Los ministerios de Educación, Mujer, Deportes y Comunas colocaron a disposición de Elías Jaua —quien está al frente de la Vicepresidencia Social— recursos y funcionarios para darle vida al movimiento político del Jefe de Estado. La militancia se nutre del Frente Miranda, la Milicia Bolivariana y el Movimiento por la Paz y la Vida.

Caracas. Al llegar a Miraflores, Nicolás Maduro buscó la fórmula de conservar el poder: negoció con las tendencias y realizó jugadas internas hasta quitarles el peso en la Constituyente presidencial y en el mismo gobierno.

La operación no terminó allí. Ahora los despoja de un piso electoral con la creación de un instrumento electoral que carece de líderes visibles y está conformado por funcionarios del Estado —“leales y comprometidos”— operadores vecinales y comunales: el Movimiento Somos Venezuela (MSV).

La maniobra no fue de un día para otro.

Un camino para consolidarse

La prohibición al Poder Electoral de legalizar cualquier partido proveniente del chavismo fue una de las tantas decisiones de Miraflores para evitar que voces, como Marea Socialista y ahora Rafael Ramírez, pudieran tener una estructura electoral.

En 2010 existían 325 organizaciones políticas, de las cuales 296 fueron a renovación. En 2015, el Consejo Nacional Electoral (CNE) negó la autorización a 111 partidos, 54 % identificados con el chavismo. En 2016, el Sistema de Partidos del Poder Electoral estaba constituido por 67 grupos y se le ordenó a 59 ir a una “actualización de las nóminas”.

En 2017, el oficialismo arreció el torniquete y obligó a los grupos opositores a “renovarse”. De 34 solo quedaron 7. En el chavismo se salvaron los 11 aliados, luego de pugnas internas y recursos que introdujeron en el Poder Judicial.

La maniobra se extendió a 2018 y, por ello, solo existen 15 partidos para la virtual contienda presidencial; 5 de la oposición (MAS, Copei, Avanzada Progresista, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática); un disidente oficialista (Unidad Política Popular 98); uno religioso (Nuvipa); y el resto del oficialismo.

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¿Por qué y cómo surge el MSV?

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es el “hijo mayor” de la revolución y, por ende, el que impone sus decisiones a los aliados, al extremo de que ni siquiera se reúne con ellos.

La desconfianza en el extinto Polo Patriótico crece cada día y hubo varios hechos que conllevaron al Comando Político de la Revolución a adoptar una especie de separación de cuerpos e instrumentar, desde 2015, lo que llaman “el nuevo Sistema Electoral Revolucionario” (SER), cuyo sustento es el Estado, sus funcionarios y los ciudadanos al servicio de los gobernantes.

El SER responde, entre otros, al menos a tres incidentes: el primero, los resultados de las elecciones en Apure, donde el PCV le quitó 27.000 votos al PSUV. El segundo, las municipales, en las cuales la disidencia en Caracas —representada por Nicmer Evans y Eduardo Samán— obtuvo una buena votación (sumados ambos resultados); y, el tercero, la experiencia en las presidenciales de 2013 cuando la diferencia entre Maduro y Henrique Capriles se las aportó la alianza.

En otras palabras, ¿por qué se crea el MSV? Por la desconfianza del “madurismo” hacia los aliados, como el PCV, PPT y Redes que cuentan con grupos sociales que rechazan la gestión gubernamental. Maduro no solo se creó su propia oposición, sino hasta sus aliados, reclaman en predios comunistas y pepetistas, al ver cómo las enseñanzas de los Sandinistas en Nicaragua son copiadas por Maduro en Venezuela.

El SER o “Voto Organizado” (Maduro y Diosdado Cabello, dixit) tuvo su sustento en el Ministerio de las Comunas, bajo la dirección de Aristóbulo Istúriz, porque tuvo como base la data de consejos comunales, comunas o el llamado “poder popular”. Sin embargo, su génesis es de otrora. Su mentor fue Jorge Rodríguez, quien junto con Eliézer Otaiza en su paso por el CNE se había comprometido con Hugo Chávez en conseguir “10 millones de votos pal’ (sic) Comandante” y viene a aplicarlo ahora en 2018.

El proyecto de Rodríguez y Otaiza no tuvo éxito en su momento, no obstante, los resultados electorales y el tiempo permitieron perfeccionarlo. En MinComunas planificaron la “toma política” —como la bautizaron— de 644 parroquias, de las 1300 existentes en el país, como un “corredor electoral” que alimentara la base del proyecto político y cualquier partido, según informes de Fundacomunal. El fin: obtener el control político y electoral de los nuevos urbanismos de la Misión Vivienda, lo que permitió cotejar la data de beneficiarios con la base de electores y de militantes en el PSUV y así tener el andamiaje de prebendas a cambio de votos.

