Entre enero y septiembre los sistemas de verificación de datos Cocuyo Chequea y Cotejo.info han contabilizado gran aumento de flujo informativo respecto a la COVID-19, desmintiendo o comprobando contenido que es difundido, principalmente, mediante Twitter y WhatsApp.

Caracas. En once meses de pandemia por coronavirus otro fenómeno se ha colado masivamente en la sociedad en el ámbito mundial: la infodemia, entendida como un gran aumento del volumen de información relacionada con un tema particular y que se ha masificado ante el uso de las redes sociales para difundir contenidos falsos o no verificados sobre el virus.

En Venezuela la publicación diaria de personas contagiadas con COVID-19, así como de las estrategias y tratamientos que se están utilizando para mitigar su impacto en la población, está centralizada en tres miembros del Ejecutivo y un portal oficial con información incompleta.

De acuerdo con cálculos hechos por la ONG Espacio Público, dicho portal presenta 79,3 % de escasez de información clave sobre la epidemia, pues omite datos como presupuesto y gasto público destinado al manejo de la enfermedad, condiciones de infraestructura de los centros de salud, dotación de insumos médicos y medicinas en ellos, entre otros factores.

Más allá del portal COVID-19, los anuncios en cadena nacional y por Twitter, “los venezolanos no tenemos acceso a información pública que esclarezca la situación de la pandemia”, señaló Fátima Arévalo, coordinadora de medios de Espacio Público, en un foro virtual organizado por esa organización.

Aumento de verificación

Para Pablo Enrique Paz, jefe de redacción de Cotejo.info, la inexistencia de boletines epidemiológicos impide tener una “base informativa” desde el inicio de la pandemia, pues se llegó en ausencia de “información veraz, confirmable y verificable”.

Desde entonces, afirma, Cotejo.info ha hecho más actos de verificación y profundización en temas que tienen vacíos informativos, con picos resaltantes en los meses de abril, julio, agosto y septiembre.

Hemos visto que, en general, las fuentes oficiales han sido la base de las dificultades de comprensión del contexto venezolano de la pandemia, así como de las implicaciones que ha tenido debido a falta de información o su manejo inadecuado por parte de quien la expone, señaló Paz en el foro.

Redes sociales a la cabeza

La falta de información ha sido punta de lanza para la difusión de informaciones falsas en las redes sociales, principalmente WhatsApp y Twitter, que según datos recopilados por el sistema de verificación de datos Cocuyo Chequea, son los canales que más desinforman.

Shari Avendaño, verificadora de hechos en Cocuyo Chequea, fue una de las ponentes del foro “¿La pandemia de la desinformación?” y expuso que la primera solicitud de chequeo que recibieron sobre el nuevo coronavirus ocurrió el 23 de enero de este año, a pocos días de su llegada al país.

Entre esa fecha y el 14 de abril, Cocuyo Chequea hizo 40 chequeos relacionados con COVID-19 y, al 5 de octubre, la cifra ascendió a 212.

Avendaño resalta que los elementos que más reciben para su verificación son cadenas de WhatsApp y enlaces de Twitter, lo que coincide con resultados del estudio “Navegando la infodemia”, hecho por el Instituto Reuters y la Universidad de Oxford en seis países, que identificó a las redes sociales y la mensajería instantánea como los canales de información más utilizados por las personas.

Infodemia en la región

“La desinformación tiene un ciclo de vida, demorarse mucho en desmentir un contenido falso puede hacer que sea tarde para evitar su propagación”, señaló Olivia Sohr, periodista y coordinadora del medio argentino Chequeado, en el foro organizado por Espacio Público.

Sohr expuso las similitudes de infodemia que ha enfrentado Latinoamérica a lo largo de 2020, plagado de información falsa relacionada con el origen del virus y tratamientos caseros que han sido desmentidos por la comunidad científica.

Desde gobiernos que niegan la gravedad de la COVID-19 hasta aquellos que hacen caso omiso a las recomendaciones de expertos u ocultan información a los ciudadanos, son parte de los retos comunes que enfrenta la región, donde muchas veces –según Sohr– hasta puede volverse viral el mismo audio, foto o video con contenido falso o no verificado.

Y en un contexto en el que parte de la ciudadanía desconfía de los datos que ofrecen los gobiernos, pero también desconfía de los medios, aumenta la necesidad de “afianzar y hacer más exacta la forma de hacer periodismo”, como señala Pablo Enrique Paz, al tiempo que se promueve a las personas a hacer frente y cooperar entre sí para limitar el avance de la infodemia.


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