Los repatriados suponen el 0,37 % de los 4 millones de personas que han huido del país desde 2015. El Plan Vuelta a la Patria también es un mecanismo de control social que ofrece a los migrantes retornados, ante la necesidad de reinserción, registrarse en el sistema de carnet de la patria para solicitar plazas de empleo y vivienda.

Caracas. Hace más de un año Nicolás Maduro anunció el Plan Vuelta a la Patria para el retorno de los venezolanos que han huido de la emergencia humanitaria que su gobierno provocó.

Prometió un plan especial para aquellos que se fueron y perdieron sus bienes. También dijo sentir tristeza por las historias que todos los días escucha sobre la migración venezolana. “Deciden vender la casa, el apartamento, el carro y se van y a los seis meses regresan arruinados”.

Lejos de reconocer un éxodo masivo, Maduro lo que sí hizo fue lanzar un plan que, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, repatrió hasta el 16 de julio a 14.881 venezolanos desde Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Argentina, Chile, Panamá y Uruguay. En total se han registrado 50.766 migrantes.

Maduro repatrió apenas el 0,37 % de los 4 millones de personas que han huido del país desde 2015. Mientras que en los 7 meses que van de 2019 han vuelto 3.009 venezolanos, en un contexto en que, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), diariamente 5.000 personas abandonan el país. Para finales de año se calcula que el flujo de migrantes de venezolanos llegue a 5 millones.

Aquel 27 de abril de 2018 era de las primeras veces que Maduro se refería a la migración, aunque esta ya tenía tres años alcanzando cifras escandalosas. Para entonces, Acnur hablaba del flujo migratorio más importante de la historia reciente de América Latina.

Días antes de ese anuncio, Maduro calificó a los venezolanos en Estados Unidos de “limpia-pocetas”, esto después de que una periodista le preguntara sobre los migrantes que salieron a buscar un futuro mejor.

Pero el plan está lejos de ser un programa para la reinserción y no promete mejores oportunidades de empleo. Lo que ofrece al migrante retornado, es un registro en el sistema del carnet de la patria y la posibilidad de solicitar plazas de empleo, vivienda.

Joseph Martínez, de 23 años de edad, emigró a Ecuador en agosto de 2017. Por cuestiones de trabajo y un mejor futuro, dice. Decidió volver para poder atender a su papá que enfermó. Supo del Plan Vuelta a la Patria por su papá. Cuenta que fue un trámite sencillo que hizo desde Guayaquil.

Fui al consulado y pregunté por el plan. Allí me dieron un formulario que pregunta hacia dónde vas, cuánto tiempo estuviste en el país, las razones por las cuales regresas, por qué emigraste. Es un formulario de casi tres hojas, dice. Esa misma semana salió a Caracas.

Era el cuarto vuelo que hacía Conviasa desde Ecuador a Venezuela. Martínez regresó en octubre de 2018 acompañado de otras 98 personas.

Después del regreso nos hicieron un registro en el cual piden datos como lugar de residencia, profesión, teléfono de contacto, correo, redes sociales, para el plan de integración laboral. Pero hasta la fecha ni un saludo siquiera, expresa.

En las páginas de los consulados de Venezuela en el mundo el Plan Vuelta a la Patria lo describen como una política social inclusiva y que “no tiene sesgo político o partidista alguno”.

Pero la única posibilidad de solicitar plazas de empleo, viviendas, es a través del sistema del carnet de la patria y el sistema de misiones. Este documento ha sido utilizado para la movilización de votantes a favor del PSUV en diversas elecciones.

Para Claudia Vargas, profesora universitaria y experta en migración, se trata de un plan de control social que obliga a los retornados a ser parte de un mecanismo que se convierte en un asunto político ante la necesidad de reintegrarse.

Explica que no es una política pública adecuada: En vez de garantizar un proceso de reintegración, los conduce a un mecanismo de control social que, lejos de ayudar a que se puedan desenvolver naturalmente en la sociedad, están sometidos a un esquema de control social. Destaca que la participación del Estado debe garantizar las condiciones de los ciudadanos y que tengan un acompañamiento psicosocial.

El balance del Plan Vuelta a la Patria hasta el momento, según estadísticas públicas de la Cancillería de Venezuela, es que el programa suma 77 vuelos. Las repatriaciones se han dado en un 31 % por vía aérea y 69 % por tierra. Entre los motivos del regreso, las personas alegaron problemas económicos (64 %), hostigamiento en el país receptor (54 %) y problemas de salud (21 %).

Hasta octubre del año pasado la inversión para las operaciones de Conviasa en la repatriación de los connacionales, según dijo el presidente de Conviasa, Ramón Velásquez, fue de 500.000 dólares. En junio de este año indicó que un vuelo a Perú cuesta 30.000 euros: pagan impuestos de los pasajeros, combustible y radioayuda, atención del equipo. En septiembre de 2018 Maduro dijo que solicitará a la ONU 500 millones de dólares para financiar los vuelos del plan.

Con un informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que documenta graves violaciones a los derechos sociales, económicos y políticos, Maduro espera que los jóvenes vuelvan al país. Aquí los esperamos porque un país como Venezuela no van a encontrar en ningún lugar del mundo, dijo en marzo.


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