Una vez más el mandatario instó a la oposición venezolana a participar en comicios para “resolver sus diferencias”. Sin embargo, en la actualidad existen muchos obstáculos que evitan la realización de elecciones justas y democráticas en Venezuela.

Caracas. Este 13 de mayo Nicolás Maduro volvió a reflotar la idea de unas elecciones parlamentarias, que por ley deberían hacerse este 2020, como un mecanismo para que la oposición y el oficialismo diriman sus diferencias políticas de forma pacífica.

“Presenten sus candidatos, vayamos a la elección de la Asamblea Nacional y el asunto de los venezolanos lo resolvemos con el voto popular, en las urnas electorales, el día de las elecciones”, dijo Maduro este miércoles en medio del parte médico que ofreció sobre la pandemia de la COVID-19 en Venezuela.

A pesar que el mandatario hizo dicho señalamiento, lo cierto es que en la actualidad existen una serie de obstáculos que imposibilitan que en el país se pueda, al menos en el corto plazo, realizar elecciones que sean verdaderamente justas y democráticas.

Superar la pandemia de COVID-19

Quizás el mayor obstáculo que existe en la actualidad es la pandemia de COVID-19 que mantiene al país entero en un estado de parálisis por la cuarentena de la mayoría de su población, se trata de un fenómeno fuera del control de los poderes políticos nacionales y que hasta la fecha ha infectado a al menos 440 personas según los reportes del gobierno de Nicolás Maduro.

Mientras la cuarentena se mantenga y las personas no puedan retomar su rutina, el Poder Electoral, representado en la máxima instancia por el Consejo Nacional Electoral (CNE), no podrá avanzar en la planificación de todo lo que se requiere para poder llevar a cabo elecciones en el país.

De hecho, una de las principales exigencias hechas por la oposición venezolana, y aquellos partidos opositores que se mantiene sentados con el Gobierno en una Mesa de Diálogo Nacional, es la depuración del Registro Electoral Permanente.

De igual forma, se ha solicitado que dicho registro sea abierto para permitir la modificación de votantes que por la crisis económica se han desplazado, así como de votantes que ya cumplieron la mayoría de edad y por ley deberían estar habilitados para participar. Esto es algo que no se puede llevar a cabo mientras la cuarentena mantenga a la población en sus hogares.

Remplazar los equipos perdidos en el incendio de Filas de Mariche

El pasado 7 de marzo, una semana antes que en Venezuela entrara en vigencia la cuarentena por la COVID-19, se registró un incendio en un galpón del CNE en Filas de Mariche en el que se perdió buena parte de la infraestructura electoral venezolana.

Aquel incendio, que posteriormente fue catalogado como intencional por voceros de Nicolás Maduro, ocasionó la pérdida de más de 49.408 máquinas de votación electrónicas y más de 49.323 sistemas de autentificación integrados (captahuellas), un golpe que representa más del 90% de estos insumos.

Félix Arroyo, técnico electoral, señaló en una entrevista a Crónica.Uno que si bien estos recursos se pueden remplazar, este es un proceso que puede llegar a durar hasta meses y eso si se encuentra un país con una estructura similar que esté dispuesto a prestar dichos equipos para elecciones en Venezuela.

Hasta la fecha, a menos de siete meses para que culmine el año, todavía el gobierno de Nicolás Maduro no se ha pronunciado sobre algún tipo de convenio o trato con algún país o empresa privada para reponer lo perdido en el incendio.

La promesa de nuevas autoridades del CNE

Para este año tanto la oposición como el chavismo se habían embarcado en un proceso para designar nuevas autoridades del CNE, dicho proceso se estancó con la llegada de la COVID-19 al país.

Esta designación se iba a llevar a cabo a través del Comité De Postulaciones que finalmente fue instalado el pasado 9 de marzo, sin haberse juramentado ante la directiva de la Asamblea Nacional, algo violatorio de la Ley Orgánica de Procesos Electorales.

El comité, compuesto por 11 diputados y 10 representantes de la sociedad civil, se llegó a reunir al menos en una ocasión durante su instalación, pero tras el anuncio del estado de alarma y de la cuarentena por la COVID-19, su presidente el diputado Ángel Medina, señaló que el organismo detendría sus actividades.

A través de un comunicado, Medina informó el pasado 16 de marzo que el comité suspendería todas las actividades “hasta que se logren las condiciones de seguridad necesarias”.

Además de designar nuevas autoridades para el CNE, en el aire se mantiene la promesa de modificar el marco legal para volver a la representación proporcional, una de las principales banderas y exigencias de los partidos opositores sentados en la Mesa Nacional de Diálogo, junto con la legalización de partidos políticos inhabilitados.


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