Los pensionados y jubilados salieron a las calles a exigir una vejez digna y se encontraron con la represión de los funcionarios de la GNB y PNB, quienes se llevaron detenidos a Juan Ovalles, presidente de la Asociación de Jubilados del Metro de Caracas y al periodista y líder comunitario Carlos Julio Rojas, a eso de las 10:25 a. m. Todavía a la 1:30 p. m. los tenían en la sede de Nuevo Circo.
Caracas. “Para morir en nuestras casas, mejor lo hacemos en las calles peleando por nuestros derechos”, gritó Luis Cano, coordinador Intersectorial de Jubilados y Pensionados, mientras funcionarios de la GNB y PNB reprimían una protesta pacífica que se desarrolló en la plaza La Moneda, en la parroquia Altagracia.
Con valentía y decisión un grupo de pensionados y jubilados se fue a la plaza La Moneda con la intención de hacer una protesta pacífica para exigir un vejez digna.
En medio de la cuarentena por la COVID-19 se arriesgaron a exponer sus vidas, ya golpeadas por la crisis. Se ampararon bajo la Constitución y con la bandera tricolor, pero la Guardia Nacional Bolivariana, de nuevo, los atropelló e intentó silenciar.
En combinación con la guardia un grupo de policías nacionales frenaron todo intento de avanzar a las instalaciones del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde pretendían entregar un pliego de peticiones. Antes de la refriega pudieron llevar el texto hasta la Vicepresidencia de la República, y ahí se los recibió un encargado del recinto.
Los funcionarios se llevaron detenidos a Juan Ovalles, presidente de la Asociación de Jubilados del Metro de Caracas y al periodista y líder comunitario, Carlos Julio Rojas, a eso de las 10:25 a. m. Todavía a la 1:30 p. m. los tenían en la sede de Nuevo Circo. Sus compañeros desconocían las causas de la detención.
La protesta de los pensionados y jubilados no se dio de sorpresa. Fue pública y notoria la convocatoria, que incluso traspasó las fronteras, pues se hizo una manifestación virtual para exigir mejoras en los beneficios para el adulto mayor.
La concentración en la plaza tampoco fue multitudinaria, pero hizo el trabajo: “pensiones dignas ya”, fue una de las frases que resonó durante una hora y que movió no sólo a los uniformados, sino también a los llamados grupos de choque, los cuales se apostaron con sus motos muy cerca de los manifestantes que se hacían sentir con pancartas alusivas a lo que cobran cada mes: 400.000 bolívares. Menos de dos dólares, menos del costo de un cartón de huevos.
Eso es en promedio 0,05 centavos de un dólar, para una persona que trabajó en dependencias del Estado por más de 30 años.
Luis Cano dijo que estaban haciendo uso del artículo 69 de la Constitución, que contempla el derecho a la protesta, y que pretendían entregar un documento con las violaciones constantes a las que se ven sometidos.
“Pero en respuesta fuimos amedrentados, empujados y se llevaron detenidos a dos compañeros. Somos cinco millones de venezolanos que estamos muriendo de hambre, sin medicinas, y lo que estamos ejerciendo es un derecho. Nos piden que nos quedemos en las casas, pero cómo lo vamos a hacer si la pensión no alcanza, para morir de mengua en nuestras casas lo hacemos peleando en las calles. No contamos siquiera con servicios de salud, estamos desprotegidos y somos los más vulnerables ante la cadena de contagios”.
Carlos Julio Rivera, vicepresidente de la Asociación de Jubilados del Seguro Social, expresó que “ya está bueno de burlas. El trabajador y el pensionado lo que reciben es una ayuda, ya no gozan de un salario y, por tanto, no puede cubrir la canasta básica. Por eso estamos protestando”.
Apoyo virtual
Los jubilados y pensionados que están en otros países también apoyaron de manera virtual. Son cerca de 15.000 los que no disfrutan del beneficio que les corresponde, desde hace cuatro años y medio.
Wilfredo Castro, residenciado en España, por ejemplo, no cobra desde diciembre de 2015.
“Esa fue la última vez que nos pagaron la pensión del Seguro Social. Pero en julio de 2015, ya los jubilados no teníamos posibilidades de hacer el traslado de estos beneficios a través de Cadivi. Nos quedaron debiendo incluso algunos retroactivos”.
Castro se fue a España hace 20 años, pero igual le ha afectado la falta de pago. “Teníamos una pensión con un dólar preferencial que era de 10 bolívares y cuando hacían los aumentos de salario eso variaba. Solo por dos meses recibimos entre 1200 y 1300 euros, fue un pago considerable, pero con los ajustes salariales nos pagaban en 300 y 400 euros, cuando aquí el salario era de 700 euros. Con eso una pareja de ancianos no podía mantenerse y pagar los gastos por servicios. A un jubilado le es muy difícil sobrevivir con esa pensión. Hoy somos víctimas de un gobierno perverso que viola los derechos humanos”.
Los pensionados y jubilados insisten en mantenerse en pie de lucha, peleando en las calles. “Con menos de dos dólares no vivimos”, repitieron en todos los espacios de protesta.
Foto principal: cortesía de pensionados y jubilados
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