La mayoría de las escuelas en Aragua no cuentan ni siquiera con agua potable

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Sin este vital servicio, resulta casi imposible una reincorporación a las aulas en las escuelas de Aragua, en medio de una pandemia por coronavirus y cuando la mayoría de los docentes no han recibido las vacunas contra la COVID-19.

Maracay. “Ese plan de vacunación masiva contra la COVID-19 aún no ha llegado totalmente al magisterio aragüeño, tan indispensable para inmunizar al personal docente”. Por esta razón, entre otras, la profesora Maribel Bernal, directiva del Sindicato Único de Maestros de Aragua, Suma Aragua, ve casi imposible que los maestros y profesores de la región retornen a las aulas de clases en las escuelas de la entidad.

Bernal señala que la vacunación que se ha llevado hasta el momento se realiza a través de los consejos comunales y no incluye a toda la población docente, administrativa y obrera del sector educativo

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No se puede llamar al retorno a clases con escuelas abandonas y sin mantenimiento. Foto: Gregoria Díaz

A ello se le suma que la mayoría de las instituciones educativas no cuenta con agua potable por tubería, uno de los servicios indispensables para la prevención de la COVID-19.

¿Cómo se pretende que los docentes nos incorporemos a las clases presenciales cuando ni siquiera hay agua en las escuelas y mucho menos el mantenimiento preventivo que requieren las instituciones educativas para garantizar una mediana normalidad?”, pregunta.

La docente también se interroga: ¿Cómo se puede alertar y concienciar a los alumnos de que deben lavarse las manos constantemente cuando hay cientos de escuelas que desde hace años no cuentan con agua por tubería y otras no poseen ni siquiera envases para el almacenamiento?

“Hay escuelas —refiere— que están por el piso, con filtraciones extremas en las que llueve más adentro que afuera. Ni qué hablar de la maleza que ha invadido estas estructuras y donde ni siquiera se lleva a cabo un plan de fumigación para evitar otro tipo de enfermedades, como el dengue”.

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El deterioro de las escuelas en Aragua es evidente. Foto: Gregoria Díaz

A esta preocupación se suma el presidente del Colegio de Profesores del estado Aragua, Richard Rivas, que coincide en señalar que no existen las condiciones para el reinicio de las actividades escolares para el mes de octubre.

Nadie conoce hasta este momento cómo va ese plan de vacunación para el personal docente, administrativo y obrero, porque no existen suficientes centros de vacunación y tampoco suficientes dosis para inmunizar a este importante sector”, dice tajante.

Para Rivas, las escuelas se convertirían en focos de contagio con un retorno a clases sin una masiva inmunización que incluya a los estudiantes.

El dirigente gremial reitera, además, que la escasez de gasolina y el limitado servicio de transporte público imposibilitan el traslado de los docentes hasta sus centros educativos.

“Sería irresponsable hacer un llamado a clases. Porque, además, nuestro salario no nos permite costear pasajes o gasolina dolarizada”, sentencia Rivas.

Pocas expectativas

Ni Rivas ni Bernal tienen grandes expectativas en relación con la discusión de la contratación colectiva en la que participan 17 federaciones magisteriales.

La profesora Bernal refiere que al gremio docente le urgen beneficios reales en materia de salud.

Estamos totalmente desasistidos. En Aragua, por ejemplo, los educadores estadales no cuentan con un servicio de hospitalización, pues desde la administración de Rafael Isea se creó un organismo para tales fines que en este momento no presta ninguna atención sanitaria a los educadores dependientes del gobierno regional”, afirma.

Por su parte, Rivas insiste en que no hay condiciones económicas que soporten la profunda crisis que vive el país.

El presidente del Colegio de Profesores en Aragua explica que en las discusiones contractuales apenas se intenta lograr una homologación de salarios y que los sueldos se adecuen a la inflación.

“Con un modelo económico como el venezolano, usted puede ganar 1000 millones de bolívares, no le va a alcanzar. Yo quisiera saber si el ministro puede mantener a una familia con 40 millones de bolívares al mes”, se pregunta el dirigente gremial.


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