La violencia en el noviazgo se presenta de forma sutil pero puede tener consecuencias fatales

La psicóloga del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), Axelis Castillo, especificó que las víctimas tienden a entrar en un círculo violento que inicia con la fase de luna de miel, continúa con la tensión y finalmente pasa a la violencia física, verbal o psicológica.

Caracas. Juliana*, 20 años, se enamoró por primera vez entre los pasillos de una universidad. Al principio se sintió plena y segura con esa relación. Sin embargo, conforme pasó el tiempo la ansiedad y la angustia eran muy frecuentes. 

La joven comenzó a estar más con su pareja hasta que dejó de hacer las cosas que disfrutaba para invertir más tiempo en la relación, pues él se lo pedía. 

Si de verdad me quisieras tanto, pasarías más tiempo conmigo, le decía su novio a Juliana.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre pasado, el Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) hizo un foro sobre los indicios de la violencia durante el noviazgo. 

La psicóloga del CADH, Axelis Castillo, explicó que las pequeñas señales son importantes y hay que estar atentos para reconocerlas, porque se presentan de manera sutil hasta que suben de nivel. 

Foto: Gleybert Asencio
Aislamiento

Castillo explicó que el aislamiento es la primera bandera roja. Un potencial agresor aleja a su víctima de su red de apoyo para poder manipularla posteriormente. 

A la pareja de Juliana no le agradaba dejarla sola con otras personas, prefería estar presente en cada conversación que ella tenía, sin importar con quién fuera. 

Cada vez que la joven tenía una reunión sabía que él buscaría alguna excusa para discutir. En algún paseo o plan familiar en el que él no estaba presente, buscaba pelear por cualquier cosa por mensajes para que mi atención estuviese concentrada en esa conversación.

Castillo mencionó que la red de apoyo incluye a familiares y amistades cercanas a las mujeres víctimas de algún tipo de violencia.

Juliana no tenía un espacio que solo fuera para ella, su pareja siempre estaba presente. Si no lo invitaban a la reunión entonces hacía que ella no fuera. 

La relación con mamá 

María Fernanda Villa, psicóloga del CADH, explicó que las mujeres que tienen una relación muy cercana y poco sana con mamá tienden a ser víctimas de violencia de género. “Ellas generaron una relación de dependencia con su mamá”

Estas madres suelen ser muy sobreprotectoras, absorbentes e invaden el espacio de sus hijas. Ellas se acostumbran a la intromisión y la normalizan, por eso no les alarma que sus parejas lo hagan. 

Ciclo de violencia 

La psicólogo Castillo especificó que las víctimas tienden a entrar en un círculo violento que inicia con una fase conocida como luna de miel, en la cual se presentan los primeros indicios aunque muy sutiles.

Posteriormente pasa a la etapa de tensión, en la que comienzan los reclamos por atención y se comienza a ver el rasgo posesivo. Y finalmente a la fase de violencia física, verbal o psicológica, cuando el hombre no recibe lo que espera y tiende a recurrir a la violencia. 

Este es un ciclo que se repite una y otra vez, y va escalando de nivel hasta que puede llegar a tener consecuencias fatales. 

Ansiedad y sentimiento de culpa 

Juliana comenzó a tener ansiedad cuando se conectaba a su WhatsApp, estaba en línea, y se ocupaba con otra actividad. Sabía que su pareja le iba a reclamar por no prestarle la suficiente atención mientras le escribía. 

Catillo aseguró que el hostigamiento se hace presente en estos casos, con el fin de llegar a una manipulación emocional y lograr un sentimiento de culpa en la mujer. 

Era complicado chatear con amistades sin sentir la angustia de tener que volver rápidamente a su chat, dijo Juliana. La angustia cada vez se hizo más presente y el sentimiento de culpa también.

Las críticas y los celos 

Lo haces todo mal, recuerda Juliana que le repetía su novio. Con el tiempo ella comenzó a creer cada palabra y a sentirse insuficiente. 

Villa mencionó que la intimidación se presenta de diversas formas y la manipulación psicológica es una de ellas. Las peleas comenzaron a ser demasiado constantes por cosas pequeñas que se volvían enormes. Juliana siempre sentía culpa y su pareja siempre se victimizaba. 

Los celos también eran insostenibles, sin importar que estos no tuvieran fundamentosVilla dijo que la celotipia es común en estos casos y va escalando de nivel hasta que la pareja puede llegar a celar de una actividad que la otra persona disfrute, incluso de una mascota. 

La celotipia es un trastorno que hace pensar al paciente que su pareja le es infiel. 

Foto: Gleybert Asencio
Salir de una relación violenta 

Lo más importante es dar mensajes claros a la pareja, y una vez tomada la decisión hay que ser contundente. “El sí y el no, hace que todo sea más tóxico y que el hombre puede ser más agresivo”, dijo Villa.

Además agregó que si se conoce a alguien en esa situación, es imperativo brindar una escucha activa y respetar el proceso que vive. Es importante no revictimizar, en su lugar hay que mostrarle que tiene una voz y que sus derechos importan. 

Es un proceso de mucha paciencia, dijo la psicóloga. 

Dependencia sexual 

Mariana* no se decide a salir de una relación que sabe que le hace daño, porque disfruta el sexo con su pareja. Ella no imagina cómo satisfacerse sola, por esta razón ha sufrido violencia durante al menos un año. 

Todo puede estar mal, pero en el sexo nos entendemos.

Villa confesó que el apego sexual se debe al desconocimiento por parte de la mujer de su propio cuerpo. “Son mujeres que no se masturban y no saben lo que disfrutan”.-

La psicóloga agregó que esto solo se puede tratar conociendo otras formas de complacerse y llevar una sexualidad sana.

(*) Los nombres fueron modificados por medidas de protección a la víctima.

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