Durante más de 9 días, en el marco de la Semana Santa, un grupo de más de 30 jóvenes, en compañía de adultos, organizó y llevó a cabo actividades religiosas, recreativas, sociales y formativas en su comunidad: Santa Bárbara del Tuy. La ocasión fue propicia para comer, jugar, trabajar, reflexionar y orar juntos. Crónica.Uno comparte cinco testimonios de jóvenes que hablan sobre lo positivo y lo negativo de su entorno.
Valles del Tuy. En medio de la anomia que caracteriza la cotidianidad venezolana, un grupo de más de 30 jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 30 años, se organizó para ofrecerle a su comunidad, Santa Bárbara del Tuy, una Semana Santa 2019 llena de actividades sociales, religiosas, recreativas y formativas, de la mano de las Hermanas de Vorselaar y los Misioneros Salvatorianos.
Santa Bárbara del Tuy pertenece al municipio Lander del estado Miranda, y forma parte de la subregión Valles del Tuy. Es una de las principales poblaciones del municipio, el cual tiene una población aproximada de 144.450 habitantes.
Cualquier ciudadano venezolano constata en su cotidianidad lo que psicólogos sociales o sociólogos de la talla de Colette Capriles o Francisco Coello señalan como una realidad: la ausencia de normas sociales que orienten la convivencia ciudadana.
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Sin embargo, esquivando esa realidad, y a pesar de la falta de agua potable y de la interrupción continua del servicio eléctrico, de la falta de proteína animal en las comidas y del calor avasallante, niños, jóvenes y adultos, laicos y consagrados apostaron por una realidad alternativa, apostaron por el encuentro y el trabajo conjunto.
Oscar, Antonella, Edwin, Aiskelmys, Randall, Georgelys, Diego, Karina, Erick, Consuelo, Yenderson, Yasmín, Beiker, María José, Néstor, Génesis y paremos de nombrar. Eran muchos y estuvieron ahí, al pie del cañón, durante más de nueve días recorriendo, calle arriba y calle abajo, los distintos sectores de su comunidad y un poco más allá.
Integrantes de grupos juveniles, de equipos deportivos, de consejos comunales, de la catequesis de Confirmación, del coro, de grupos de apostolado. Todos asumiendo, cada uno a su modo y a su ritmo, un compromiso.
¿Qué hicieron? Visitaron hogares en distintos sectores para conocer y compartir con enfermos y personas de la tercera edad; acudieron al Hospital General de los Valles del Tuy para orar, animar, conversar y dar algo de comer a los familiares de los pacientes; fueron a la casa hogar La Esperanza para poner a cantar, jugar y bailar a los abuelos.
Estas actividades, los tradicionales actos religiosos de Semana Santa (celebraciones diarias, Domingo de Ramos, procesión del Nazareno, lavatorio de los pies, víacrucis viviente, Sábado de Gloria, Domingo de Resurrección) y las jornadas formativas diarias que abarcaron temas de fe, realidad social y vocación completan el fuerte trabajo que realizaron muchos en Santa Bárbara del Tuy.
Los jóvenes, que lideraron la mayoría de las actividades, no negaban la dura realidad que se vive en Los Valles del Tuy: caos en el ferrocarril, desorganización, existencia de bandas delictivas, asesinatos cometidos por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana, problemas de servicios públicos.
No obstante, eran capaces de destacar aquellos elementos positivos presentes en su cotidianidad.
El equipo de Crónica.Uno conversó con cinco de ellos durante la tarde del domingo 21 de abril, para recoger de sus propias voces, la valoración que cada uno hace de su entorno.
A continuación presentamos lo negativo y lo positivo que tiene Santa Bárbara del Tuy, y Los Valles del Tuy en general, desde el punto de vista de Gabriela Chirinos, Grecia Rivas, Edwin Chirinos, Haidee Plaza y Óscar Castro.
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