El dato

En Italia, el Consejo Nacional de Corporaciones sustituyó al parlamento (1927) donde no se representaba a los partidos, sino a los gremios empresariales, sindicatos y a las organizaciones comunales. Francisco Franco y Benito Mussolini establecieron un pseudo parlamento. La facultad legislativa la mantenía el dictador con una composición de diputados provenientes de los sindicatos verticales, de las comunidades, los empresarios, de las mujeres casadas, reunidos en las cortes franquistas (1942).

Presión y control a través del Carnet de la patria

Una vez que se concretó esa plataforma, Maduro propuso el carnet de la Patria en 2016 como una forma de censar a quienes aún no eran beneficiarios de las misiones, conocer de sus necesidades y luego enviarles a emisarios a que se los resolvieran y dieran la esperanza de que los atenderían. Fue así como detectaron 350.000 mujeres embarazadas y se creó el programa Parto Humanizado y toda la serie de “ayudas revolucionarias”.

El carnet de la Patria fue un mecanismo de presión electoral usado en 2017 en la elección a la Constituyente presidencial, las regionales y las municipales. Maduro pensó que ya era hora de que esa estructura del Estado tuviera un carácter electoral y nada mejor que aprovechar la coyuntura de unos comicios presidenciales el 22 de abril para que Somos Venezuela saliera a la opinión pública y solicitara su legalización ante el Poder Electoral. Que la obtuvieron de manera exprés mientras otros partidos, como Marea Socialista, Vente Venezuela y Alternativa Uno, esperan que el Tribunal Supremo de Justicia les dé el visto bueno desde 2015.

La estrategia es contar con una tarjeta, diferente al PSUV e incluso a la de los aliados, que le sirva de alternativa a los chavistas descontentos con el principal partido de gobierno y que movilice a los beneficiarios de las misiones, censados en el carnet de la Patria (16,5 millones de venezolanos, reporta la Vicepresidencia Social).

El escritor y periodista Mario Szichman percibe que la nueva corriente del oficialismo pretende tener una organización propia, alejada del MBR y del PSUV, sin olvidar sus prácticas en el uso del fondo del Estado. “Resulta interesante que Maduro haya creado su propio partido político. El legado de Chávez se ha convertido en una pesada carga”, escribió el 7 de febrero de 2018 en su cuenta de Twitter, @mszichman, el autor del libro Las Dos Muertes de Bolívar y quien, el 29 de agosto de 2014, describió en el artículo “Líderes infalibles y canibalismo” cómo en los países comunistas se doblegó a los ciudadanos con el hambre y pronosticó que eso ocurriría en Venezuela.

Militancia burocrática

En lugar de usar la tarjeta de Un Nuevo Camino Revolucionario (NCR), creada por el diputado fallecido, Luis Tascón, cuando comenzaron sus diferencias con el MVR y la “derecha endógena de Diosdado Cabello”, el “madurismo” optó por apropiarse del nombre, siglas, redes sociales y hasta los operadores de Somos Venezuela que son pagados por el Estado, al ser funcionarios del gobierno. El cambio de denominación y de directiva es más expedito que legalizar un partido desde cero, explicaron fuentes comiciales.

La sustitución de Somos Venezuela sirve, a su vez, para evitar que la dirigente de Vente, María Corina Machado u otro dirigente, inscriba el grupo Soy Venezuela, ya que el CNE lo desechará bajo el argumento de que “fonéticamente” es parecido al primero, al igual que sus siglas, como consta en las gacetas electorales, en las cuales han rechazado la existencia de organizaciones con esta condición.

En lo electoral, el eje central del MSV depende del Operativo 4×4; es decir, el uso de plataforma del Estado para captar y buscar votos en un operativo de movilización especial cuyos operadores son las salas situacionales de Miraflores (Puesto de Comando Presidencial) y del PSUV.

El MSV cuenta con sus plataformas gubernamentales: el Movimiento Somos Venezuela (MSV), el Plan Chamba Juvenil y el carnet de la Patria para lograr la meta de mantener la silla presidencial.

El 24 de octubre de 2017, Maduro expuso cuáles serían las directrices políticas del MSV en el documento “Lineamientos del Defensor de la Patria, la Paz y Presidente Obrero Nicolás Maduro Moros, durante el III encuentro nacional con el Movimiento Somos Venezuela, desde el teatro Teresa Carreño, en Caracas, cuna del Libertador”.

El material, enviado a la Dirección Nacional del PSUV, equipos regionales, municipales y parroquiales, devela la estrategia que emplearán para conservar el poder en los estados, municipios y no perder Miraflores.

En el caso de las gobernaciones, desde junio hasta octubre, el Movimiento Somos Venezuela atendió a más de 15 millones de personas, inscritas en el carnet de la Patria, a través de las brigadas de esta organización popular, que articula las misiones y grandes misiones. Un total de 86.000 brigadistas del MVS fueron casa por casa. Resolvieron tres millones de casos; entregaron 300.000 nuevas pensiones, bono escolar de 250.000 bolívares a tres millones de familias y 7000 nuevas tarjetas de Hogares de la Patria a jefes de familia, indica el documento.

