Este domingo 8 de mayo, Día de las Madres, Crónica.Uno cuenta la historia de Lenny Marcano madre de un adolescente, de 16 años de edad, que se aceptó como hombre trans. La madre se documentó acerca del proceso de identidad de género para acompañar a Alan Castellanos, su hijo menor, y también para exigir al Estado venezolano que permita, entre otros, el derecho a la identidad.
Caracas. Lenny Marcano ondea con orgullo la bandera rosada, azul y blanco, que representa a la comunidad transgénero. Acude a las manifestaciones de las personas transgénero para apoyarlos en su derecho a la identidad. Va a reuniones. Se documentó. Por su hijo ha hecho lo que sea y apoyarlo en su transición, para que sea feliz, es su meta.
Lenny es la madre orgullosa de Alan Castellanos, chico trans de 16 años de edad. Con facilidad maneja términos como: disforia, cisgénero, no binario, transexualidad y entre otros relacionados con la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer. (LGBTIQ+).
Es madre tres hijos. Tiene 54 años y es jubilada del Ministerio de Educación, durante 34 años dio clases a niños y niñas entre primero y sexto grado. Es de estatura baja y cabello corto. Pero su tono de voz fuerte y claro demuestra que es una mamá aguerrida y muy documentada.
A los 12 años de edad, en primer año de bachillerato, el hijo de Lenny fue víctima de acoso cibernético. Esta acción de los compañeros de clases de Alan, además del constante bullying, llevó a Lenny a conversar con su hija, quien aún no había definido su identidad de género, así como su identidad sexual.
“Me di cuenta de que era transgénero luego de pasar por muchos estilos y me di cuenta que no encajaba en la versión de una niña, se sentía horrible y me sentía como en el disfraz de un payaso”, contó Alan durante la conversación con su madre.
En primaria Alan fue golpeado constantemente, le halaban el cabello y se burlaban de su imagen. En primer grado, le echaban agua encima, le quitaban la comida o le daban patadas. En bachillerato fue víctima de abuso sexual.
Según el informe Para Dejar de Ser Fantasmas, investigado por la exdiputada (2016-2020) Tamara Adrián, en el 2019, el bullying (o acoso escolar) fue mayor porcentualmente en el caso de los hombres trans que en el caso de las mujeres transgénero y hombres gais. Sin embargo, la violencia en espacios públicos afecta mucho más a las mujeres transgénero y a los hombres gais.
86 % de los hombres trans han sido discriminados o agredidos verbalmente en sitios públicos, al igual que 83 % de las mujeres trans. Por estos hechos no hay ningún agresor sancionado.
Una parte de Lenny agradece la mala experiencia del acoso cibernético del que fue víctima Alan, porque tras ese episodio habló con su hijo y conoció lo que él sentía y padecía en silencio. Su relación madre e hijo mejoró mucho, ya que Alan era muy cerrado con ella.
El acoso que vivió Alan y diversas situaciones familiares desfavorables desencadenaron la ansiedad, depresión y trastornos psicóticos. El adolescente intentó suicidarse en dos ocasiones y en algunas oportunidades se lesionó su cuerpo. Actualmente ha mejorado y tiene un tratamiento psiquiátrico.
Por recomendación del psiquiatra Alan tuvo que dejar de estudiar y su madre lo retiró del colegio en tercer año de bachillerato. “El psiquiatra me dijo: ¿usted quiere un hijo sano o un título colgado en la pared? Y la verdad es que yo quiero a mi hijo vivo”.
Lenny y su hijo viven en Caracas. Dejaron atrás el estado Mérida, donde vivieron tantas situaciones de acoso. Ambos planean que el adolescente comience sus estudios de música. Sueña con convertirse en cantante y en actor.
Mamá activista de los derechos LGBTIQ+
“Tú eres mi hijo independientemente de que te gusten los niños o las niñas, lo que me importa es que seas feliz”. A Lenny se le llenan los ojos de lágrimas cuando habla de la felicidad de su hijo, espera que cuando ella no esté en este mundo él logre aceptarse y conseguir la felicidad que ella tanto añora.
