María Sánchez, coordinadora de Educación del IUJO Barquisimeto, explica que cuando inició la alianza con Fe y Alegría, en el año 2020, solo había siete estudiantes inscritos interesados en estudiar educación. Actualmente hay 98.
Caracas. “Mis amistades me decían que estaba loca, que ya nadie estudiaba Educación, pero al hacerlo, más allá del sueldo, lo único en que podía pensar era en mis niños”, cuenta María Gabriela Carmona, una docente del Colegio Virgen Niña, ubicado en Casalta.
Estudiar alguna carrera asociada a la enseñanza, no era parte de sus planes. Sin embargo, gracias a una alianza entre el movimiento educativo Fe y Alegría y el Instituto Universitario Jesús Obrero (IUJO) se formó como Técnico Superior Universitario (TSU) en Educación Integral, en el 2020.
El interés por estar presente en el proceso formativo de sus hijos hizo que en el año 2001, María Gabriela Carmona se incorporara a las aulas de clase de Fe y Alegría como madre voluntaria.
“Cuando terminé el bachillerato quería estudiar Psicología, pero al tener a mis hijos decidí dedicarme de lleno a ellos, sus actividades y a mi hogar”, cuenta.
En ese entonces, el movimiento educativo Fe y Alegría tomó la iniciativa de incluir en sus escuelas a representantes como apoyo, con el propósito de que los días de planificación escolar del personal docente, que se hace mensual o cada 15 días, depende del centro educativo, los estudiantes no perdieran clases.
Al principio su estadía en los salones era esporádica. Pero, tras la ola migratoria en el 2017, María Gabriela, quien ya ejercía su trabajo en las aulas como suplente, pasó a sustituir y encargarse de lleno a la labor docente.
“A mi me tocó asumir el cuarto grado. Las maestras me fueron enseñando dando las herramientas que necesitaba y me quedé”, recuerda. Junto con ella, otras tres madres desempeñaban la misma labor para entonces.
Por esa razón, apenas se le presentó la oportunidad, no dudó en estudiar Educación en la oferta del Instituto Universitario Jesús Obrero de Barquisimeto. Noelbis Aguilar, directora nacional del Programa de Escuelas de Fe y Alegría, afirma que hay un aproximado de 300 madres voluntarias. Muchas de ellas se forman en el TSU.
De madres voluntarias a docentes
María Sánchez, coordinadora de Educación del IUJO Barquisimeto, explica que la alianza con Fe y Alegría, se dio ante la necesidad de formar a bachilleres que eran contratados en centros educativos debido al déficit de docentes.
“Se hizo un estudio para ver la cantidad de instituciones donde estaban docentes no graduados y se hizo la alianza para poder formar a estos educadores porque, aunque Fe y Alegría les daba una formación previa, no estaban graduados”, dijo.
Agrega que debido a los bajos salarios, la Educación es una carrera cuya demanda de interés ha bajado considerablemente.
“Cada vez son menos los que quieren asumir esa labor. Pero gracias al TSU hemos logrado que suba un poco más la matrícula en nuestro instituto”, dice.
TSU en Educación
“Yo estoy acá porque no me veo haciendo otra cosa”, expresa la mayoría de los interesados en estudiar el TSU en Educación, ofrecido por el Instituto Universitario Jesús Obrero de Barquisimeto.
A diferencia de la carrera de cinco años, el TSU en Educación del IUJO, que ofrece las menciones integral, especial, y cuya modalidad es a distancia, lleva la formación igual que la “carrera larga”, pero sin el carácter introductorio.
“Nuestro instituto cuenta con una plataforma virtual en la que los estudiantes están inscritos. También hay una parte pedagógica que se hace presencial”, sostiene la coordinadora de la IUJO.
Al tomar en cuenta que muchos de los estudiantes trabajan, la metodología presencial toma esos factores en cuenta, por lo que se coordinan las horas y días para organizar las clases.
“La mayoría son personas que trabajan en otros sitios, por eso no se es tan radical con el tema de la presencialidad”, asevera.
La docente recuerda que cuando inició la oferta, en el 2020, solo tenían siete estudiantes. Actualmente son 98.
“También hay profesionales de otras áreas interesados”, añade.
Premio a la permanencia
Aunque el déficit docente continúa, la directora nacional del Programa de Escuelas de Fe y Alegría, asegura que las renuncias docentes han disminuido hasta 11 % y a su vez se ha podido captar personal nuevo.
Aguilar sostiene que se han implementado estrategias para lograr la permanencia de los educadores en las aulas, tales como un salario emocional e incentivo económico.
“No se da con la frecuencia que quisiéramos, pero es una manera de promocionar y reconocer esa permanencia y desempeño de los docentes y todo el personal que labora en nuestras escuelas”, dice.
Sostiene que dicho aporte, que varía según cada escuela y las posibilidades de cada representante, puede ir desde los $50 hasta $100.
Estrategias en aula
La nómina de Fe y Alegría reunía aproximadamente 13.000 personas. Sin embargo, ahora llegan a 8500 entre personal docente, administrativo y obrero.
Además de las estrategias económicas, han tenido que buscar formas para trabajar con menos personal, sin disminuir la calidad.
“Agrupamos áreas, como por ejemplo, en Castellano e Inglés, que forman parte de comunicación, si no tenemos a los dos profesores, le pedimos al de Castellano que enseñe Inglés, usando tutoriales, dispositivos móviles, o apoyándose con otro tipo de material”, plantea.
Subraya que gracias a la creatividad en su propuesta curricular, así como incentivos docentes, han logrado que ninguna de sus escuelas, se vea en la necesidad de adoptar el conocido horario mosaico, en el que los estudiantes asisten dos o tres veces por semana, para que los docentes puedan dedicarse a otras actividades que los ayuden a subsistir económicamente.
El apoyo por parte de Fe y Alegría no solo va dirigido a los docentes. Los estudiantes también reciben ayuda a través de pagos diferenciados, o acuerdos de pago.
“Todavía hay quienes están inscribiendo a sus hijos porque, por razones como falta de uniformes o de dinero para pagar la inscripción, no lo hacían. Pero les dijimos que no se limitaran por eso, que la idea es que ningún niño o niña quede por fuera de las aulas”, dijo la directora del movimiento educativo.
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