La estrategia que usaron para ganar las alcaldías no varió. Por ejemplo, el 1º de noviembre arrancaron las “navidades felices del pueblo de Venezuela” y distribuyeron las cajas de los Clap en 6 millones de hogares, anunciaron los voceros del oficialismo.

El III Encuentro de Somos Venezuela sentó las bases del grupo que, por ahora, Maduro no llama partido, sino “movimiento sociocultural, sociopolítico”, que pasa a controlar la burocracia electoral del PSUV, con la diferencia de que no está la vieja guardia de la izquierda, ni del chavismo originario. La mayoría de sus integrantes son jóvenes, presa de la propaganda oficialista y de sus ejecutores.

Se puede revisar de la siguiente manera: en el documento, Maduro ordenó que se sumen 120.000 nuevos brigadistas a MSV para un total de 200.000 nuevos voluntarios y que, en un plazo de 15 días, el Movimiento instalará coordinaciones en los 335 municipios de todo el país. El trabajo debía terminarse en noviembre del año pasado.

Las coordinaciones regionales y municipales están integradas por el Frente Francisco de Miranda, brigadistas de Somos Venezuela, Plan Chamba Juvenil, Movimiento Hogares de la Patria, Jóvenes de la Patria Robert Serra, misiones educativas y otras misiones; médicos integrales comunitarios, así como representantes de la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor y Misión Vivienda Venezuela, comunas y consejos comunales, de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Milicia Bolivariana y del Movimiento por la Paz y por la Vida.

La militancia del MSV se nutre de estas instancias financiadas con recursos del Estado, en contraposición de la Constitución.

“Pueden confiar en mí muchachos, porque soy un hombre de los barrios y juré ante Chávez dar mi vida por el pueblo de Venezuela”, clamó Maduro en el acto de lanzamiento del MSV el 7 de febrero.

Los verdaderos operadores

Antes, el 8 de noviembre, Maduro definió con los integrantes de las coordinaciones municipales del MSV las estrategias de cierre de año y quiénes estarían al frente del plan.

De manera legal ante el CNE, aparece como coordinadora nacional del MSV, Delcy Rodríguez. No obstante, quienes hicieron el trabajo de organizar la estructura regional y municipal fueron otros.

Este 7 de febrero, Delcy Rodríguez fue la encargada de entregar ante el árbitro electoral  los estatutos de la organización para participar, con tarjeta propia, en las elecciones presidenciales pautadas para el primer cuatrimestre de 2018.

Los estatutos fueron recibidos personalmente por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, de la mano de la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez.. 

A Elías Jaua Milano, vicepresidente Sectorial para el Desarrollo Social y la Revolución de las Misiones y ministro para la Educación, se le encomendó, según el documento:

  • Buscar las estrategias necesarias para convertir a Venezuela en el país de acciones firmes y contundentes, a través del Movimiento Somos Venezuela.
  • Llegar a los 200.000 brigadistas del MSV en el ámbito nacional, antes del 31 de diciembre, para tener mayor capacidad de acción y atención al pueblo. Conformar las Coordinaciones Políticas del Movimiento Somos Venezuela en los 335 municipios del país.
  • Las CP estarán integradas por 12 miembros de los diferentes movimientos. Expandir y mejorar las Misiones y Grandes Misiones a nivel nacional.
  • Lograr lo más pronto posible llegar al 100 % de pensionados de la Misión en Amor Mayor en todos los estados del país.

A Blanca Eekhout Gómez, ministra para la Mujer y la Igualdad de Género, se le exigió dar “todo el apoyo a través del Movimiento Somos Venezuela para acelerar el proceso de Parto Humanizado a nivel nacional”; expandir el Movimiento de Mujeres, especialmente jefas del Hogar; y avanzar en consolidar y expandir el Movimiento de Jefas de Hogares de la Patria Eulalia Buróz.

La tarea de Pedro Infante, ministro de Juventud y Deporte, fue lograr 100 % de la incorporación de los jóvenes registrados en el Plan Chamba Juvenil al 31 de diciembre. ¿Cuántos? 700.000 jóvenes.

Al cotejar lo expuesto en el documento del III Encuentro del MSV y las últimas acciones políticas, como inscribirse en el CNE el 7 de febrero y hacer un acto proselitista en la cancha Miranda, puede explicarse cómo usaron una instancia del Estado para darle rango electoral y así usarla para las elecciones del 22 de abril. La constitución de 24 frentes con expresiones sociales como la juventud, las mujeres, hasta los “mineros de la criptomonedas”, así lo revelan.

¿Qué pasará con el PSUV?

Por ahora, la autorización para pertenecer al MSV corresponde a Maduro y Cabello, por lo cual se descarta una bandada del PSUV. Quienes figuran como coordinadores del movimiento sí deben renunciar porque el Poder Electoral eliminó la doble militancia, explicaron. La data del NCR se anexa como militancia del nuevo movimiento.

Fotos: AVN


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