Cuando Lenny conoció la identidad de género de Alan, acudió a un centro LGBTIQ+ en el estado Mérida, donde vivieron hasta hace seis meses. En dicho lugar la madre pidió información y buscó herramientas para acompañar a su hijo en el proceso de transición.
Una vez en la capital, Lenny se unió a Unitrans y a otras organizaciones. Desde junio de 2021 comenzó su activismo LGBTIQ+ como una manera de apoyar a Alan.
El pasado jueves 12 de mayo Lenny acompañó a Alan en una concentración frente a la Asamblea Nacional, pues el movimiento de defensores de los derechos humanos de la población LGBTIQ+ lucha para que el Estado reconozca el artículo 146 de la Ley Orgánica de Registro a las personas transgénero, que permite el cambio de nombre. No es la primera vez que esta madre protesta.
De acuerdo con el activista Yendri Velásquez, el Estado venezolano no garantiza los derechos fundamentales de las personas transgénero, entre ellos el derecho a la identidad. Además las instituciones no cumplen con su responsabilidad de aplicar el artículo 146. En el país las personas trans no pueden cambiar usar el nombre que se adapta a su identidad de género y son víctimas de discriminación.
A las personas trans les cuesta conseguir empleo porque su nombre no coincide con su identidad, por ejemplo. David Pinto, hombre transgénero, contó en una entrevista pasada a Crónica.Uno, que debe salir a diario con una carpeta en su bolso por si la policía lo detiene. En dicha carpeta lleva una serie de documentos que avalan que él se sometió a un tratamiento hormonal, al igual que una mastectomía. Tomó esta decisión por miedo a ser víctima de agresión y a la discriminación.
Lo más bonito de hoy fue la mamá de Alan. Ella siempre lo acompaña a las concentraciones y participa activamente. Es una madre amorosa, empática y respetuosa. Todo el amor del mundo para ella. 💙✨#IdentidadTransVzla #LasVidasTransImportan pic.twitter.com/CAYPSpVOXq
— Génesis Millán 🌵🎷▕⃝⃤ (@NegraConDreads) May 4, 2022
Activistas y miembros del movimiento LGBTIQ+ aplauden a Lenny porque acompaña a su hijo. La mayoría de ellos no cuenta con el apoyo de sus padres u otros familiares.
“Por Alan haría lo que fuera. Si me toca abandonar todo para que él sea feliz lo haría. Mi motor de vida es él, que esté bien mentalmente, que no se haga daño y que nadie le haga daño en la calle, que pueda salir libremente y tenga la libertad que tiene cualquier persona en la sociedad. Sufro porque me da miedo que le hagan daño, por eso no lo dejo solo”.
La felicidad de su hijo ante todo
Lenny hace todo para ayudar a su hijo a mejorar su proceso psiquiátrico y a continuar en la transición a hombre. Aunque ambos se han documentado en el tratamiento hormonal y en la mastectomía, aún no planean iniciar alguno de estos pasos hasta encontrar más información que le permita a Alan tomar la decisión con claridad.
“Hay que acercarse a los hijos antes de que se acerque otro, en las manifestaciones a las que voy con mi hijo nunca he visto a padres, ellos están solos. Le recomiendo a los padres que averigüen qué quieren ser sus hijos. Indistintamente de que quieras traer un hijo al mundo lo primordial para una madre es que su hijo sea feliz, todo lo demás va a llegar por añadidura”, dijo Lenny con la voz quebrada.
En las manifestaciones de la población LGBTIQ+ Lenny también es una figura materna para otros jóvenes, a quienes también acompaña en la lucha por que el Estado venezolano y la sociedad reconozcan sus derechos.
“Cuando vivíamos en Mérida mis amigos me pedían que mi mamá saliera con nosotros. Y muchos me dicen que mi mamá es como si también fuera su mamá”.
Lenny se prepara para asistir el próximo miércoles a la Asamblea Nacional, pues el diputado Pedro Infante se comprometió con la comunidad LGBTIQ+ en darles un derecho de palabra en la Asamblea Nacional.
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