El politólogo Ángel Álvarez dijo que lo vital es que la oposición tenga una estrategia que dé sentido a cualquier decisión que tomen acerca de los comicios, mientras que para Félix Seijas, director de la firma encuestadora Delphos, la estrategia debería centrarse en la lucha por condiciones electorales.

Caracas. El mandato de la Asamblea Nacional vence el 4 de enero de 2021, conforme lo dicta la Constitución vigente. Dentro de ese lapso, el Consejo Nacional Electoral debe convocar las elecciones parlamentarias.

Crónica.Uno consultó a los 21 partidos políticos que se identifican a sí mismos como de oposición (tanto exintegrantes de la Mesa de la Unidad como miembros de la Mesa de Diálogo Nacional) para comenzar a dibujar el mapa de la participación en ese inminente proceso.

Seis partidos dijeron que sí participarán en las parlamentarias constitucionalmente previstas para este año, aunque reconocen que las condiciones electorales son desventajosas; siete manifestaron su disposición a participar si dichas condiciones se ajustan a la ley; seis reconocieron que aún no han dado ese debate o no han decidido, y uno expresó que este año solo estaría dispuesto a participar en una elección presidencial o en una elección mixta de diputados y presidente.

Félix Seijas y Ángel Álvarez sostienen que, más allá del debate sobre si ir o no ir al proceso, la dirigencia de oposición debe unificar criterios, unir a la ciudadanía y diseñar una estrategia política –y no solo electoral– que le permita usar la elección como instrumento efectivo para seguir empujando el cambio político.

Una bandera: condiciones

El director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas opina que la oposición debería usar como leitmotiv de su discurso y sus acciones el asunto del rescate de las condiciones de cara a las elecciones parlamentarias.

“A medida que se avance en la exigencia de condiciones se podrá armar un expediente que al final permitirá tomar la decisión de ir o no. Pero el participar en los comicios sin hacer ese trabajo previo es igual a no participar. Las consecuencias serían nefastas porque se perdería una de las últimas herramientas para presionar al bloque del Gobierno”, indica.

Sostiene que los partidos deben hacer sinergia con aquellos sectores de la sociedad ganados a votar: “La población quiere participar en las elecciones y hay organizaciones que también quieren participar. Es una oportunidad importante para unir a los venezolanos, y haría más sencilla la comunicación con la comunidad internacional. Además, permitiría presionar en torno a alguna condición en específico”.

Afirma que la movilización ciudadana tan necesaria no solo implica marchas y protestas, sino que va más allá: la realización de foros y asambleas, actividades informativas en las comunidades, presión internacional por condiciones específicas. “El objetivo es conseguir condiciones electorales. La estrategia para el objetivo es la unificación de la población en torno a esas condiciones”, dijo.

Respecto a las diferencias y similitudes del actual momento político con el registrado en 2005 cuando la oposición decidió abstenerse en las parlamentarias, expresa: “Hoy las condiciones están más deterioradas. En aquel momento los partidos estaban habilitados, tenían tarjetas, los problemas eran otros. Hoy, entre políticos presos, exiliados e inhabilitados, tenemos una cantidad importante de partidos débiles, el CNE está debilitado, la situación es más compleja y delicada que en 2005”.

La estrategia necesaria
mesa de la unidad
El politólogo Ángel Álvarez afirma que la diversidad de la oposición ha obstaculizado la unidad de estrategia. Foto Luis Morillo, archivo

En opinión del politólogo Ángel Álvarez, lo prioritario para la oposición es contar con una estrategia política que soporte y dé sentido a la estrategia electoral. Es decir, si la decisión es abstenerse en las elecciones parlamentarias, entonces saber qué hacer cuando el Gobierno se proclame triunfador. Si la decisión es participar, saber qué hacer cuando el Gobierno desconozca ese triunfo.

Considera que uno de los principales fallos de la oposición es haber reducido su estrategia de acción a lo estrictamente electoral: participar o abstenerse. “Pero nunca han sabido anticipar cuál es el siguiente paso después de que se abstienen como en 2005, o ganan como en 2015”, añade.

Álvarez explica que la oposición se ha limitado a dos axiomas: si participa, el dilema posterior es ocupar o no los cargos que obtuvo; y si no participa, no cuenta con una agenda de lucha y acciones que le permitan ganar una posición de negociación importante.

“Ni en 2005 cuando se abstuvo y perdió la AN, ni en 2015 cuando participó y ganó la AN la oposición tenía una estrategia para el segundo paso. Es decir, dieron el primer paso (abstenerse o votar, respectivamente), pero no diseñaron el segundo paso, el qué hacer luego de abstenerse o de ganar”, señala.

El profesor universitario advierte que ese mismo escenario está planteado hoy: la oposición debate si se abstiene o participa, pero sin saber qué hacer si se abstiene (lo que significaría perder por forfait la Asamblea) y sin saber qué hacer si participa, gana y le desconocen la victoria.

“No es por incapacidad, sino porque la oposición venezolana es tan diversa y tan descoordinada entre sí que le ha sido sumamente difícil elaborar una estrategia única. Todos están claros en que quieren derrotar al chavismo, pero el conjunto no tiene claro cómo lograrlo”, dice Álvarez.


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