El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo y recuerda los avances logrados así como los compromisos por la igualdad de género. Crónica.Uno presenta las historias de varias mujeres que dejaron atrás los estereotipos y que luchan por sus derechos.

Caracas. Jazmín García trabaja desde hace 15 años con la instalación de cámaras de seguridad, sistemas de incendios, alarmas y electricidad. Anaís Denis se dedica a manejar un Jeep que sube a Galipán. Yosmar arregla zapatos y Leylany es tatuadora.

Aún son pocas las mujeres que se dedican a profesiones y oficios que la cultura sexista hizo adoptar como “para hombres”. Pero ellas, y muchas más, están dispuestas a romper ese estereotipo.

Lo que está de fondo de la visión sexista del trabajo tiene que ver con los estereotipos que, como toda generalización, son arbitrarios. Susana Reina, psicóloga y fundadora de la organización no gubernamental Feminismo INC, explicó que existe la idea errónea de que las mujeres solo están dotadas para tareas de reproducción o cuidados y “no cuadra” en la sociedad el hecho de que sean independientes, competitivas o valientes como para ser bomberas, mecánicas o manejen un autobús.

Jazmín tiene 51 años de edad, es Técnico Superior Universitario (TSU) en Informática, e hizo cursos para aprender sobre electricidad, sistemas de seguridad e incendios. Su primer trabajo fue en el área de instalaciones de cableado estructurado y desde entonces decidió independizarse y trabajar por su cuenta.

Nunca pensé que me dedicaría a esto, pero descubrí que me gustaba y que lo hago muy bien.

Jazmín registró una empresa junto a su mamá y comenzó a presupuestar trabajos. Le ofreció el servicio a sus amistades y después la llamaban otras personas por recomendación. Llegó a liderar una cuadrilla de 15 hombres y llovían las ofertas laborales de otras empresas para que hiciera grandes trabajos de sistemas de incendios en edificios ministeriales del país.

Una tarde recibió la petición de una empresa para la que trabaja. Tenía que hacer una inspección con cálculos de equipos y cableado para cotizar un trabajo en una tintorería.

—¿De dónde vienes? —, preguntó el dueño de la tintorería.
—Soy la inspectora de Tecnofuego —, respondió Jazmín.
—Pero usted es mujer —, cuestionó el cliente.
—Sí, señor. Soy mujer y voy a hacer la inspección. ¿O acaso tiene problemas con las mujeres?—, afirmó tajante Jazmín.
—No, no. Está bien —dijo el hombre.

El cliente no contrató el servicio ese día. Sin embargo, Jazmín destaca que, en general, ha tenido buena recepción por parte de hombres y mujeres. A pesar de ese momento incómodo, he recibido muchas buenas vibras y me han ayudado mucho.

El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo para recordar los avances logrados y los compromisos por la igualdad de género. La psicólogo Susana Reina consideró que una primera aproximación a cómo romper la cultura sexista del trabajo es identificar los estereotipos, que son inconscientes, automáticos y que se presentan como si fueran incuestionables.

No es normal que sea mal visto si una mujer dice que se quiere dedicar a manejar un bus. Si te parece extraño entonces hay un estereotipo que te impide ver que cualquier persona, independiente de su sexo, puede dedicarse a la vocación que más le guste, resaltó.

La experta destacó que algunas investigaciones dicen que los niños y niñas definen su vocación con la idea de lo que es apropiado para su sexo, aún cuando no hay diferencias en el rendimiento. Algunos piensan que genéticamente las mujeres están más dadas al servicio y los hombres a ejecutar, pero no es así.

Según ONU Mujeres, en enero de 2021 solo 13 países tenían en sus gabinetes de gobierno más de 50 % mujeres ministras. Pero aún donde hay muchas, esos cargos ministeriales se asignan a carteras relacionadas con familia, infancia, vejez, discapacidad, medio ambiente y, muy pocos, a finanzas, comercio o defensa. “Ahí están claros los estereotipos”, resaltó Susana Reina.

Algunos apoyan, otros subestiman

Anaís Denis, de 25 años de edad, estudió Enfermería pero no ejerció porque la situación del país la impulsó a buscar un trabajo mejor remunerado. Estuvo un tiempo como mesera en un restaurante pero, como sabe manejar Jeep desde los 14 años de edad, prefirió trabajar con su papá en una línea que va desde el teleférico Warairarepano a Galipán.

En esa línea de transporte hay dos mujeres. Algunos te quieren subestimar por ser mujer y otros que en verdad te apoyan. Pero a mí me hace sentir orgullosa saber que soy mujer y hago lo que quiero, resaltó Anaís.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2021) reveló que la población económicamente activa en el país es de 33 % mujeres frente a 68 % hombres. Además, la tasa de ocupación es de 32 % de mujeres y 66 % de hombres. 

La recomendación de Susana Reina para los hombres es que deben abrir espacio a las mujeres en carreras u oficios “hipermasculinizados”.

Demostrar que se puede

A Leylany González le encantan los tatuajes desde los 14 años. Cuando comenzó a trabajar en estudios de tatuajes se enfrentó a comentarios por parte de hombres y mujeres que subestimaban sus capacidades.

“Como eres mujer, seguro haces diseños pequeños”, le dijeron. En otras oportunidades, recibió comentarios sexuales por parte de sus compañeros hombres. Esto la impulsó a saber poner límites, demostrar sus habilidades para hacer grandes tatuajes y, desde hace un año, tener su propio estudio.

La fundadora de Feminismo INC, Susana Reina, destacó que hace falta la revisión de los pensum de colegios y más programas que surgen gracias al movimiento feminista para estimular a las niñas a ir en contra de los estereotipos y mensajes sociales que les hacen sentir como que hay algo malo en ellas si no elijen algo “propio de una dama”.

Trabajar en lo que amas

Yosmar Blanco es zapatera desde hace 10 años. Es una mujer con discapacidad parcial de comunicarse verbalmente y su inspiración para dedicarse a ese oficio fue su padre, quien tiene muchos años con el negocio. Viven en Lídice y todos los días llega con la ilusión de hacer lo que más le gusta.  

La abogada Venus Faddoul, de la ONG 100% Estrógeno, resaltó que en la medida de que se establecen patrones de lo que “debe ser”, se limita el accionar y la libertad de las mujeres.

Aunque tenemos leyes que nos dan igualdad jurídica, no tenemos igualdad social. Cuando ocupamos roles de poder, públicos o que no son tradicionalmente aceptados por las estructuras patriarcales, somos atacadas, subrayó Faddoul.


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