¿Qué pasa más allá de Valencia? La realidad que no se viste de Drácula

Valencia

La falta de políticas públicas en los municipios foráneos de Carabobo estaría ligada a que en dichas zonas el gruesos de votantes es inferior, concentrando el dinero y las acciones en Valencia y Naguanagua, en las que el efecto de la llamada “dracumania” se hace notar.

Valencia. Una frase ha sido muy famosa en la venezolanidad reza lo siguiente: “Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra”, para algunos verdad, para otros mentira. Sin embargo, al trasladar este dicho hasta Carabobo, sería así “Valencia es Valencia y lo demás es monte y culebra”.

La frase no está muy lejos de ser una realidad. Durante este año el equipo de Crónica.Uno en Carabobo ha tenido la oportunidad de recorrer buena parte del interior carabobeño y para quienes viven en las zonas más profundas de la entidad, la gestión de Rafael Lacava o “dracumania”, no ha llegado.

El politólogo y exalcalde encargado de Valencia, Santiago Rodríguez, sostiene que en Carabobo el gobernador Rafael Lacava pareciese estar enfocado solamente en Valencia, Naguanagua y Puerto Cabello, este último entrando el grupo debido a que el gobernador nació en dicho municipio y fue alcalde. 

Valencia
Fuera de Valencia, la gestión de Lacava es casi inexistente. Foto: Armando Díaz.

El análisis de Rodríguez lleva a pensar que tal descuido viene relacionado al “utilitarismo de la política”, por lo que lamenta que los gobernadores que ha tenido Carabobo se hayan concentrado en donde se conglomeran los votos y la mayor población,

Son más efectistas con la gestión porque es la tribuna de su trabajo en las urbes, mientras que los demás municipios se están empobreciendo”, indicó.

Un tema poblacional

Solo hay que ver la población de estos cuatro municipios foráneos para entender la realidad: Diego Ibarra (149.194 hab), Miranda (29 141), Juan José Mora (73.023), Carlos Arvelo (162,920), contra Valencia que cuenta con casi un millón de habitantes. Si a esto se le suman otros municipios como San Joaquín (68 391), Guacara (194 009) y Bejuma (51 960), la cantidad de habitantes no alcanza la de Valencia, llegando a un total de 728.638 de acuerdo con datos del censo de 2016.

Valencia ha sufrido una transformación, para algunos superficial y para otros necesaria, pero que para Rodríguez debe gozar de reconocimiento, tal es el caso de la recuperación parcial de la avenida Bolívar norte, el rescate de plazas, la iluminación de calles y avenidas importantes. No obstante se enfoca en que lo que se ha hecho es exacerbar las desigualdades ya existentes. “Hay municipios en donde se hace mucho y otros totalmente desatendidos”.

Valencia
Municipios fuera de la zona capital sufren una crisis de servicios públicos. Foto: Armando Díaz.

Claro ejemplo de esto son las constantes inundaciones que sufren los carlosarvelenses por la crecida del Lago de Valencia, quienes llevan años denunciando la problemática pero no reciben soluciones. Esto también de acuerdo con Rodríguez viene justificado por la falta de presupuesto de las alcaldías, las cuales según indicó, recibirán en 2023 por situado constitucional apenas 4000 dólares para todo el año.

Quebrada llena de basura en el barrio Los Lanceros en Puerto Cabello. Fotografía: Armando Díaz.

Rodríguez explica que esto es producto de una profunda falta de planificación. Incluso toma en cuenta el dicho de Eudomar Santos “Como vaya viniendo, vamos viendo”, para referirse a la administración pública local y lamenta que sea así, porque ante una ausencia de agenda en los municipios foráneos son los niños de esas zonas los que más se ven afectados, porque no viven un desarrollo adecuado y así no pueden ser una generación de relevo óptima.

Menos medios menos reconocimiento

Julio Castellanos, también politólogo, sostiene que hay un factor que incide en esta sensación de “desatención” y es la poca o nula cobertura de medios de comunicación en dichos municipios. El experto recuerda que 20 años atrás había corresponsales para cada una de estas zonas.

Notitarde creo que los martes y jueves tenía un página completa para Libertador. Eso ya no se ve”, refirió

Desde su visión las pocas cosas que ocurren en el municipio no se muestran y eso tiene una grave repercusión, porque impide a los alcaldes conocer más a fondo lo que pasa en sus dependencias. Sin embargo, el poco dinero que ingresa a las alcaldías se destina en buena parte para propaganda.

Los alcaldes están usando el poco dinero que les llega para crear propaganda política en las redes sociales. Todo esto tiene como finalidad realzar su figura política. Hay departamentos de prensa que se dedican a enviar notas periodísticas sobre cualquier avance que ellos hagan”, dijo.

Valencia la bendita

Otros politólogos como Pedro Ortega no necesitan ir hasta las fronteras de Carabobo para demostrar que la presencia política y sus labores son inexistentes.

“Solo hace falta verlo aquí en Valencia, mientras más lejos del norte estás, menos gestión pública puedes notar”. Mientras tanto el norte de Valencia brilla con luces navideñas, avenidas asfaltadas un aseo casi puntual y plazas que hacen una oda al gobernador, pero al sur, comunidades como Trapichito siguen temblando de miedo cada vez que llueve ante el desborde del caño de la yuca, que desde hace 10 años acaban con múltiples viviendas.

Pared escaladora en la Avenida Bolívar de Valencia. Fotografía: Armando Díaz.

Participa en la conversación