Unos 23 niños, niñas y adolescentes que viven en la Cota 905 consiguieron refugio gracias a Otro Enfoque para estar lejos del conflicto armado que hay en esa comunidad. La organización está pidiendo donaciones para poder atender a estos jóvenes mientras que puedan regresar a sus casas.

Caracas. Las balaceras de la Cota 905 tenían horas de intensidad mientras que el equipo de la ONG Otro Enfoque se mantenía comunicado con jóvenes de la comunidad. Trataban de hacer contención emocional con los que tienen celular a través de mensajes de texto o WhatsApp y, en el intercambio de notas de voz, se escuchaba el tiroteo de fondo.No salgan en este momento, no sabemos qué está pasando. Vamos a esperar un poco, les recomendaban.

Detrás de los celulares había niños, niñas y adolescentes que hace unos dos años estaban en situación de calle en El Paraíso, algunos en la plaza o en las adyacencias del río Guaire. Sin embargo, sus casas están en la Cota 905. Con el apoyo psicosocial de Otro Enfoque lograron regresar a sus viviendas y mejorar su calidad de vida. Hasta que se presentó otro conflicto que los forzó a salir: desde el 7 de julio la megabanda de la Cota 905 tomó espacios del oeste de la ciudad y los tiroteos han obligado a los vecinos a tener que dormir en el piso o encerrados en el baño.

En las instalaciones de Otro Enfoque, al este de Caracas, están preparados para recibir a este grupo de jóvenes en un contexto de normalidad porque van todos los días a recibir apoyo psicológico, médico, legal, de alimentación y actividades para que se inserten en el sistema educativo a través de clases a distancia. Pero ahora, la idea era poner un refugio a disposición de los jóvenes para que tuvieran un lugar donde pasar la noche mientras que se calma la calle.

Foto: Tairy Gamboa

Adriana* se paró a las 5:30 a. m. este 9 de julio. Agarró un bolso y metió todo lo que pudo. Vistió a su bebé y se preparó para salir. Los familiares que viven con ella hicieron lo mismo, pero iban para la casa de otros conocidos. En el camino, vio que casi todos los vecinos también se estaban desplazando para otros sitios de la ciudad, pese al temor de no saber cuándo iban a poder regresar o si en ese momento iba a comenzar una nueva balacera.

Como Adriana, llegaron otros 22 niños, niñas y adolescentes al refugio de Otro Enfoque, que estaban tratando de adaptar rápidamente para la contingencia. Unos caminaron juntos desde la Cota 905 porque son vecinos, viven juntos o forman parte del mismo núcleo familiar y pudieron coincidir en un autobús que habilitó la organización. Otros, en cambio, prefirieron llegar por su cuenta.

Estaban muy nerviosos y ansiosos. Después bajó un poco el estrés pero quieren concentrarse en otra cosa que no sea lo que vivieron esos dos días en sus casas, comentó Carolina Terán, coordinadora del equipo psicosocial de la ONG. Cuando llegaron, el equipo hizo un grupo de apoyo para hablar sobre el tema y saber cómo se sentían y, según comentó Carolina, algunos hablaron y otros no, pero en general, demostraron ser jóvenes fuertes.

Foto: Tairy Gamboa

Pensar en un refugio significó necesitar más apoyo. Se activaron en las redes sociales para pedir donaciones como colchones, sábanas, almohadas, ropa y alimentos para que los jóvenes al menos puedan pasar el fin de semana protegidos. A partir de eso, los teléfonos comenzaron a sonar por parte de otras organizaciones como Fundana y Mi Convive para ver cómo podían ayudar.

Esta es la segunda vez que Otro Enfoque abre sus puertas como refugio para este grupo de jóvenes durante un conflicto armado. En la anterior oportunidad, los muchachos estaban en plena calle de El Paraíso cuando empezó la balacera y tuvieron que sacarlos de ahí con un transporte pero, por suerte, esa vez solo estuvieron una noche fuera de casa porque la situación se calmó.

Se sabe que Carlos Revete —apodado el Coqui— Garbis Ochoa y Carlos Alfredo Calderón —conocido como el Vampi— lideran una megabanda que ya tiene a más de 200 miembros que portan armamento de alto calibre y operan en la Cota 905, El Valle, El Cementerio, La Vega y zonas de los estados Miranda y Aragua.

Los habitantes de estas zonas, especialmente en la Cota 905 y en La Vega, han buscado alternativas para mudarse o desplazarse a casa de familiares para protegerse. Incluso, en el último informe anual de Programa Venezolano de Educación de Acción en Derechos Humanos (Provea) consideraron el desplazamiento como un fenómeno que predominó en 2020 por personas que buscaron protección para los menores de edad, debido a que las víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales tienen entre 18 y 30 años.

En las primeras horas de la mañana de este 9 de julio, familias enteras caminaron desde El Cementerio y la Cota 905 para ir a casas de familiares. Los vecinos de zonas como el paseo Los Ilustres y la avenida Roosvelt reportaron que vieron a mujeres y niños con bolsos mientras que hablaban de la noche de miedo que tuvieron que pasar. Habitantes de otros sectores afectados como El Paraíso relataron que recogieron sus cosas para estar atentos si tenían que irse de sus casas.

Foto: Tairy Gamboa

En el refugio de Otro Enfoque, los jóvenes pudieron despejar la mente. En una de las habitaciones hay un televisor y pusieron una película que, por lo general, termina con algún foro-cine. Recibieron comida y se sintieron más protegidos.

Esta organización ha basado su trabajo en los derechos humanos a través de la formación alternativa en cinco sectores de la Cota 905. A través de actividades divertidas los han guiado sobre temas relacionados con cultura de paz. En general, apoyan a niños, niñas y adolescentes entre los 3 y 17 años, además de un pequeño grupo que tiene entre 18 y 20 años.


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