En panadería de El Valle trabajan enrejados por la inseguridad

Con candados y rejas se protegen de los robos en una panadería en los Jardines de El Valle, donde en menos de ochos días sufrieron dos atracos.

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. Con la llegada de la tarde los estudiantes del liceo Fray Pedro de Agreda, en los Jardines de El Valle, aprovechan para quedarse echando cuentos en una panadería que está al lado de su colegio. El comercio aún mantiene sus puertas abiertas de par en par, para recibir a sus clientes, pero con precaución, pues cada una de las vitrinas y refrigeradores que muestras las tortas y productos  a la venta se encuentran bajo llave, con grandes candados.

El señor José (nombre ficticio por seguridad), con su cabello canoso que justifica sus 63 años encima, es socio de la panadería desde hace 38 años y atiende a cada comprador con amabilidad, pero son pocos los que saben las travesías que le ha tocado pasar, junto con sus trabajadores, con los robos que ocurren a cada rato en la zona, y en la propia panadería.

Ha perdido la cuenta de los robos ocurridos en el establecimiento y cada vez que ocurre uno sigue adelante con su trabajo, pues no permitirá que unos delincuentes le quiten el sustento de su familia.

“Hace más de un mes fue el último atraco con escopeta y pistola. Tres sujetos entraron hasta acá y dos se quedaron afuera con la moto. Se llevaron una rebanadora, después en menos de ocho días se robaron la otra”, relató José mientras recordó la amarga experiencia.

Sus trabajadores, la mayoría de ellas mujeres, también se las han visto negras, pues les han robado efectivo y pertenencias. Ante esta situación, se han visto en la obligación de atender a sus clientes tras las rejas en ciertos horarios, cuando más aparecen los malandros.

“Todos los días de 6:00 am a 10:00 am atendemos con las rejas abajo. Y luego, de nuevo a las 4:00 pm las volvemos a bajar. Esas son las horas en las que ocurren los robos normalmente, porque en la parada de las camionetas también se escuchan cuentos. No hay venezolano ahorita que se mentalice de que está seguro”.

El señor José también relató que la mayoría de los malandros no pasan de los 20 años. Y aunque poseen videos de los atracos en la panadería y se los han entregado a las autoridades, siempre se quedan sin respuestas de los mismos.

Hasta Camatagua, en el estado Aragua, ha tenido que ir José para comprar las rebanadoras que los antisociales se roban, las cuales pasan los 50.000 bolívares, y a pesar de que el golpe es fuerte, no se puede dar el lujo de no ofrecer charcutería a sus clientes, pues es de lo que más se vende.

Sus cuatro hijos y su esposa viven en constante desespero por cada uno de los cuentos de la cabeza del hogar y le han llegado a pedir que deje de trabajar para tener seguridad, pero para José esa no es una opción y cada vez que ha sido víctima en su negocio solo le pasa una cosa por su mente, “salir para adelante”.

Caracas se llena de rejas

Este negocio en Jardines de El Valle no es el único que emplea rejas para hacerle de frente a la inseguridad. Una panadería ubicada en la avenida Nueva Granada, también las puso recientemente, y aunque no quisieron dar detalles de la medida por temor, una consumidora indicó que para ella las puertas estuvieron “de un día para otro” y sospecha que puede ser por los robos en la avenida.

En la calle real Los Cortijos, en Sarría, más de un negocio atiende a sus clientes tras las rejas debido a los constantes tiroteos, según comentaron sus trabajadores.

El Cementerio también comenzó a tomar esta medida, a un abasto en la avenida Los Jabillos no le quedó otra opción que colocar los hierros en su entrada, luego de que meses atrás robaran dentro del establecimiento.

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Foto: Cheché Díaz


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