La película disponible en Netflix es una oportuna opción para desentrañar personajes, pero también los sentimientos y las angustias de dos figuras que, a pesar de sus aparentes fortalezas, buscan el respeto y la dignidad que merecen, aunque no coincidan en buenos puertos durante la travesía.
Viola Davis y Chadwick Boseman brindan un espectáculo interpretativo en hora y media de película. Son ellos quienes llevan el pulso de Ma Rainey’s Black Bottom, recientemente disponible en la plataforma de Netflix.
Traducida al español como La reina del blues, este largometraje es un tenso drama que parte de uno de los géneros más nostálgicos y melancólicos de la música estadounidense.
Davis interpreta a Ma Rainey, una de las figuras fundamentales de los inicios del blues. Fallecida en 1939, es una pieza ineludible en la historia de esta expresión artística.
La actriz hace un trabajo cabal en el filme. Una historia que sirve para interpretar el contexto de la comunidad negra en Estados Unidos durante esas primeras décadas del siglo XX, y en este caso, sobre cómo la música no solo fue expresión de tantos, sino también se fue engranando en una industria dirigida por blancos que vieron el potencial del blues.
Pero más allá de dinámicas comerciales, Ma Rainey’s Black Bottom es una película de sentimientos, de pesares incluso con estrellatos. Ma Rainey luce dura y por momentos insoportable, pero paulatinamente se devela una posición ante la vida acorde a los tiempos que ha padecido la cantante. Entonces, surge la empatía, e incluso se convierte en punto de reflexión sobre la vida.
Dirigida por George C. Wolfe, Ma Rainey’s Black Bottom tiene un guion escrito por Ruben Santiago-Hudson basado en la obra teatral de August Wilson, ganador de premios Pulitzer y Tony. Denzel Washington es uno de los productores.
Y sí, por momentos el largometraje ofrece esa atmósfera que irradia la dramaturgia. Una sala de ensayos y un estudio de grabación son los ambientes en los que se desarrolla.
Ma Rainey’s Black Bottom es una película con una historia en apariencia sencilla. Ma Rainey debe grabar una canción en el estudio, pero desde el principio todo es accidentado. Una vez en la sala, ocurre una serie de hechos que impiden que la grabación se lleve a cabo sin contratiempos. La artista incluso detiene el proceso para que le compren una Coca Cola porque tiene calor.
Por otro lado, Chadwick Boseman como el trompetista Levee, es un inconforme músico que busca ser más que un simple intérprete de sesión. Va por más. Y es él quien delínea otro conflicto en la historia que se amalgama luego al acontecer de la protagonista.
Levee a simple vista es alegre, risueño, pero muestra también un dolor que se manifiesta repentinamente de manera hiriente y desafiante, que luego atenúa sin que ese brío se adormezca.
Su actuación es un trabajo que podría valerle premios póstumos al actor fallecido a los 43 años de edad en agosto de este año. Mucho más allá del Wakanda Forever.
Ma Rainey’s Black Bottom es una oportuna opción para desentrañar personajes, pero también los sentimientos y las angustias de dos figuras que a pesar de sus aparentes fortalezas, buscan el respeto y la dignidad que merecen, aunque los dos no coincidan en buenos puertos durante la travesía. Ambos mantienen en vilo al espectador, una tensión continua que deriva en la aceptación de los actos, aunque al final uno de ellos sorprenda sin asideros para más empatía.
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