Para quienes regentan comercios en la capital anzoatiguense, la actividad que han realizado durante años podría llegar a su fin debido al alza exagerada en los tributos municipales que deben cancelar, los cuales –aseguran– no se ven reflejados en obras u optimización de los servicios públicos de la ciudad.

Barcelona.- “Ya hablé con mis hijos y me da una lástima porque toda nuestra vida está allí, pero qué podemos hacer, esta medida nos obliga prácticamente a bajar la santamaría. Nosotros no podemos pagar ese monto de impuesto cuando no lo facturamos. El día que toque celebrar los 40 años será más bien el día de cierre”. La afirmación pertenece a Carmen Henríquez, propietaria de la pastelería Tortilandia, la más antigua de la ciudad de Barcelona, que este martes se unió al grupo de comerciantes de la capital anzoatiguense que acudió a la sede del Servicio Autónomo Bolivariano de Administración Tributaria (Sabat), para manifestar su rechazo al alza registrada en los tributos que ahora deberán cancelar por la realización de actividades comerciales.

Henríquez sostiene que si bien no están reacios a cancelar las tributaciones, la medida que impuso el alcalde Luis José Marcano, en lugar a atraer la inversión, lo que hará será espantar la voluntad de los pocos que quieran invertir en el municipio, como es su caso.

La también dueña de una posada en la calle Maturín, del casco colonial barcelonés, asegura que lo que se cancela en tributos no se ve reflejado en materia de servicios públicos los cuales, asegura, debe costear por partida doble, ya que los que dependen de la alcaldía no funcionan.

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Comerciantes critican que  tributos no se ven reflejados en los servicios públicos. Foto: José Camacho.

Es inaudito que me pasen un recibo por 43 millones en lo que respecta al costo del aseo urbano y eso prácticamente no existe, tengo que pagar 10 dólares adicionales a un camión para que se lleve la basura. Con respecto al agua, imagínate, son 40 dólares que me sale la cisterna porque tengo que llevarla de noche al negocio cuando el tráfico es menor por la calle. desde hace tres semanas no hay agua en el sector, si no hago eso, ¿cómo funciono?, acotó.

Explicó que para poder facturar  20 millones de bolívares debe trabajar duro dos semanas y el impuesto que tiene que pagar es de 30 millones de bolívares. “¿Y así quieren que invierta? Les dije a mis hijos con todo el dolor de mi alma, cumplimos los 40 años y chao, no se puede seguir”, sostiene.

El gremio afirma que contrario a lo que dicen las autoridades sobre el embellecimiento de la ciudad capital, la realidad es muy distante. Acusan que el de Barcelona es el único bulevar del mundo que no puede ser visitado después de las 6:00 p. m. debido a la inseguridad y el estado de desidia en el que se encuentra.

Un chorro de gastos

Quienes regentan negocios sostienen que debido al “derrame” de tributos o importes que deben cancelar a las autoridades municipales, estadales y nacionales, mantener las santamarías arriba es toda una proeza.

Tarifas por concepto de publicidad (valla que identifica el local), derecho de frente, conformidad de uso, el impuesto municipal, aseo, electricidad, agua, telefonía y otras patentes, llevaron a Georgett Bachille a faltarle, obligada por las circunstancias, a la promesa que le hiciera a su padre al momento de morir de no cerrar el negocio de más de 50 años que, por ahora, sigue abierto en la calle Juncal.

Este alcalde nos quiere acuchillar y desangrarnos porque resulta que en la alcaldía no hay plata. Yo no puedo pagar esos impuestos que nos fijaron. Yo tengo una pequeña venta de repuestos de planchas y esas cosas, a veces paso todo el día sentada esperando que alguien se digne a comprar y me voy sin vender nada. Ante eso hace unos meses comencé a vender detergente líquido para medio hacer algo pero eso no cubre los costos. Sé que mi padre me perdonará por cerrar el negocio que con tanto amor me dejó, pero no puedo tenerlo abierto más, dijo.

Marcos Triana, gerente de la distribuidora de detergentes JM, afirma que si esta medida no es revertida o ajustada, lastimosamente van a tener que despedir personal porque los costos operativos serán impagables.

Este municipio se inventó una unidad tributaria de Bs. 350.000 que está por encima de la nacional que anclaron al petro. Urbaneja donde están los grandes bodegones y Sotillo no tienen estos tributos tan exagerados, allá se paga el mínimo. Vamos a tener que migrar los negocios para esos municipios porque en Barcelona no se puede invertir o tirarnos a la calle como buhoneros porque al parecer eso es lo que le gusta al alcalde.

Wael Raad, de la Cámara de Comercio de Barcelona, indicó que este martes sostuvieron una reunión con la superintendente del Sabat, concejales y representantes de la alcaldía capitalina, estos últimos les refirieron que la medida seguirá  vigente. El gremio se reunirá para examinar a fondo la nueva ordenanza tributaria.

“Nosotros tenemos expertos en tributos y el próximo lunes vamos a llevar nuestra propuesta bien documentada plasmando como esta medida nos afecta con la intención de que reduzcan esos impuestos agresivos y que llevarán al cierre a cientos de pequeños comerciantes”.    

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Los comerciantes llevarán su propuesta al Sabat. Foto: José Camacho.

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