseen pólizas colectivas con coberturas que se han deteriorado.

En 2013, la Superintendencia de la Actividad Aseguradora (Sudeseg) estableció una póliza básica de salud de 150.000 bolívares, y, por ese techo, las empresas optaron por ofrecer excesos para dar una mayor suma asegurada. En cinco años, el organismo supervisor no ha modificado el monto básico de la póliza, y los excesos ya no alcanzan.

Las sumas aseguradas se van por exceso, porque la póliza básica son 150.000 bolívares y hasta los momentos no hay información de ajustes, comenta Bouffard.

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El rezago

José Márquez tiene un seguro de 70 millones de bolívares, cantidad que se quedó corta para atender la emergencia que tuvo su madre a fines de mayo, cuando sufrió un accidente cerebro vascular (ACV). Al llegar a una clínica en el estado Miranda le indicaron que debía cancelar 100 millones de bolívares diarios, sin exámenes y ambulancia.

Márquez, al igual que la familia de Gutiérrez, tuvo que apelar a sus ahorros en divisas, gestionar pagos adelantados por sus trabajos y buscar ayuda entre amigos para soportar los gastos en la clínica y en los otros centros a los que acudió para efectuar los exámenes y la tomografía, ya que donde tenía a su madre hospitalizada no se disponía de equipos ni de reactivos.

Las medicinas, que son difíciles de conseguir por la disminución de la producción y las importaciones, tuvieron que correr por su cuenta.

Corredores de seguros apuntan que los ajustes de las sumas no van a la par de la escalada de los precios, por lo que agregan que una buena protección no es posible por la elevada inflación.

Quienes tenían un seguro solían utilizarlo para costear diversos servicios médicos; ahora, pese a las limitaciones, el uso de los contratos por parte de los usuarios se centra más en las emergencias, indican los consultados.

Hay pólizas que ni siquiera garantizan los pagos de los exámenes.

Centro Medico de Caracas<br /> Trabajo de Clinicas y seguros<br /> Foto: Luis Morillo<br /> 070618

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Ramón Naranjo es un jubilado de la administración pública que cuenta con una póliza de una aseguradora estatal, cuya cobertura es de 11 millones de bolívares. En días pasados, se realizó los exámenes para el control de la diabetes y de la hipertensión, los cuales costaron 12 millones de bolívares, de manera que el seguro no alcanzó.

La presidenta de la Cámara de Seguros añade que aunque se diseñen nuevos productos para el ramo de salud, estos seguirán afectados por el contexto macroeconómico.La gran duda es qué medidas se tomarán para contrarrestar la hiperinflación.

El Gobierno argumenta que la inflación es “inducida”, pero la realidad es que, frente a una baja oferta de bienes —producto de las restricciones— el Banco Central imprime bolívares de manera desordenada, lo que presiona los precios, y la estrategia oficial apunta a seguir con los controles.

El profesor González agrega que no hay una política para enfrentar la hiperinflación. La diferencia de precios cada vez es mayor y no hay inversión del sector público, por lo que no duda en señalar que “hay un gran riesgo de no tener protección”.

Las opciones que plantean los representantes del sector seguros y los analistas para los usuarios es gestionar pólizas en dólares, que algunas compañías nacionales ya ofrecen; sin embargo, no todas las familias tienen la capacidad para adquirirlas.

La cobertura del seguro solidario de salud equivale a seis pasajes   

La elevada inflación hizo que se rezagaran los seguros solidarios de salud. La cobertura de esas pólizas —previstas para atender a los más vulnerables— apenas es de 30.000 bolívares, cantidad que representa seis pasajes en el transporte público.

En 2010 la Asamblea Nacional modificó la Ley de Seguros, que luego denominó Ley de la Actividad Aseguradora, para, entre otros aspectos, incorporar los seguros solidarios, que beneficiarían a las familias con ingresos de hasta 25 Unidades Tributarias, personas mayores de 60 años, jubilados y personas con discapacidad.

En 2012 la Superintendencia de la Actividad Aseguradora diseñó los contratos y ordenó a las compañías ofrecer pólizas de salud con sumas aseguradas de 30.000 bolívares, pólizas para maternidad con coberturas de 15.000 bolívares y seguros de accidentes con sumas de 780 Unidades Tributarias. Ese primer año hubo 1500 beneficiarios, según el organismo supervisor.

Pero la institución dejó de revisar las sumas aseguradas. Y, tal y como sucede con la póliza básica de salud, los montos de los seguros solidarios son los mismos de hace seis años.

La ley que rige al sector se reformó en 2015, y en el capítulo de las pólizas solidarias solamente se estableció que para adquirirlas se requería devengar un salario mínimo, lo que eliminó el cálculo de 25 Unidades Tributarias.  

María Hernández es una pensionada que, ante la falta de protección, en 2014 adquirió un seguro solidario por el cual cancelaba una prima anual de 5000 bolívares, que le permitió, en algunos momentos, cubrir costos de consultas y exámenes. En este 2018 no renovó la póliza. A su juicio, no tenía sentido mantener un seguro que no atiende ni siquiera el gasto en una medicina.

La hiperinflación acabó con los seguros solidarios. Corredores de seguros consultados agregan que esa póliza no tiene sentido en medio de la crisis actual.

María del Carmen Bouffard, presidenta de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, apunta que la suma asegurada de ese tipo de pólizas ya no es un atractivo.

Fotos: Luis Morillo


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